Con las concesiones del gobierno para lograr mayoría en el Congreso para la media sanción de la Ley de Medios postergando la entrada de las telefónicas al negocio, los Kirchner ganan una batalla contra el Grupo Clarín y la oposición que, de alguna manera, volverá al contraataque. Pero a pesar que siguen abiertas las peleas entre los de arriba, cierran filas contra los trabajadores. Mientras diputados oficialistas y opositores discuten por TV sobre “la libertad de expresión”, las corporaciones patronales han lanzado los últimos días una campaña pública a través de los medios contra los derechos de la clase trabajadora a defenderse con huelgas de los despidos y contra la libertad de organización sindical. Mientras la lucha de un mes que llevan adelante 2600 obreros y obreras de Terrabusi genera muestras de solidaridad en amplios sectores de la población, una cruzada mediática intenta condenarlos y preparar el clima para derrotarlos con la represión.
Comunidad de intereses
El Grupo Clarín viene emitiendo sistemáticamente, desde el “gran diario argentino” y TN, un comunicado de la COPAL (Coordinadora de las industrias de Productos Alimenticios) que pide el desalojo de los obreros de Terrabusi, con la firma de su presidente, Jorge Zorreguieta quien fuera secretario de Agricultura de Videla y amigo de Martínez de Hoz. El lenguaje de la corporación patronal, dominada por monopolios extranjeros, se refiere al legítimo derecho a huelga y libertad sindical como “comportamientos ilegales, que violan el estado de derecho y constituyen un perjuicio para los propios trabajadores, las empresas y la sociedad en su conjunto”. Por el bien de todos, la COPAL pide “hacer cesar el estado de ocupación ilegítimo para que pueda restablecerse el trabajo y la producción en la citada planta”. Es decir, la represión lisa y llana contra los obreros y obreras que se vienen defendiendo contra 160 despidos persecutorios, incluido a parte de su cuerpo de delegados, con el objetivo de terminar con la organización sindical que pone límites a la voracidad patronal. El gobierno le viene dejando las manos libres, a través del Ministerio de Trabajo que les permite la violación, mediante el lock out empresario, a su propia conciliación obligatoria que exigía la reinstalación en sus puestos de trabajo que la patronal incumplió. Acorde a este rol, el gobierno de Scioli pertrechó a la multinacional con efectivos de la Policía Bonaerense que militarizó la planta de Pacheco, ya desató la represión el pasado lunes 7 y es una amenaza permanente contra los elementales derechos de los trabajadores.
Sin embargo, el “empresariado nacional” de la UIA salió a defender al monopolio extranjero y condenó en un comunicado firmado por el devaluador Héctor Méndez: “La metodología abiertamente ilegal adoptada por un grupo de operarios (...) afectan la seguridad jurídica y el clima necesario para la inversión”. Lo que llaman “grupo” con métodos “ilegales” es la abrumadora mayoría de una fábrica de 2600 trabajadores que unánimemente ha sido capaz de pararle la planta durante todo este mes a una de las patronales más poderosas del mundo.
La difusión que dieron los medios a la campaña para instalar un clima que prepare el desalojo violento, no es de extrañar. Es pura solidaridad de clase de los multimedios, vanguardia en el ataque a los derechos sindicales, empezando por Clarín que en sus diarios, radios y canales de TV tienen prohibida la organización sindical, y no dudan a la hora de expulsar a aquellos trabajadores que se atrevieron a impulsar comisiones internas de prensa de sus empresas.
Está en curso, con la preparación de la represión que intentan en la planta de Pacheco, una ofensiva contra el nuevo movimiento obrero y sus organizaciones de base y combativas. En este clima la empresa Metrovías de Roggio, al igual que Kraft, pidió que el Ministerio de Trabajo declare ilegal el paro del Cuerpo de Delegados del Subte por el reconocimiento de su sindicato independiente de la UTA, que volvió a demostrar con un paro total de todas las líneas durante tres horas cuál es la verdadera representación de los trabajadores.
“¿Quieren libertad sindical?”
“¿Quieren libertad sindical? Ahí la tienen”, dijo Hugo Moyano mientras iba a reunirse con Mauricio Macri. Según ámbito Financiero, el jefe de la CGT alerta que “si el Gobierno o la Justicia continúan avalando (como lo hizo ya la Corte Suprema), la formación de gremios afiliados o no a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), e independientes de la CGT, se sucederían casos como los de Kraft”. Es reveladora la coincidencia con diarios que han gastado ríos de tinta contra el dirigente de los camioneros. Infobae del derechista Hadad denuncia que “Los conflictos laborales en el subterráneo, en la empresa alimenticia Kraft (ex Terrabusi) responden a una misma matriz: gremios que no logran controlar a las comisiones internas, delegados de base hiperpolitizados y una tibia intervención del gobierno nacional que no logra dirimir las internas”. Otro enemigo declarado de toda organización sindical, el neoliberal ámbito Financiero. haciéndose eco de las preocupaciones de la UIA, dedica un extenso análisis a la “ola de rebeldía gremial que desborda a las conducciones sindicales “naturales””.
Ante esta “preocupación” Moyano se presenta como la garantía de “paz social”. La burocracia de la CGT que comenzó denunciando que “para estas empresas extranjeras el mejor sindicato, es el sindicato que no existe”, ahora ha encontrado que puede prestar nuevos servicios atacando a los dirigentes elegidos por los trabajadores, mientras que los hombres del gremio de la alimentación que conduce Rodolfo Daer pasaron a actuar directamente como rompehuelgas intentando poner en funcionamiento sectores de la planta junto a los jefes. ¿Qué hace la CTA?
Ante esta ofensiva patronal la CTA tiene “planificada” una marcha para fin de mes al Ministerio de Trabajo para reclamar por la “libertad sindical”. Mientras fueron los diputados afines a la CTA, como Macaluse, Fabio Basteiro y Claudio Lozano, los que denunciaron en los medios y en el Congreso los atropellos de Kraft, la central no tomó, como organización obrera, una sola medida de acción solidaria con la huelga en una de las fábricas más grandes del país. La CTA aparece ante cada vez más afiliados de sus propios gremios como ajena a las luchas y a la vida real del movimiento obrero. Ya su dirigente en el Neumático, Pedro Wasiejsko, dejó pasar, en su momento, el ataque a los delegados de FATE y los despidos de los mejores activistas de la huelga por salario del 2007. Los paladines de la “libertad sindical” se niegan actualmente a reconocer el triunfo de la oposición clasista y de izquierda en el gremio docente de La Plata contra el fraude consumado por Roberto Baradel, Secretario General del SUTEBA y Adjunto de la CTA bonaerense.
Movilización urgente
En la heroica lucha de Terrabusi se juegan momentos decisivos. Desde los pronunciamientos de las principales organismos de derechos humanos, de diputados, personalidades de la cultura, hasta las acciones solidarias de centros y federaciones estudiantiles, el movimiento militante de mujeres y organizaciones obreras en todo el país debe reclamar a los sindicatos de la CTA y la CGT la convocatoria inmediata a un paro y movilización para evitar el desalojo y la represión a los huelguistas y lograr la reincorporación de todos los despedidos como lo piden en más de un mes de lucha.
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