Elecciones en Costa Rica
Ante la falta de una opción obrera independiente en las próximas elecciones nacionales: ¡Vote nulo o no vaya a votar!
04/02/2010
Ante la falta de una opción obrera independiente en las próximas elecciones nacionales: ¡VOTE NULO O NO VAYA A VOTAR!
Ni derecha liberacionista, ultraderecha libertaria, ni burguesía “patriótica”: luchemos por la independencia política de los trabajadores
Por la construcción de un gran Frente Independiente de los Trabajadores, socialista e internacionalista: para enfrentar al próximo presidente patronal, para preparar una salida progresiva frente a los planes antiobreros de la burguesía e impulsar la solidaridad con los oprimidos del mundo
El próximo 7 de febrero, después de cuatro años, finalmente se realizarán las elecciones presidenciales en Costa Rica, un gran momento, esperado por casi todas las fracciones burguesas y buena cantidad de demócratas capitalistas que ven en tal acontecimiento la posibilidad de renovar las desgastadas fichas en la administración de la maquinaria institucional burguesa. Estas elecciones tienen la particularidad de que a diferencia de las dos contiendas electorales pasadas, no se desarrollan en medio de un clima de grandes movilizaciones populares, como sucedía cuando el TLC atravesaba la situación política nacional; o como se presentó en el 2002, año en que a consecuencia del agudo desgaste del PUSC (que intentó sin éxito imponer el combo del ICE, generando grandes movilizaciones a escala nacional) fue necesaria una segunda vuelta electoral entre Abel Pacheco y Ottón Solís para elegir al Presidente de la República. Al contrario, hoy las elecciones se desarrollan con un movimiento obrero y de masas en relativo reflujo, y con nuevos elementos en la situación política general que parecen apuntar a un giro gradual a la derecha de ciertas capas medias y populares de la población.
En este marco general anterior, las principales encuestas señalan una intención de voto mayoritaria para Laura Chinchilla –impulsada por Liberación Nacional y los hermanos Arias-, seguida cada vez más de cerca por el candidato de la ultraderecha Otto Guevara del Movimiento Libertario, con un Ottón Solís del “patriótico” Partido Acción Ciudadana a la zaga y estancado; y un Luis Fishman a la retaguardia y en decadencia junto al conjunto de su partido el PUSC.
Contraria a la polarización electoral que algunos intelectuales y políticos esperaban entre el PLN y el PAC, la novedad ha sido el estancamiento del segundo partido; frente a un Movimiento Libertario que se fortalece potencialmente y que avanza velozmente en recortar distancia frente al PLN y Chinchilla; lo que podría ser no solo un fenómeno mediático, sino un fenómeno social y profundamente político.
Los ejes políticos centrales de las fracciones burguesas tradicionales y del Movimiento Libertario
Aunque la campaña electoral se ha caracterizado por un nivel sumamente bajo de politización, las distintas fracciones de la burguesía en medio de su miseria en cuanto a ideas, han sacado a relucir algunos de sus principales ejes, según los cuales administrarían la maquinaria estatal durante los próximos cuatro años. En el caso del PLN su intención es continuar con la orientación que traía el gobierno de los Arias Sánchez, consistente en primer lugar en asegurar los buenos negocios para el capital extranjero (incluyendo la minería a cielo abierto), aumentar el nivel de penetración imperialista puesta en práctica mediante los TLC; y sobretodo, mantener ciertas concesiones clientelistas en algunos sectores de la población para contener posibles focos de descontento y explosividad social, todo a la vez que se siguen aplicando medidas antipopulares como las contenidas en el Plan Escudo decretado por los Arias para hacer frente a la crisis capitalista. Al mismo tiempo y con una inclinación más hacia la derecha, Chinchilla promete duplicar el presupuesto del Ministerio de Seguridad Pública (MSP) en 57 mil millones de colones para garantizar “seguridad ciudadana”, más allá de que en el afán de diferenciarse del candidato libertario ahora hable de “prevenir con inteligencia” el fenómeno de la delincuencia. En general el PLN, mediante su candidata Laura Chinchilla, se dirige a profundizar el curso privatizador y liquidacionista de las conquistas sociales que han seguido los gobiernos de Liberación en los últimos 28 años, caracterizados por la aplicación obediente de las políticas emanadas desde el FMI.
