Los bandos patronales juegan el segundo tiempo de su partido en el Congreso en la disputa por la renta agraria. Las nuevas concesiones a los ruralistas que el gobierno introdujo en su proyecto de ley en la Cámara de diputados, negociadas con la Federación Agraria, tampoco fueron suficientes y se reabre la discusión en el Senado. Los patrones “pequeños y medianos productores” sojeros, a quienes están realmente destinadas las compensaciones y reintegros desmintiendo el verso oficial de la pretendida política de “desojización”, las rechazan abiertamente. El abrazo de Eduardo Buzzi con el jefe de bancada del PJ, Agustín Rossi, fue repudiado por los sectores “autoconvocados” de De Angeli y de la Carbap, que insisten en la derogación de la resolución 125. Los dirigentes de la Mesa de Enlace que la semana pasada cantaron el himno nacional junto a los diputados del oficialismo en el parlamento (conmovedora escena “patriótica” entre “golpistas” y “nacionales y populares”), acaban de reafirmar su oposición de raíz al proyecto oficial y llaman manifestar “a la vera de las rutas” y frente al Congreso, como ya había pedido Alfredo De Angelli y Elisa Carrió que coincidieron en la convocatoria a “volver a la presencia en las calles” para presionar sobre los senadores. A lo que ayudará la izquierda sojera de la CCC y el MST de Ripoll.
Cristina pisó un rastrillo
Los defensores intelectuales del gobierno presentaron la decisión de los Kirchner de enviar el debate sobre la retenciones móviles al Congreso, como la táctica triunfal de una “toma de judo”. Es decir como una palanca que devuelve el impulso del golpe lanzado por el adversario -en este caso, el reclamo de “consenso” de los cacerolazos y del “funcionamiento de las instituciones” que hacía la oposición ruralista-, para terminar imponiendo la esencia de resolución 125 pero, ahora, mediante la fuerza de una ley. A la vista de la resultante política, hasta hoy, la definición de la maniobra se ajusta más a la de alguien que, en el apuro, pisa un rastrillo y se da con el mango en la cara.
El gobierno logró imponer media sanción al proyecto oficial en la Cámara de Diputados, pero ese triunfo se diluye día a día y es incierto si logrará repetirlo en el Senado. Pusieron al Congreso en el centro de la crisis, pero allí se evidenciaron las pérdidas sufridas por el kirchnerismo desde que empezó la puja con la burguesía agraria y las clases medias pasaron a la oposición. El largo trámite parlamentario empantanó la acción de gobierno, obligó a los radicales K a separarse de “la concertación” oficialista y dio a luz a la oposición dentro del PJ lo que, a su vez, le dio aire a Barrionuevo para desafiar la conducción de Moyano y abrirse de la CGT oficialista. Los agro-peronistas de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, del interior de la provincia de Buenos Aires y todos los impresentables que se nuclean con los Duhalde, encontraron una cara “progre” en el diputado Felipe Solá. ¿Que fue secretario de agricultura de Menem? Qué importa, si tuvo como jefe de gabinete en la gobernación bonaerense a Emilio Pérsico y los “piqueteros” K... No obstante, resultó ser el “conservador” Reutemann, del corazón de la patria sojera, el que, ahora en el Senado, va más allá en su ruptura con el gobierno con un proyecto que rechaza la potestad de la presidencia para fijar las retenciones. Mientras el proyecto de Solá admitía que el Poder Ejecutivo tiene facultades para dictarlas -a diferencia de Carrió, la UCR y el PRO-, en el proyecto del santafesino el rechazo al Código Aduanero puede aglutinar a los senadores opositores no peronistas para enfrentar al oficialismo. Además, propone “una retención fija para el trigo y el maíz del 22% y para el girasol del 30%. En el caso de que la soja llegue a los 600 dólares la tonelada, propone una retención del 36%, y si llegara a 700 dólares, sería del 40%” (Crítica, 9 de julio). Aunque no logre mayoría, una oposición coincidente en su ataque a las retenciones móviles por “inconstitucionales y confiscatorias” dejará la ley kirchnerista aún más deslegitimada.
