Un millón de estudiantes y trabajadores se movilizaron el martes 7 en las principales ciudades de Francia, contra el CPE (ley de Contrato de Primer Empleo). En el marco de un ataque general del gobierno que pretende imponer la precarización laboral, mientras criminaliza la protesta y endurece las medidas represivas, obreros y estudiantes le dijeron NO a una reforma que debe ser aprobada definitivamente por el Parlamento el jueves 9.

En París, cerca de 200.000 manifestantes cruzaron las calles céntricas bajo una intensa lluvia y soportando una temperatura de 3 grados. Demostraron así su repudio y descontento con una ley que posibilitaría contratar a los menores de 26 años por un período de prueba de hasta dos años, durante los cuales, el patrón puede despedir a los trabajadores sin justificación.

Según el gobierno, esta reforma del contrato laboral intenta “generar empleo”, eximiendo a los empresarios de las cargas sociales y convirtiéndose, por tanto, en “un aliciente” para la incorporación de jóvenes al mercado de trabajo, bajo la modalidad de los contratos - basura. Con el verso de acabar con la desocupación, el CPE integra una ley denominada, cínicamente, de Igualdad de Oportunidades.

Aunque la CGT no convocó a la huelga nacional, los transportes se vieron afectados durante la jornada de repudio a la reforma, en las ciudades de Lyon, Marsella y Nantes. En Poitiers, Rennes y Calais, los manifestantes bloquearon las vías e impidieron la circulación de trenes hasta que fueron desalojados por la policía. En Toulouse, la coordinadora surgida en asamblea estudiantil exigió, entre otras cosas, “parar la represión contra los movimientos sociales, amnistía para los estudiantes secundarios que participaron en la lucha contra la ley Filon y las personas perseguidas durante la revuelta en los barrios populares de noviembre del 2005”.

Desafiando la medida que pretende implementar De Villepin, una de las banderas de la manifestación decía: “A los que quieren precarizar a los jóvenes, los jóvenes responden: resistencia.”
Después de lo que consideran un primer triunfo por la amplia convocatoria, la Confederación de Estudiantes de Francia exigió retirar urgentemente la reforma del CPE, agregando que, en caso contrario, el gobierno “se deberá atener a la continuidad de la movilización de los jóvenes en solidaridad con los asalariados”. Mientras tanto, las organizaciones sindicales están considerando las próximas medidas a tomar.

Como me comentó una joven estudiante y trabajadora precaria, cuando nos guarecíamos de la intensa lluvia helada, frente a La Bastilla: “Hay quienes pensaron que la lucha contra el CPE culminaba en esta movilización; sin embargo, somos muchos los que creemos que con esta demostración, la lucha recién comienza.”

(*) Nuestra compañera Andrea D’Atri se encuentra realizando una gira por distintas ciudades de Europa, invitada por las universidades de Zaragoza, Málaga y Barcelona y otras organizaciones del Estado Español, Francia e Inglaterra, para dictar seminarios, conferencias y charlas sobre los temas de su especialidad.