Al propio tiempo que Chinchilla hace estas propuestas, recibidas con no mucha credulidad por amplios sectores de la población, Otto Guevara del Movimiento Libertario ha hecho aparición con un violento programa cortoplacista y de impacto, para acaparar la desilusión de las clases medias, así como de algunas franjas de la clase trabajadora. Guevara y su partido, alrededor de la idea de “sacar a los Arias del poder YA” y hacer “un cambio YA”, así como de la necesidad de garantizar “seguridad ciudadana”, han lanzado un programa político brutalmente reaccionario. En esencia el ML busca proseguir con el curso entreguista seguido por las distintas fracciones burguesas que han administrado el país en los últimos años, pero incrementando los niveles de dependencia y penetración del imperialismo norteamericano; así como los niveles de violencia para asegurar la estabilidad del sistema “democrático” costarricense. Entre otras cosas, Guevara propone la dolarización de la economía nacional, al mejor estilo de las economías de países como El Salvador o Panamá, prometiendo desde ya enviar “un proyecto de ley a la Asamblea Legislativa apenas llegue al poder”[1] para lograr tal cometido, además, propone seguir con el TLC con Estados Unidos, reducir los impuestos para los empresarios, y eliminar trabas a la “libertad de empresa”, es decir, eliminar leyes que puedan obstaculizar los negocios de los empresarios. Incluso propone hacer de Costa Rica “una sola gran zona franca”. Pero lo peor llega al momento de hablar “seguridad ciudadana”, pues de manera ofensiva el ML plantea atacar duramente el presupuesto de ciertas instituciones públicas y prácticamente militarizar a la sociedad para combatir a la delincuencia. Como dice el propio diario La Nación, vinculado a los Arias Sánchez, en cuanto a seguridad ciudadana el “candidato libertario, propuso algo más agresivo: quitar a todas las empresas públicas las ganancias de uno o dos años y crear un “fondo nacional de seguridad”.[2] Esta pretensión de Guevara va complementada con otras salidas todavía más virulentas, como la de declarar estado de “emergencia nacional”[3] (una suerte de Estado de Sitio para garantizarle impunidad a la policía y a los cuerpos represivos privados) para “combatir a la delincuencia”, volcando también a importantes instituciones del Estado como el INA y a ciertas empresas privadas hacia una función abiertamente militar. Es así que los libertarios ultraderechistas con Guevara a la cabeza proponen que el INA se vuelque a la capacitación de miles de policías, hasta llegar a unos 20 mil[4] (una planilla superior a la del ICE, AyA, y casi la tercera parte de magisterio), y que los empresarios privados construyan más cárceles y agencias policiales; demostrando su intención de resolver todos los problemas sociales de Costa Rica mediante la fuerza bruta y un estado de “guerra” interno permamente. Estas peligrosas pretensiones, Guevara las ha intentado escudar detrás de otras medidas utilizadas de forma populista, como la necesidad de que RITEVE -el monopolio de revisión técnica vehicular- abandone el país mediante una no renovación de su concesión; ganando con esto adeptos en ciertos sectores de clase media arruinada[5] y golpeando la imagen del PLN, que desde el gobierno, ha demostrado intenciones de renovar el monopolio a la empresa transnacional española.
Por otra parte Ottón Solís, el candidato “patriótico” del PAC promete el cielo, las estrellas y un poco más; y plantea un programa de retorno a una suerte de Estado Benefactor junto con un robustecimiento del CNP para fortalecer a los agroindustriales nacionales, así como rescatar al pequeño, mediano y gran empresario nacional frente al poder de las transnacionales. Aunque no existe por el momento una base material estable, o cuando menos unas finanzas favorables para implementar reformas sustentables en lo económico, o para otorgar importantes concesiones al movimiento de masas como en otras décadas; Solís intenta generar la ilusión de que es posible regresar de la mano de su partido a un nuevo tipo de Estado Interventor, precisamente a la vez que no termina de definirse ni en el país ni en el mundo la peor crisis capitalista en 80 años. Bajo una falsa imagen de pulcritud, Ottón Solís del PAC propone gobernar sin corrupción al país, bajo las más estrictas normas de “ética” y honradez en la “administración pública”, cosa que ni él mismo se cree; después de que Epsy Campbell -su más cercana figura dentro del partido- saliera salpicada de corrupción por enriquecerse con “asesorías” pagadas con recursos públicos (en la misma ola de corrupción que le costó el ministerio de la vivienda a Fernando Zumbado del PLN).
A la cola de todos los anteriores candidatos, se ubica Luis Fishman del PUSC, centrado no en ideas, sino en una decadente campaña alrededor de votar al “menos malo” (como se identifica él mismo con el electorado); con un programa centrado en abstracto en la “seguridad ciudadana”.
