Desde hace más de una semana el Estado de Israel clausuró todos los pasos que conectan la Franja de Gaza con el resto del territorio y suspendió el suministro de energía, agua, combustible, alimentos y medicamentos, dejando a la población palestina de 1,5 millones al borde del desastre.
El 23 de enero, cerca de medio millón de palestinos desesperados derribaron la muralla que separa a la Franja de Gaza de Egipto, levantada por el gobierno de Mubarak, en busca de alimentos o bienes básicos.
La situación es tan extrema que en algunos países como Jordania se han realizado movilizaciones para repudiar este crimen contra el pueblo palestino exigiendo la ruptura de relaciones con el Estado de Israel. Este método de castigo colectivo digno de los regímenes totalitarios y los ejércitos de ocupación, que cuenta con el visto bueno de Estados Unidos, la Unión Europea, los regímenes árabes y el gobierno palestino de Mahmud Abbas, siriviente del Estado de Israel y el imperialismo, es empleado asiduamente por el estado sionista para someter y doblegar la resistencia palestina. A esto se suman los bombardeos del ejército israelí contra la población civil y los asesinatos de dirigentes de Hamas, Jihad Islámica y otras organizaciones radicales.
En junio del año pasado, el presidente palestino Abbas intentó poner fin al gobierno de Hamas, electo en enero de 2006. Tras un breve enfrentamiento las fuerzas leales a Abbas abandonaron la Franja de Gaza, que quedó bajo gobierno de Hamas. Desde entonces se ha reforzado el bloqueo y el aislamiento de este pequeño territorio con el objetivo de forzar la caída del gobierno. A esto se sumó el gobierno egipcio del dictador Hosni Mubarak, que cerró la frontera de Gaza.
El gobierno de Olmert lanzó impunemente esta nueva ofensiva a pocos días de la visita de George Bush a la región para reanudar conversaciones entre Abbas e Israel para el establecimiento de un supuesto “estado palestino”. Esto demuestra una vez más que el estado sionista y Estados Unidos con la complicidad de la “comunidad internacional” y los gobiernos árabes y la ayuda de al Fatah, están recurriendo nuevamente al terror y el castigo colectivo para derrotar la resistencia del pueblo palestino y lograr que éste renuncie a su derecho elemental a la autodeterminación nacional y acepte vivir en guetos bajo el dominio colonial del estado racista de Israel.
Más que nunca es necesaria la solidaridad de los trabajadores y los oprimidos con el pueblo palestino que una vez más está sometido al ataque bárbaro del terrorista Estado de Israel.
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