Un palo sionista en la rueda de la "détente" entre EE.UU. e Irán
El ministro de Relaciones Exteriores de Irán ha anunciado el lunes 7/4 que recibió un pedido oficial de EE.UU. para la realización de la cuarta ronda de negociaciones sobre la seguridad iraquí. Esta información no fue desmentida por Washington, aun a horas del testimonio del General Petraus y el embajador Ryan Crocker ante el Congreso sobre el progreso de la campaña norteamericana en Irak. Mientras tanto, Muqtada al-Sadr ha sugerido que podría desmantelar su milicia si se lo piden las autoridades religiosas chiítas. Esta es una enorme concesión de al-Sadr, luego de que su milicia se mantuviera frente a los ataques de las fuerzas militares iraquíes en la ciudad de Basora, que según todos los testimonios fueron pobremente planificados y ejecutados. No cabe duda que la mano de Irán está detrás de esto. Éste prefiere la unidad de las distintas agrupaciones chiítas y la incorporación de al-Sadr al gobierno lo que fortalecería su posición en los asuntos iraquíes, a pesar de reducir la capacidad iraní de orquestar violencia a través de las milicias a las que se mantiene ligado. Washington aparentemente estaría dispuesto a aceptar este aumento de la influencia iraní a cambio de alcanzar un apaciguamiento o "détente" con Irán sobre Irak.
Por su parte, en el Levante las tensiones entre el Estado de Israel, Siria y Hezbollah están en ascenso. Israel está realizando su mayor ejercicio de defensa civil de su historia, las reservas de Siria e Israel han sido movilizadas y hay rumores de un ataque en represalia por el asesinato sionista del capo militar de Hezbollah, Imad Mughniyah, los pasados meses. En la región crece la preocupación de que Israel esté buscando una excusa para lanzar una nueva guerra contra la organización militante libanesa, tratando de borrar la imagen de humillación que tuvo hace dos años. Esta acción de Israel podría desestabilizar los esfuerzos norteamericanos en Irak, ya que Irán no podría mantenerse al margen de que un agente suyo sea atacado por el ejército sionista sin brindarle su apoyo (recientemente, el asesinato de Mughniyah en Siria impidió que se concretara la cuarta ronda de negociaciones iraní-norteamericanas cuando todo estaba planeado). No puede descartarse que EE.UU. logre apaciguar a su aliado sionista, pero tampoco sería la primera vez que éste actuara por cuenta propia poniendo en riesgo los intereses más generales de EE.UU. en la región. Ruidos de guerra, rumores de "paz" se mezclan en forma confusa en Medio Oriente estos días.
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