Pero la lista de alternativas no se acaba, sino que continúa; pues también existen otros partidos, tanto burgueses como pequeño burgueses, que forman parte del régimen abiertamente. En el caso de los partidos burgueses, hay que mencionar a la Alianza Patriótica, constituida por verdaderas figuras provenientes del PLN y vinculados a determinados sectores del empresariado nacional; como Mariano Figueres, Óscar Campos o Rolando Araya, entre otros. También está el caso de partidos predominantemente pequeño burgueses, que si bien cuentan con el apoyo de ciertos sectores obreros, tienen un programa burgués a la vez que forman parte tranquilamente del régimen; como el Frente Amplio de Merino del Río, cuyo candidato presidencial es Eugenio Trejos. Este último partido, más allá de no tener en sus filas a empresarios, es un partido reformista, que desde su integración simple y llana al régimen, propone unas cuantas reformas, sin perturbar el derecho a la explotación de los grandes empresarios nacionales y extranjeros. Incluso el FA, como una de sus máximas reivindicaciones, se propone “renegociar” el saqueo imperialista con los Estados Unidos mediante la modificación en el TLC de “…los puntos más delicados desde el punto de vista del desarrollo soberano…”,[6] esto, sin mencionar una sola palabra sobre el no pago de la deuda externa u otras demandas clave para la clase trabajadora costarricense.
¿Cómo explicar la intención de voto favorable al Movimiento Libertario y el estancamiento del PAC? La posibilidad de una segunda ronda electoral entre la derecha y la ultraderecha que definiría al próximo Presidente de Costa Rica
Si bien Laura Chinchilla del PLN se mantenía liderando la intención de voto a principios del 2009, pareciera ser que esta situación se debía en primer lugar a la inercia favorable de estar en el gobierno (con todo lo que significa tener a su disposición buena parte de la maquinaria Estatal), más allá de la “crisis crónica” en que estuvo sumergido éste durante su primera mitad; y en segundo lugar, por un escenario donde todavía no habían entrado en escena los distintos candidatos presidenciales. En otras palabras, por un lado la reciente pertenencia al gobierno le daba todavía a Chinchilla más presencia mediática, y por otro, estaba completamente sola, sin más figuras burguesas que le disputaran la intención de voto.
Pero el problema para el PLN comenzó cuando los distintos candidatos electorales de la burguesía, y especialmente Otto Guevara entraron a la película electoral, pues no solo la intención de voto por la otrora Vicepresidenta de Óscar Arias disminuyó; sino que buena parte de los viejos males, achacados al bipartidismo del PLN-PUSC tomaron el centro de las conversaciones en la opinión pública costarricense, cambiando parcialmente la imagen del gobierno de los hermanos Arias para amplios sectores de la población. Chinchilla entonces se enfrentó a un partido Movimiento Libertario (ML) que de manera audaz encontró como clave para perfilarse como opción electoral el atacar duramente al PLN, esencialmente por los escándalos de corrupción, por su incapacidad para asegurar la “seguridad ciudadana” –planteando como opción la apuesta a salidas muy derechizadas-; así como retomando en su discurso ciertas demandas populares como la eliminación del monopolio de RITEVE. La fórmula, relativamente exitosa para el PML, encontró una respuesta inmediata de parte del PLN, lo que no hizo sino favorecer al libertario multiplicando el tamaño de su imagen y fuerzas reales y apareciendo cada vez más en los medios masivos de comunicación. Tratando de seguir los pasos de los libertarios, el PAC, que no había hecho aparición en los medios sino hasta finales del diciembre de 2009, siguió el ejemplo, golpeando sobre Liberación Nacional e introduciendo nuevos elementos de crítica: como la minería a cielo abierto, la falta de liderazgo en un posible gobierno de Chinchilla pues respondería directamente a las órdenes de los Arias, etc. En este escenario y de manera creciente, el PLN ha venido adquiriendo una imagen negativa ante importantes franjas de la sociedad; que al calor de la campaña electoral, se han visto obligadas a ejercitar su memoria y a recordar el desastre generado por los gobiernos de las distintas fracciones burguesas en los últimos años, especialmente del PLN y el PUSC (golpeado severamente y con dos ex Presidentes condenados por casos de corrupción [7]); pero sobretodo a recordar los casos de corrupción de Fernando Zumbado, Clara Zomer, Daniel Gallardo; o la ineptitud de Karla González [8] con el desplome de un puente en la provincia de Puntarenas que provocó la muerte a varias personas; todos estos casos, involucrando a distintos ministros del gobierno saliente de Óscar y Rodrigo Arias.
El problema central en la actualidad tiene que ver con que aunque importantes franjas del pueblo vienen haciendo el ejercicio de recordar lo nocivos que han sido los últimos gobiernos, lo que no es tan favorable es el giro a la derecha que parece estar gestándose paralelamente en ciertas franjas del pueblo costarricense. Muchos elementos de la situación apuntan a que algunos sectores de la “clase media” nacional, así como ciertas capas del movimiento obrero, apuestan a depositar su confianza –por medio del voto- en el Movimiento Libertario ante el desgaste del PAC y otros partidos burgueses o pequeño burgueses “democráticos” que han demostrado ser hábiles para trabajar únicamente con la lengua, pero incapaces orgánica y políticamente de responder a los intereses de los trabajadores. A la vez que el PAC se ha debilitado de manera creciente, y en determinadas coyunturas se ha acercado a la agenda del PLN (facilitándole al partido de gobierno por ejemplo la aprobación de los 14 proyectos de la Agenda de Implementación del TLC), se ha profundizado el vacío en cuanto a una verdadera fuerza de oposición al PLN. Es así como el ML ha saltado a la palestra con un discurso duro atacando al PLN desde posiciones ultrareaccionarias, llenando el espacio que ocupaba el PAC en otro contexto político donde lo que prevalecían eran las grandes movilizaciones en las calles, una presión aguda del movimiento de masas, y un desgaste relativamente agudo del PLN y el PUSC.
