El jueves 27/9, cuando los trabajadores petroleros del estado Anzoátegui se movilizaban hacia el edificio de la Corporación Venezolana de Petróleo (CVP), fueron reprimidos por la policía de Anzoátegui con bombas lacrimógenas y balas, incluso con balas de plomo, dejando el saldo de un trabajador herido en grave estado.
Los trabajadores se movilizaban por el Contrato Colectivo Petrolero para hacerle llegar al presidente de PDVSA y ministro, Rafael Ramírez, un documento sobre la situación del contrato colectivo, pero por respuesta tuvieron la brutal agresión por parte de la policía del estado Anzoátegui, quien arremetió contra los petroleros que reclamaban pacíficamente. Esta movilización era parte del Día Nacional de Lucha por el Contrato Colectivo Petrolero. La brutal represión dejó el saldo de cuatro trabajadores heridos de bala según informan los dirigentes sindicales, además de 15 detenidos.
Una vez más los trabajadores que vienen luchando por sus derechos elementales en el país sufren una brutal represión, ya sea a manos de las policías que dependen de los poderes ejecutivos de los estados o de la Guardia Nacional que responde al gobierno nacional. No es casualidad todos estos actos represivos justo a aquellos sectores de trabajadores que vienen estando en la primera línea por sus reivindicaciones. Hoy son reprimidos los mismos trabajadores petroleros que enfrentaron a los golpistas de abril de 2002, y los que estuvieron en la primera fila para derrotar el paro-saboteo petrolero organizado por la derecha y ordenado desde Estados Unidos, asumiendo el control de diversas refinerías como la de El Palito, y evitando que la embestida de Washington tuviera éxito. ¿Cómo es que hoy es justo a estos trabajadores que se les reprime?
Desde la Juventud de Izquierda Revolucionaria (organización hermana del PTS en Venezuela) llamamos a todas las fuerzas políticas de izquierda, a las organizaciones obreras, sindicales y populares, a los movimientos sociales, a centros estudiantiles, de derechos humanos, etc., a repudiar este brutal hecho. Es necesaria la más amplia unidad y realizar urgentemente protestas ante esta arremetida frente a todas las instalaciones de PDVSA, frente al Ministerio, frente a Miraflores. Este hecho no puede quedar impune, pues marca que ahora las protestas de los trabajadores comienzan a ser criminalizadas, justo a aquellos sectores que han venido derrotando toda la ofensiva de la derecha y las políticas del imperialismo en el país.
Hacemos responsables de todos estos hechos, como así también por el destino de los trabajadores en Anzoátegui, al propio gobierno de este Estado y su policía, como así también al gobierno nacional de quien depende PDVSA.
Tras la aprobación del nuevo contrato colectivo que regirá durante los próximos dos años, se conoció el rechazo de sectores de trabajadores, como los petroleros de Anzoátegui, criticando a la comisión negociadora por no responder a las demandas de los trabajadores. Un dirigente de Fedepetrol de Anzoátegui, denunciando a la comisión negociadora dijo, “vemos que lo que la comisión estuvo discutiendo durante nueve meses lo resolvieron en dos días, entre viernes y sábado de un solo golpe”. Mientras José Bodas, secretario general de Fedeptrol-Anzoátegui agregó “con nuestra lucha obligamos a PDVSA y al gobierno a negociar, pero la burocracia impuso el madrugonazo traicionando a los petroleros”.
En el Palito, Criogénico de Jose o en el CRP de Falcón, hubo denuncias de los trabajadores del rol que jugó la burocracia sindical de la IV y la V República (se refiere a la vieja burocracia sindical y la nueva ligada al gobierno respectivamente) que terminaron entregando en la mesa de negociación las demandas más sentidas de 55.000 trabajadores vinculados a la industria petrolera.
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