Los militantes de Clase contra Clase, sección chilena de la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional, saludamos a todos los compañeros acá presentes. En Chile, gracias a la dictadura genocida de Pinochet y gracias a las políticas neoliberales de la Concertación -integrada por la Democracia Cristiana y el Partido Socialista, entre otros- se han instalado una serie de ataques a la clase trabajadora y al pueblo pobre. El 70% del cobre, el principal recurso del país, está en manos de empresarios nacionales y extranjeros. Los salarios de hambre, se ven cada vez más afectados por la inflación. La tercerización laboral, es usada para dividir a los trabajadores. La educación es en buena medida un negocio privado subsidiado por el Estado.
Durante los últimos años, sectores de la clase trabajadora y sectores del movimiento estudiantil, han comenzado a cuestionar estos ataques. Conocida es la lucha de los estudiantes secundarios que en 2006, organizaron una asamblea nacional con delegados revocables, y que cuestionaron que exista una educación para ricos y otra para pobres, con su consigna "el cobre por el cielo, la educación por el suelo". 600.000 jóvenes, que se tomaron sus colegios y que marcharon en las calles, dejaron claro que los gobiernos de la Concertación no han hecho más que administrar y profundizar la obra de la dictadura. Así también, sectores de la clase trabajadora, han comenzado a ponerse de pie en defensa de sus intereses. La huelga de los trabajadores forestales de la Celulosa Arauco, que vio caer asesinado al joven obrero Rodrigo Cisternas a manos de la policía; las huelgas de los mineros subcontratados de Codelco en los tres últimos años, son una muestra de esto.
Los empresarios y sus políticos en Chile, aun defienden abiertamente los planes neoliberales, aunque algunos se presenten como falsos amigos del pueblo. Este año han defendido el negocio de la educación, y han despedido a los huelguistas de los conflictos más importantes. De todos modos, en Chile hemos comenzado a ver los primeros síntomas de desgaste de esta política patronal. Mientras discuten si es mejor seguir con el neoliberalismo de los ’90 o maquillarlo con subsidios a los sectores más empobrecidos; la mayoría de los jóvenes y un 40% de la población mayor de 18 años, no se identifica con ninguno de los partidos oficiales.
Este creciente desgaste, estas primeras divisiones y fracturas entre nuestros enemigos de clase, pueden abrir un terreno más favorable para las luchas de los trabajadores, los estudiantes y el pueblo pobre. Este año, nuevamente los estudiantes secundarios han salido a la escena, reclamando que sus demandas del 2006 no fueron satisfechas. Las desigualdades entre una educación para ricos y una educación para pobres, volvieron a manifestarse. Si hay colegios públicos que literalmente se caen a pedazos, mientras que los propietarios privados de los colegios reciben millonarios subsidios estatales, ¿cómo negarlo? Las promesas que hizo el Gobierno supuestamente "progresista" de Bachelet, la Concertación y la derecha, han resultado en un mero maquillaje para la educación pinochetista. Este año los estudiantes volvieron a la escena con nuevas tomas y marchas en diversos puntos del país. Esta vez se sumaron los universitarios a nivel nacional. Y lo más importante: los trabajadores docentes, que le dieron nueva vida a la lucha, y que prepararon el terreno para que los principales sindicatos de la clase trabajadora, se pronunciaran en apoyo, y convocaran a una jornada de acción contra la ley educativa, el 4 de julio. Por primera vez en años, organizaciones de la clase trabajadora, profesores y estudiantes, confluyeron en las calles. Es un camino que es necesario continuar, sin confiar en los políticos progresistas de la patronal, y en los medianos y pequeños empresarios, cómo hace el Partido Comunista, el mayor defensor de la colaboración de clases en Chile.
Los militantes de Clase contra Clase, miembros de la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional, hemos sido partícipes de estas importantes luchas de la clase trabajadora y el movimiento estudiantil. Hemos luchado por la unidad obrero-estudiantil, por acabar con la precarización del trabajo, por la renacionalización del cobre bajo control de los trabajadores. Y nos mantendremos en la pelea por fundar un Partido Revolucionario de Trabajadores, para acabar con el Chile patronal, siendo parte de la tarea que nos compete a los revolucionarios del mundo: refundar la IV internacional, para acabar con la explotación y la opresión a las que nos somete el capitalismo.
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