En ciertos círculos intelectuales y de la izquierda a veces prevalece la idea de que en Costa Rica las clases medias son esencialmente reformistas y poco dadas a inclinarse a salidas “duras”. Ante este pensamiento hay que decir que no es cierto que las clases medias le temen a las salidas extremas, ni siquiera las clases medias costarricenses, nacidas al calor del Estado Benefactor surgido en la década de los ’50 bajo el proyecto socialdemócrata (profundamente “anticomunista”) de la primera época del PLN. Al contrario, las clases medias, incluida la costarricense, pueden apostar a salidas extremas –arrastrando tras de sí a ciertas capas de la clase obrera- para mejorar o evitar el empeoramiento de sus condiciones de vida,[9]este fenómeno parece ser el que se esconde detrás del fortalecimiento de una de las fracciones burguesas más peligrosas para los trabajadores y el pueblo pobre costarricense: el Movimiento Libertario.
Es que las encuestas oscilan en cuanto a la posibilidad de una segunda ronda electoral, que podría agitar en buena medida las aguas dentro del régimen burgués costarricense, esencialmente porque un descontento del ML podría desencadenar fricciones incluso virulentas con otras fracciones de la clase dominante, para este caso particular, la del PLN. El ML, apoyado en sectores como los porteadores, transportistas, dueños de talleres mecánicos arruinados, etc; podría tomar las calles, como lo ha hecho ya en ocasiones anteriores; pero esta vez en un contexto político electoral más delicado, donde se cuestiona la eliminación del conteo manual de votos, y donde distintos partidos burgueses han pegado el grito al cielo respecto a que la nueva reforma electoral termina beneficiando a Liberación Nacional. Todo lo anterior, se convierte en un verdadero desafío tanto para los trabajadores, como para sus organizaciones, que en medio de circunstancias bastante complejas, tendrán que dotarse de una política obrera independiente.
Es necesario preparar un gran Frente Independiente de los Trabajadores internacionalistas: para enfrentar junto a las organizaciones sindicales, democráticas y derechos humanos verdugo patronal y para impulsar la solidaridad con la causa de los obreros y oprimidos del mundo
Todos los elementos parecen señalar que aunque la economía nacional da ciertas muestras de recuperación, o cuando menos refleja un leve repunte; pueden darse no solo nuevos reflujos en la actividad económica, sino, y esto es indudable, nuevos ataques patronales contra la clase obrera y las condiciones de vida de la población. Hay que ser conscientes de que para el capitalismo mundial, y especialmente para Estados Unidos, es muy difícil lograr un nuevo equilibrio que sea sustentable y que le permita un ciclo duradero de crecimiento económico. La economía costarricense, igual que la economía mundial, está expuesta a nuevas recaídas, que pueden ser incluso más agudas que las experimentadas en los últimos casi dos años; donde el cuerpo entero del capitalismo planetario prácticamente estaba bajo el tratamiento (como un enfermo) que significaron las inyecciones de capitales públicos bajo la forma de megaplanes de salvataje. El remedio, que todavía no se garantiza que haya curado al paciente, podría no ser suficiente, y nuevas recaídas podrían presentarse en la actividad económica.
