NEGLIGENCIA CRIMINAL DEL GOBIERNO
TRAGEDIA PARA LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO DE TABASCO
Desde la noche del sábado 27/10, el pueblo de Tabasco sufre los efectos del peor desastre en más de 50 años. Como consecuencia de las lluvias y de la criminal apertura de la presa hidroeléctrica Peñitas (ubicada en la frontera Tabasco-Chiapas), los principales ríos que cruzan la entidad se desbordaron, provocando la inundación de la mayor parte de la entidad y la desaparición en - los hechos - bajo las aguas, de Villahermosa, capital del estado, en lo que es comparable (o peor) con los efectos de Katrina sobre Louisiana, EE.UU., en agosto del 2005. Más de un millón de tabasqueños fueron afectados y son arrojados aún más a la miseria y a la pobreza provocada por el gobierno estatal y federal. El pueblo trabajador de México presenció las trágicas imágenes de sus hermanos tabasqueños (que recorrieron el mundo), intentando utilizar los escasos recursos con los que contaban (producto de la negligencia y corrupción gubernamental), y muchos de ellos tratando de escapar, a nado o subiéndose a los techos. Al cierre de esta edición, aunque se ha reportado un primer muerto como resultado de las inundaciones, son muchos los testimonios que hablan de numerosos desaparecidos bajo las aguas, que las autoridades tratan de ocultar. Aunque las aguas han bajado paulatinamente, la situación para el pueblo tabasqueño es apremiante por la falta de víveres y agua potable, en tanto que varias zonas del vecino estado de Chiapas han sido afectadas por los efectos de las inundaciones.
Negligencia criminal de los gobiernos estatal y federal
Y es que, si hay un responsable de esto, son los gobiernos federal y los sucesivos gobiernos estatales, ya que se podían prever los efectos de una sobrecarga del sistema pluvial. Tabasco es un estado cruzado por gran cantidad de ríos, entre los cuales se encuentra el Usumacinta, uno de los más caudalosos de México. Los principales municipios de la entidad, así como Villahermosa, están literalmente rodeados por los ríos, de los cuales los más importantes (como el Usumacinta y el Grijalva) desembocan en el océano, conformándose lo que se denomina un “tapón hídrico” (especialmente cuando hay marea alta). Por otra parte, la región es objeto de varios planes agresivos de explotación hidroeléctrica, en el marco del Plan Puebla Panamá, que se planean sin ningún tipo de consideración para con la situación de los habitantes ni de la naturaleza, ni por el hecho de que ya existen presas como Las Peñitas, que desequilibra la zona, como se ve hoy. Ante el evidente riesgo natural de inundación, es claro que se requería una política preventiva. Sin embargo, los distintos gobiernos de la entidad (que fueron advertidos por organismos especializados) miraron para otro lado, y continuaron construyendo complejos de lujo, de forma tal que obstaculizaron el paso de las aguas, mientras que los sectores populares debían resolver la escasez de vivienda construyendo en “asentamientos irregulares” cercanos a los ríos. Como denuncia el periódico La Jornada en su edición del 2 de noviembre, los anteriores gobiernos priistas de Madrazo y de Andrade no realizaron ninguna obra preventiva (después de las terribles inundaciones vividas en la entidad en 1999), y los 200 millones de dólares que estaban destinados a esas potenciales obras, desaparecieron en sus manos. El actual gobierno de Granier, por su parte, que hoy vierte “lagrimas de cocodrilo”, negó una y otra vez el peligro inminente y no realizó ninguna acción para evitar el desastre que alcanza a cientos de miles de trabajadores y habitantes del estado. El resultado de esto es evidente: no hay obras de contención ni albergues suficientes, mientras el sistema sanitario colapsa y los tabasqueños deben emigrar como refugiados de guerra.
Por su parte, las dependencias del gobierno federal aseguraron que nada sucedería, como es el caso de la Comisión Nacional del Agua y Protección Civil... que hace pocos días, cuando miles ya estaban bajo las aguas, aseguraban que “Villahermosa no se inundará”. Por otra parte, la negligencia criminal del gobierno federal tiene su punto culminante en la apertura de Las Peñitas, acción que aceleró el desastre.