Un anti 2001
El debate en el Congreso, seguido por millones de televidentes, ha reforzado las ilusiones parlamentarias entre sectores de masas. Se intenta instalar la idea, en especial en las clases medias, de que esta institución de los lobbles patronales y la corruptela es la vía “más democrática” para resolver las crisis nacionales. La disputa por la renta que no resolvieron los 257 diputados, la intentarán resolver ahora mediante una Cámara aún más aristocrática de 72 senadores representantes de las elites burguesas provinciales, de los Urquía de Córdoba, los Saadi de Catamarca, los Rodríguez Saa de San Luis, y donde hasta el mismísimo Carlos Saúl Menem aún conserva la banca con mandato hasta 2011 por La Rioja. Estamos ante un operativo para represtigiar “la autoridad” del Congreso y recauchutar un régimen político reaccionario, contra los trabajadores y el pueblo, y en este sentido una “institucionalidad” opuesta al “que se vayan todos”. No estamos ante el debilitamiento de la fracción kirchnerista amenazada por los “aires de 2001”, como creen ver en sus delirios el PCR o el MST de Ripoll ante los llamados “combativos” de De Angeli y las asambleas chacareras. Más bien es la vuelta de “las conspiraciones de 2002” con Duhalde y De la Sota. Reutemann lo comprende más cabalmente que esta izquierda que ha adoptado el sentido común de la oposición “republicana”. “¿Qué es lo que vió usted, y no le gustó, al rechazar el ofrecimiento de su candidatura hecho por Duhalde?”, le preguntan los periodistas de A dos Voces en TN sobre su negativa a presentarse en las presidenciales de 2003. “Lo que vi es que se venía una situación diferente a la vivida anteriormente, donde el péndulo que había ido para un lado (hace con la mano hacia la derecha) se inclinaba para el otro (y hace un ademán hacia la izquierda)”.
Ahora, al calor de la reaccionaria protesta agraria y el desgaste de los Kirchner, se han revitalizado las distintas variantes partidarias de la patronal ante el probable escenario de que en las elecciones legislativas de 2009 el oficialismo pierda definitivamente la mayoría parlamentaria, y el último período de Cristina Kirchner quede condicionando a una negociación permanente con el Congreso. Ante una profundización de la crisis política, la oposición parlamentaria en acuerdo con el ahora opositor vicepresidente Julio Cobos, a la cabeza del Senado, sería definitoria (los Kirchner han logrado la proeza de hacer del cargo de vicepresidente una figura gravitante en la política nacional).
Todo esto si, hasta entonces, las cosas marchan por los carrilles “normales” del régimen democrático burgués. En una perspectiva más estratégica, si una crisis económica aguda desata una movilización independiente de los trabajadores y el pueblo que deriva en una verdadera crisis de poder burgués, las clases dominantes intentarán utilizar este fortalecimiento del Congreso para pactar una salida entre los de arriba, mientras el “consenso” entre todos los bandos será reprimir la acción directa que provenga de los explotados. En uno y otro caso, con “estabilidad” democrática o en un nueva crisis catastrófica nacional, el Congreso puede llegar a sostener a los Kirchner, como la soga sostiene al ahorcado, o llegado el caso darle de baja si la crisis llegara a ser terminal. La trampa “democrática” del “debate parlamentario” esconde salidas reaccionarias, gane quien gane la disputa entre capitalistas.
El PTS llama a redoblar los esfuerzos por agrupar a la vanguardia obrera y estudiantil en organizaciones para la lucha de clases, y propone al PO y al MAS abrir el debate en la izquierda obrera y socialista sobre la construcción de un partido revolucionario unificado.
Por una gran Asamblea Nacional de la “tercera posición”
La debilidad en que ha quedado el gobierno, no significa menos dureza contra la vanguardia de lucha de los trabajadores y las nuevas organizaciones sindicales que desafíen los techos salariales y las actuales condiciones de trabajo. La brutal represión en Plaza de Mayo, contra 20 organizaciones de trabajadores desocupados -entre los que se encontraban el Bloque Piquetero Nacional y el Polo Obrero- que intentaban acampar por sus reivindicaciones, fue una nueva muestra. La marcha de repudio a la reciente represión en Plaza de Mayo que realizamos el martes 8 debe ser el inicio de una campaña nacional contra las persecuciones y por el desprocesamiento a los 5.000 luchadores, como proponen los obreros de Zanon y el Sindicato ceramista de Neuquén, y un punto de apoyo para unificar a todos los que levantamos una posición de independencia de clase de ambos bandos patronales en disputa y por las reivindicaciones de los trabajadores. Este jueves 10, se iniciarán reuniones para acordar y organizar acciones en común.
La propuesta del PTS -al Partido Obrero, al Bloque Piquetero Nacional, al MAS y a todas las organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles y organismos de derechos humanos- es oponer a las manifestaciones de la patronal agraria y las que organizará el gobierno, el llamado a una gran marcha unitaria y trabajar para la convocatoria a una Asamblea Nacional de la “tercera posición” que se convierta en un fuerte polo político en la crisis nacional para decir: Ni con los Kirchner ni con las patronales agrarias. Por un aumento general de emergencia para los planes sociales y los salarios. Por el fin del trabajo precario y un salario igual a la canasta familiar indexado mes a mes según la inflación. Por la nacionalización del comercio exterior, los puertos privados y las grandes propiedades de tierras y empresas del campo. Por la abolición del IVA y los impuestos al consumo, y el establecimiento de impuestos progresivos a las grandes fortunas. Por el no pago de la deuda externa y la nacionalización de la banca. Por un plan de obras públicas bajo control obrero al servicio de las necesidades populares. Por una salida de los trabajadores y socialista contra los dos bandos capitalistas.
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