Pero independientemente de los flujos y reflujos económicos, sean internacionales o nacionales; lo que sí es seguro, es que la burguesía intentará imponer planes de ajuste sobre los trabajadores y los sectores populares, pues se hace necesario ajustar las cuentas por las “pérdidas” sufridas por los empresarios en los últimos casi 2 años de contracción. El programa básico del Plan Escudo –que todos los partidos burgueses, incluso el “patriótico” PAC apoyaron en el Congreso-, unido a medidas posiblemente más derechizadas que dependerían de la correlación de fuerzas con el movimiento obrero, las impulsará el próximo presidente burgués que quede en la silla presidencial, sea cual sea: Laura Chinchilla, Otto Guevara u Ottón Solís. Todo el programa del próximo verdugo patronal, estará signado por la necesidad de aplicar planes de ajuste sobre los trabajadores y el presupuesto público, y sobretodo garantizar los buenos negocios para los capitalistas, nacionales y extranjeros. Incluso el PAC, del “pulcro” empresario Ottón Solís, que promete casi que una vuelta a la “época dorada” del Estado Benefactor y reformas tributarias para “que los ricos paguen como ricos y los pobres como pobres” no deja de ser poco serio en sus propuestas, esencialmente porque no existe un ciclo de expansión de la economía mundial como el que se experimentó durante casi dos décadas y media durante la segunda posguerra, y luego no deja de ser poco confiable su afirmación de establecer una reforma tributaria –por lo demás insuficiente para acabar con las crecientes lacras sociales- que requeriría atacar los intereses del capital burgués nacional e imperialista, cuando ni siquiera fue capaz de combatir abiertamente el fraude orquestado contra los trabajadores el 7 de octubre en el referéndum de 2007, colaborando más bien con la aprobación de los proyectos de ley de la agenda de implementación del TLC para no atentar contra la “institucionalidad” costarricense, reduciendo su política a la retórica y las bravuconerías en el Congreso.
En otro plano, hay que decir que la oposición pequeño burguesa (el Frente Amplio) que se pinta de izquierda tampoco puede ofrecer una salida progresiva[10] frente a la crisis. El FA -que más allá de que no tenga posibilidades reales de ganar la presidencia- encabezado por Merino del Río, fue junto a todas las fracciones burguesas (desde la burguesía fascistoide del ML hasta la patriótica del PAC) una pieza clave para llevar a los trabajadores al callejón sin salida del referéndum del TLC. El FA no enfrentó realmente las leyes de implementación en las calles, reduciendo a un sector del movimiento anti TLC a una plataforma electoral precisamente para estas elecciones de 2010; es decir, un partido que no solo colaboró con la burguesía en todas sus variantes para imponer el TLC, sino que fue fundamental para liquidar la organización y nivel de movilización alcanzado por los trabajadores –esencialmente públicos- durante más de 4 años de ascenso. Pero esto no es todo, sino que el FA votó a favor de la aprobación de la Ley Antiterrorista en el Congreso durante el 2009, precisamente esa misma ley impulsada desde el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) para fortalecer el arsenal de armas legales de que dispone la clase dominante nacional y extranjera para reducir a la impotencia y a la inacción a los trabajadores. Aunque no negamos que el FA tenga a algunos compañeros valiosos y honestos en sus filas (nos referimos a algunos trabajadores), y tampoco negamos que goza de la simpatía de algunos sectores obreros como sucede en el ICE; la acción de este grupo, así como su programa, son elementos suficientes para sostener que no son una opción para los trabajadores.
Partiendo de todo lo anterior, desde la LRS hacemos un llamado a los trabajadores y al pueblo pobre, a los estudiantes combativos y a los intelectuales de izquierda a no votar o votar nulo en las próximas elecciones nacionales del 5 de febrero. Afirmamos que hoy se hace más necesario que nunca forjar un gran polo de la independencia política de la clase obrera, apoyado en las grandes organizaciones sindicales, estudiantiles y de derechos humanos; un gran polo de independencia política que además de obrero sea internacionalista, y que sirva de punto de apoyo para combatir al próximo verdugo patronal y preparar la lucha frente a los planes de ajuste que prepara la burguesía. Así también, el frente debe ser internacionalista, e impulsar la solidaridad con la causa y luchas de los oprimidos a escala internacional, como es por ejemplo la del oprimido pueblo de Haití.
Un debate necesario en la izquierda obrera y socialista alrededor de las elecciones
Aunque los revolucionarios trotskistas creemos que se debe participar en las elecciones cada vez que sea posible (y no nos negamos por principio a participar en ellas, como es por ejemplo la posición de los compañeros anarquistas –que niegan para siempre la participación electoral por estar “corrompida y en manos de la burguesía”-), consideramos la contienda electoral como una plataforma para difundir las ideas revolucionarias, la idea de que los trabajadores deben organizarse como fuerza política independiente respecto a los partidos de la burguesía; así como, de lograr espacios en el Parlamento, las utilizamos simplemente como puntos de apoyo para denunciar la farsa de la democracia burguesa, impulsar y fortalecer las luchas de los trabajadores, y hacer propaganda en gran escala de las ideas revolucionarias, con el objetivo de educar en la necesidad de que los trabajadores tomen el poder por caminos revolucionarios. Esta es nuestra concepción táctica sobre la utilización de las elecciones.
