El jueves 15 de octubre cientos de miles de trabajadores de Puerto Rico protagonizaron una jornada de Paro Nacional de 24 horas con una movilización multitudinaria en la capital, San Juan, contra una ley de ajuste impulsada por el gobernador de la isla, Luís Fortuño, quien ordenó el despido de 17.000 empleados estatales para principios de noviembre, que se suman a otros 5.000 despidos que ya habían sido anunciados en meses anteriores.
Esta Ley conocida popularmente como “Ley 7”, suspende los derechos de los empleados públicos a la negociación colectiva y ordena una reducción presupuestaria del 20% mediante el despido masivo de empleados estatales que podría afectar a 30.000 trabajadores. El gobierno de Fortuño planea eliminar 40 dependencias públicas por medio de cierres, privatizaciones o fusiones.
Como parte de la jornada de Paro Nacional, una decena de marchas confluyeron en el centro de la ciudad y se concentraron en la Plaza Las Américas que es el símbolo del poder económico y donde se encuentra el centro comercial más grande de la isla. Más de 150.000 trabajadores y estudiantes participaron de esa movilización y decenas de miles realizaron acciones en otros puntos de la capital y el interior respondiendo al llamado al Paro de la Coalición Sindical y la organización Todo Puerto Rico Por Puerto Rico que fue apoyada por la Coordinadora Sindical y el Frente Amplio de Solidaridad y Lucha. Estos últimos ya habían convocado a un Paro Nacional el 1° de mayo de este año contra la “Ley 7” en el Día Internacional de los Trabajadores.
Al grito de “Para los ricos, el contrato, para el pueblo, el maltrato”, una multitud repudió a las políticas neoliberales de Fortuño. El centro económico y financiero de la capital fue paralizado. Los bancos anunciaron que no abrirían sus puertas, los muelles estaban cortados por camioneros y no hubo clases en las escuelas y universidades públicas de la isla, como así también en varias privadas. Esta importante acción se llevó acabo a pesar de las amenazas del gobierno que anunció días antes del Paro que le imputarían el cargo de terrorismo a los trabajadores que interfirieran con el libre movimiento de mercancías y pasajeros en los puertos y aeropuertos de la isla. El mismo día del Paro el gobierno desplegó 15.000 oficiales de la policía en San Juan, mientras que un helicóptero de la policía rondaba la manifestación y filmaba a los manifestantes. Los estudiantes por su parte tuvieron que soportar que la policía del Estado, bajo las órdenes del FBI, cerrara las puertas y ocupara las 11 sedes de la Universidad de Puerto Rico para evitar que se realizaran las asambleas estudiantiles planificadas para adherir a la huelga. Sin embargo los estudiantes, salieron masivamente a la calle durante la jornada del 15 de octubre.
El Gobernador Fortuño lanza este ataque contra los trabajadores en el marco de un aumento de la desocupación como producto de los efectos de la crisis económica. Durante los últimos 12 meses, 89.000 trabajadores han perdido su empleo en el sector privado mientras que el plan de ajuste actual golpea al sector público que emplea al 25% de los trabajadores de la isla. La tasa de desempleo en septiembre fue del 15.8% y se espera que los despidos en masa la lleven a más del 17%. Mientras que el gobierno de Obama gasta miles de millones de dólares en planes de rescate para el sector financiero, el gobernador Fortuño explica cínicamente que la isla tiene que reducir su déficit fiscal de 3.200 millones de dólares para evitar que las agencias de Wall Street, el mismo sector que generó la crisis, no bajen la categoría de los Bonos emitidos por el gobierno. Tras este argumento pretende avanzar en el ataque a los trabajadores estatales mientras que garantiza jugosos negocios mediante nuevas privatizaciones para los empresarios de la isla y de EE.UU.
Recordemos que Puerto Rico tiene el estatus de “Estado Libre Asociado” de Estado Unidos, tras el cual se esconde ni más ni menos que una posesión colonial del imperialismo norteamericano cuya población es tratada como ciudadanos de segunda a los que ni siquiera se les permite votar para presidente. En su territorio los marines yanquis mantienen la base de Vieques e históricamente quienes lucharon por la independencia de la isla fueron perseguidos, torturados y asesinados e incluso el día de hoy el FBI actúa en el territorio de Puerto Rico sin ningún tipo de consulta y con absoluta brutalidad como quedó demostrado en 2005 cuando asesinaron en su casa al dirigente independentista Boricua, Filiberto Ojeda Ríos, lo que dio lugar a un repudio generalizado al interior de la isla.
Tanto en la isla como en EE.UU., el gobierno de Obama y el del gobernador Fortuño pretenden que la crisis la paguen los trabajadores como lo viene demostrando el aumento de la desocupación en ambos lugares. El paro nacional de la semana pasada, que fue el más importante de los últimos años y atrajo la simpatía de amplios sectores populares, es una muestra de como empezar a enfrentar los planes de ajuste y las políticas neoliberales. Como declararon algunos dirigentes sindicales del magisterio, es necesario que ahora se avance hacia una Huelga General indefinida hasta acabar con la “Ley 7”. Los clase obrera de EE.UU. tiene que jugar un papel clave como aliada de los trabajadores puertorriqueños en su lucha por acabar con los despidos y los planes de ajuste de Fortuño, lo que a su vez los dejará en mejores condiciones para enfrentar los ataques que ya están sufriendo al interior de EE.UU.
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