La situación de indefensión de los habitantes de Tabasco no es un resultado “natural” de las inundaciones; es la consecuencia de la acción del gobierno federal y estatal, que no invirtió los recursos necesarios para evitar esta catástrofe, mientras con el Fobaproa y otros “rescates” (carretero, azucarero, etc.) subsidian a los grandes capitalistas. Esa negligencia criminal es la causa por la que, año con año, millones de mexicanos están indefensos ante los efectos de distintos desastres, como los huracanes y las inundaciones.
Calderon y las Fuerzas Armadas: al resguardo del orden capitalista
Ahora el gobierno de Calderón intenta reposicionarse ante el pueblo trabajador, llamando a la “unidad de todos los mexicanos”, mientras aprovecha para sacar al ejército a las calles para tareas “sociales”. Pero el rol de las fuerzas armadas es evidente: resguardar el “orden” frente al descontento que puede desarrollarse y reprimir a los miles que empiezan a sufrir el hambre en caso de que intenten abrir los centros de autoservicio y afecten la propiedad de los grandes capitalistas en la entidad, como ya se empieza a ver con las numerosas detenciones ocurridas. Mientras el pueblo de Tabasco sufre la escasez de comida y agua potable (de la cual se ha denunciado que no llega a la entidad) y recibe despensas en mal estado, las góndolas de los supermercados están resguardadas por las fuerzas armadas.
Calderón, al mismo tiempo que despliega su característico autoritarismo (amenazando a quienes criticaron su hipócrita “solidaridad”, con detenerlos) impulsa una verdadera toma de la región por las fuerzas armadas (que ahora controlan los albergues), mientras que el gobernador Granier decretó, en los hechos, un estado de excepción en el centro de Villahermosa y se dedica a acaparar la mayor cantidad de despensas para repartirlas desde su Quinta Grijalva.
Mientras tanto, Calderón acaba de anunciar un plan para “rescatar a la pequeña y mediana empresa”. Nuevamente, como en Cancún, su preocupación es rescatar a los empresarios, mientras las grandes mayorías acrecientan su miseria resultado de los magros salarios y el desempleo.
Por detrás de esta negligencia criminal y de la actitud de los gobiernos federal y estatal, está la podredumbre de un régimen político defensor de los intereses de los grandes capitalistas a costa misma de la supervivencia de los explotados y oprimidos.
Llamado urgente a los sindicatos, organizaciones sociales y de derechos humanos
Es necesario que los sindicatos, organizaciones políticas, populares y sociales y organismos de derechos humanos de todo el país, realicemos una gran campaña de solidaridad en todos los lugares de trabajo y estudio, juntando víveres, cobijas, y ropa para los trabajadores y el pueblo de Tabasco afectados, así como para las comunidades chiapanecas que ya están sufriendo las inundaciones.
Es fundamental un plan de emergencia, cuya primera y urgente tarea es confiscar los bienes necesarios para la población de las grandes tiendas de autoservicio y de las empresas de alimentos. Hay que repudiar la presencia del ejército en las ciudades, exigir su inmediato retiro y la inmediata liberación de los detenidos. La corrupción que ya está haciendo evidente en el reparto de las despensas, impone la necesidad de que la distribución de la ayuda la lleven adelante las organizaciones obreras y sociales, y no los que reprimen a la población.
En perspectiva, hay que planificar un plan de obras públicas para la reconstrucción de las zonas afectadas bajo el control de los pobladores y los trabajadores damnificados, para evitar que los partidos patronales se vuelvan a robar el dinero, y que sirva para prevenir futuras inundaciones. De igual forma, hay que impulsar una comisión investigadora independiente, conformada por representaciones de los pobladores y los trabajadores de Tabasco, para investigar el manejo gubernamental de los fondos destinados a las obras públicas y la apertura de la presa las Peñitas.
– IMPULSEMOS LA SOLIDARIDAD OBRERA Y POPULAR CON NUESTROS HERMANOS DE TABASCO
– CONFISCACION DE LOS BIENES NECESARIOS EN LAS GRANDES CADENAS DE AUTOSERVICIO
– ¡FUERA EL EJÉRCITO DE TABASCO!
5/11/07
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