En estas elecciones los trabajadores no hemos podido participar con nuestras propias candidaturas, precisamente por lo antidemocrático del régimen de la burguesía, así como por la debilidad misma de los grupos que se reclaman obreros y socialistas, sin distingo. Incluso no existe siquiera un partido obrero provincial en la Capital, que pueda ser utilizado para educar en la necesidad de mantener la independencia política de los trabajadores frente a los patrones, extendiendo desde el centro una gran campaña política por la independencia de clase hacia todo el país. Es por ese hecho, que creemos que en las elecciones del 7 de febrero no hay ninguna opción obrera independiente por la cual votar y que sirva para educar en la idea de la independencia de clase; mucho menos, que tenga un programa obrero y socialista. Ninguno de los actuales partidos o alianzas[11] representa los intereses de los trabajadores, ni su independencia respecto a los patrones, el Estado y sus instituciones.
Desde la óptica anterior vemos correcto que algunos grupos, como el PRT, hayan comenzado a llamar a votar nulo o a abstenerse; considerando que no existe una candidatura propia de los trabajadores para las próximas elecciones. Por esto, en esa tónica nos parece un grave error el llamado de los compañeros del MAS (sección oficial de la LIT en Costa Rica) a votar por el FA; más allá de que intenten darle cobertura “crítica” a su táctica para la contienda electoral del 7 de febrero. Y es que nos parece grave llamar a votar al FA porque semejante política, precisamente es lo contrario a preparar una opción independiente respecto a los empresarios, al ser el FA un partido completamente adaptado al régimen, y con un programa democrático-burgués de conciliación de clases en toda la línea; más allá de que como dicen los compañeros del MAS, el FA sea un partido “sin burgueses”.
La dirección del MAS sostiene la idea de que votar al FA va en la dirección de “construir un partido conscientemente clasista y socialista que enfrente consecuentemente a la burguesía”,[12] pero este planteamiento no solo es agudamente confuso estratégicamente[13], sino tácticamente incorrecto.
Semejante argumento es confuso a nivel estratégico en primer lugar porque, a la vez que los compañeros nos dicen correctamente que “no existe una organización abiertamente clasista y socialista”, y que “el Frente Amplio es una organización reformista que no tiene el proyecto de luchar por el socialismo”, a renglón seguido nos dicen que regalándole votos obreros al FA es la única forma de avanzar hacia la construcción de “un partido conscientemente clasista y socialista” (¿?). Aquí cabe preguntarse ¿cómo se hace el truco de “construir un partido conscientemente clasista y socialista” con un grupo “que no tiene el proyecto de luchar por el socialismo”? Esta política de que los “trotskistas” del MAS llamen a votar al FA, para nosotros solo tiene un nombre, y es el de desbarranque político.
Por otra parte, el llamado a votar por Eugenio Trejos es profundamente incorrecto desde el punto de vista táctico, ya que es falso el argumento que esgrime el MAS respecto a que el FA obra en la dirección de organizar a los trabajadores; esto porque el propio FA ha sido un impedimento abierto para la organización y movilización callejera de los trabajadores, a nivel nacional, y en los gremios donde tiene algún grado de influencia. Esto se pudo ver en la política abiertamente divisionista y sectaria impulsada por el FA después de impuesto el TLC en el Referéndum, dividiendo a sindicatos de comités patrióticos porque intervenía con sus cálculos electorales. Pero la política gremial del FA no ha sido menos nociva: incluso en el ICE, uno de los sectores obreros más prometedores potencialmente por su combatividad y su relativamente joven tradición de lucha; el FA es el principal impedimento para preparar una opción obrera independiente, que defienda las reivindicaciones centrales de los obreros del sector contra su propia patronal estatal. En el ICE, el FA se ha caracterizado por sus intentos de convertir a los combativos obreros del sector en simples votantes para las elecciones cuatrienales; mientras Merino, en alianza con los peores burócratas sindicales del país, descomprime los impulsos más abnegados de lucha de los trabajadores con frases y discursos huecos. Esta realidad, indiscutible, se refleja en que desde que Merino se posesionó con una importante influencia dentro de las principales asambleas obreras y sindicales del ICE; los trabajadores no han podido desplegar una sola lucha de importancia contra la destrucción y privatización orquestada desde adentro de la institución, contra los ataques de Pedro Pablo Quirós (Presidente Ejecutivo del ICE), o contra las propias leyes aprobadas en el Congreso para darle apertura a las telecomunicaciones; esto más allá de que Merino alentara en cierto período una movilización muy controlada y demostrativa contra el TLC para forjarse una base electoral dentro del sector.
Partiendo de que es un grave error el llamado a votar por el FA, desde nuestra pequeña y joven LRS, le hacemos un llamado a los compañeros del MAS para que corrijan esta posición política, que nos parece equivocada desde el punto de vista obrero y socialista.
Pero lamentablemente el MAS no está solo en su política, sino que también está el llamado que la JS (PST) está haciendo a votar por José María Villalta, una figura pequeñoburguesa que forma parte de las filas del FA, y que actualmente es candidato a diputado por la provincia de San José. Los compañeros de la JS justifican en unas cuantas frases su llamado al voto “con reservas” al FA en San José, ya que para ellos “un caso aparte (…) es el primer candidato a diputado en San José por FA: José María Villalta (…)”[14]. Para la JS más que criterios respecto al programa democrático burgués del FA (que es el que defenderá si llega a ser Diputado José María), o criterios de clase, para ellos la cuestión determinante está en que Villalta “ha aportado en algunos asuntos que son sensibles en este país, como la defensa de la naturaleza y la defensa del matrimonio entre personas del mismo sexo (…)”, y con una lamentable confianza en los figurones populistas del FA los compañeros del PST continúan diciendo (tratando de darle un tinte clasista a sus posiciones) que “José María incluso ha dicho que está dispuesto a ayudar a aprobar una reforma de ley que permita facilitar la organización de la clase obrera”. Esta es la base sobre la que apoya la JS (PST) su llamado “a votar críticamente por José María”.
Aunque los compañeros que dirigen la JS traten de abstraer que Villalta forma parte de un partido de conciliación de clases y con un programa político democrático-burgués como el FA, su política es prácticamente idéntica a la del MAS, más allá de que digan que es “caso aparte”. Es que el hecho de que Villalta defienda los matrimonios entre personas del mismo sexo y la defensa del ambiente (que nos parecen causas válidas y justas, y nos parece que son reivindicaciones que tienen también relación con la propia liberación de la clase obrera), para los marxistas revolucionarios no es suficiente: en primer lugar está el programa político y los intereses de la clase obrera, que tampoco tienen ninguna garantía de defensa en las promesas del FA y su candidato a diputado por San José.
Es por todo lo anterior, que llamamos a los compañeros del MAS y la JS a revertir su política, ya que en vez de preparar el camino para la construcción de una organización de los trabajadores socialistas y la independencia de clase, más bien obran en sentido inverso, al regalarle su apoyo (eso sí, “crítico”!) a un partido de conciliación de clases en su práctica, democrático burgués en su programa, y pequeñoburgués en su composición social general como es el FA. Por eso llamamos a los compañeros de las organizaciones anteriores (después de corregir su política), así como al PRT, que ha tenido una posición correcta; a impulsar un frente independiente de los trabajadores, socialista e internacionalista, que tenga como base los siguientes ejes:
1) Que la crisis y sus costos sean pagados por los empresarios nacionales y extranjeros, no por los trabajadores.
2) Una intensa lucha contra el fortalecimiento del aparato represivo que bajo la cobertura de la “seguridad ciudadana” intentan impulsar todos los partidos burgueses para aumentar la represión sobre los trabajadores y los sectores empobrecidos de la población; exigiendo como contraparte la disolución de la policía y los cuerpos represivos, y que sean los trabajadores y los pobres organizados en guardias obreras de vigilancia quienes garanticen su propia seguridad.
3) Impulsar una política de escala móvil de salarios, frente a una crisis económica que, a pesar de la baja en la inflación en el último año; ha deteriorado enormemente los salarios reales como consecuencia de los recortes patronales. En el mismo sentido, creemos que es necesario luchar contra los recortes salariales y las suspensiones que aún siguen imponiéndose a los trabajadores, especialmente en el sector privado.
4) Enfrentar los planes de ajuste que desde ya anuncia la burguesía: y que se materializarían en el recorte de presupuestos públicos, la imposición de la flexibilización laboral, y otras medidas reaccionarias.
5) Enfrentar al gobierno junto con los trabajadores de JAPDEVA, levantando una firme oposición a toda variante de entrega de los puertos al capital transnacional o nacional privado; incluso rechazando las indemnizaciones propuestas por el gobierno y el Ministerio de Trabajo a los asalariados del sector.
6) Defender las Convención Colectiva de los trabajadores de JAPDEVA, desplegando una gran campaña política nacional en su defensa, incorporando a otros sectores obreros y estudiantiles a su lucha; y denunciando la intervención del Ministerio de Trabajo y del Estado en los sindicatos.
7) Impulsar la ocupación de las fábricas que cierren o despidan trabajadores en medio de la “recuperación” económica así como los planes de ajuste del gobierno y los empresarios.
8) Organizar un gran encuentro obrero, popular y de la izquierda para definir un plan de lucha frente al nuevo gobierno, sea este liberacionista o libertario, y colocar a la clase obrera en movimiento bajo las banderas de su propia independencia política y métodos de lucha.
9) Impulsar una gran campaña internacionalista en solidaridad con el oprimido pueblo haitiano, exigiendo la cancelación de la deuda externa, el retiro de las tropas de Estados Unidos y de la MINUSTAH, que las organizaciones obreras y populares controlen los recursos recibidos; así como que los grandes capitalistas, dueños de supermercados, empresas farmaceúticas y de alimentos utilicen sus ganancias y productos para enfrentar la catástrofe haitiana. Proponemos impulsar comités de solidaridad con Haití en los sindicatos y en las Universidades para generar un gran movimiento nacional que oponga a la hipócrita filantropía burguesa (que más bien termina enriqueciéndose a costa del drama sufrido por el hermano pueblo haitiano) la solidaridad de los trabajadores y oprimidos costarricenses.
NOTAS
[1] Gustavo Jiménez. “Libertarios proponen dolarizar la economía”. La Nación. Miércoles 13 de enero de 2010.
[2] Álvaro Murillo. “Guevara sacaría plata del Estado; PLN a casinos”. La Nación. Lunes 28 de diciembre de 2009.
[3] Íbidem. Gustavo Jiménez.
[4] Íbidem. Álvaro Murillo.
[5] Nos referimos a transportistas, porteadores, dueños de talleres mecánicos y campesinos pobres en bancarrota; que son de los sectores más afectados con los parámetros de la empresa española de revisión técnica vehicular.
[6] Un programa para las fuerzas ciudadanas y políticas, democráticas y progresistas de Costa Rica. Frente Amplio. Enero de 2010. www.frenteamplio.org
[7] La gravedad de la situación del PUSC llega a tal punto, que el candidato Presidencial originalmente lanzado por este partido, Rafael Ángel Calderón Fournier; debió renunciar a su candidatura para las elecciones de 2010 a consecuencia de la condena por 5 años por encontrársele culpable del delito de peculado y corrupción pública, tomando su lugar Luis Fishman, una figura sombría de la derecha y poco atractiva para los propios simpatizantes socialcristianos.
[8] Ministros de Vivienda, Vivienda y Urbanismo, Comisión Nacional de Emergencias –CNE-; y Obras Públicas y Transportes respectivamente.
[9] Cuando en la Francia de 1936 los reformistas, demócratas burgueses y pequeñoburgueses de todo tipo - en el marco de un pronunciado ascenso obrero- combatían a los revolucionarios con el argumento de que las clases medias aborrecen a la revolución, pero sobretodo los “extremos”, León Trotsky les daba una verdadera lección sobre estrategia revolucionaria y pensamiento dialéctico. Para Trotsky las clases medias y el pequeño propietario “tienden al orden, en tanto que sus negocios marchan bien y mientras tienen esperanzas de que machen aún mejor. Pero, cuando han perdido esa esperanza, son fácilmente atacados por la rabia y están dispuesto a abandonarse a las medidas más extremas”. León Trotsky. “A dónde va Francia?”. Juan Pablos Editor, México D.F. 1975. P, 22.
Salvando las distancias de un país imperialista como Francia (que sufría además directamente las consecuencias de la Gran Depresión de los ’30) a uno semicolonial como Costa Rica, el pensamiento de Trotsky es una gran herramienta para comprender el giro a la derecha de las clases medias costarricenses, especialmente después de los primeros impactos de la crisis capitalista mundial en la economía del país. Para el caso costarricense las clases medias lentamente se han ido inclinando hacia la derecha, impulsados en primer lugar por el retroceso general del movimiento de masas después del referéndum de 2007 sobre el TLC, en segundo lugar como respuesta a las primeras consecuencias de la mala situación económica en las condiciones de vida o los negocios de determinadas franjas de la población; a la falta de una opción obrera e independiente fuerte y que represente sus intereses para colocarlos en posición de enfrentamiento con la burguesía; y por último, como consecuencia de un Movimiento Libertario que ofrece salidas extremas para “sacar a los Arias del poder YA”, prometiéndole orden y prosperidad a ciertas capas de la pequeña burguesía desesperada, frenada y obstruida en sus aspiraciones por los grandes empresarios tradicionales agrupados tras las banderas del bipartidismo (PLN-PUSC).
[10] Desde la LRS creemos que la única salida “progresiva” a la crisis solo puede ser obrera y popular. Es decir, ni la burguesía nacional, vinculada por mil lazos al capital imperialista, ni la pequeña burguesía pueden ofrecer una salida a la crisis.
[11] Alianzas como la recientemente fraguada entre el Partido Acción Ciudadana (PAC), Alianza Patriótica (AP) de Rolando Araya y el Partido Integración Nacional (PIN) del médico Wálter Muñoz; en donde los grupos más chicos llaman abiertamente a votar a Solís, según ellos para evitar que sea la “ultraderecha” la que gobierne el país.
[12] Elecciones 2010 Llamamos a votar a Frente Amplio y a construir la izquierda clasista. Movimiento al Socialismo (MAS). Enero de 2010. http//:mascostarica.org
[14] “En estas elecciones: No existe ningún partido que quiera cambiar nada: ¡No vote por ninguno!” Prensa Socialista 96. Enero de 2010. http://pst-cr.blogspot.com