1.- Aproximadamente a las 3.30 hrs. de la madrugada del día de ayer, se produjo uno de los desastres naturales más grandes de la historia del país y el quinto en la historia mundial, solo comparable en Chile al terremoto de Valdivia de 1960. Este desastre, con un terremoto de casi 9 grados en la zona centro-sur de la V a la IX Región, tsunamis e innumerables réplicas posteriores, ha llevado a decretar a estos sectores como “zonas de catástrofe” por parte del gobierno, y ha movilizado a todos los efectivos gubernamentales empezando a evaluar un plan de “reconstrucción nacional” porque tras la catástrofe natural, emerge la crisis social en la que se encuentran millones de familias trabajadoras y pobres.
2.- Según palabras del Ministro del Interior, el DC Raimundo Pérez Yoma, la situación que se está viviendo en gran parte del país es un “cataclismo con proporciones bastante históricas”. Ya van más de 300 muertos como cifra oficial y más de un centenar de desaparecidos y en las próximas horas se contabilizarán muchos más. Es que la situación es verdaderamente catastrófica para los sectores obreros y populares como muestra la cifra de damnificados. La ministra de Vivienda, Patricia Poblete, sostuvo que preliminarmente se maneja una cifra de “1,5 millones de viviendas con algún nivel de daño y 500 mil con daños severos”. Se habla de cerca de 2 millones de familias del pueblo trabajador damnificadas.
3.- Cientos de miles de casas, edificios y departamentos se han derrumbado, y otros tantos miles de las comunas más pobres se encuentran con riesgos estructurales y en situación de derrumbe. La situación en los hospitales no es menor: el hospital del Maule se encuentran en una crisis estructural por el desastre. El hospital regional de la Araucanía ha sido desalojado ante el peligro de derrumbe. La situación es parecida en los hospitales públicos de Concepción, Tomé y en las provincias del centro-sur del país. En Lampa se incendiaron 3 industrias de plásticos formando un nubarrón químico que llevó a la municipalidad de Lampa a intentar evacuar la comuna, y que se está expandiendo a otras comunas como Quilicura. El metro de Santiago estuvo cerrado. Múltiples locales comerciales también. El suministro eléctrico y de agua potable mientras se restableció en unas horas para la clase patronal, aún no llega a numerosas comunas obreras y populares que se mantienen en desabastecimiento de estos servicios.
4.- Si bien toda la prensa nacional y mundial tiene sus ojos puestos en el terremoto y las calamidades sociales que éste provocó, mostrando las palabras de ayuda del imperialismo norteamericano y una serie de países de Europa y América Latina y la movilización del gobierno, silencian con total complicidad con las clases patronales y sus políticos, que las consecuencias sociales que están golpeando caóticamente a los trabajadores y al pueblo pobre, no son en ninguna medida cuestiones “naturales”, sino el subproducto de los múltiples negociados urbanos e inmobiliarios de la clase capitalista con los partidos patronales del gobierno concertacionista y la oposición derechista que se iniciaron desde la dictadura y se han profundizado en los 20 años de la transición pactada.
5.- Gran parte de los derrumbes de edificios habían sido entregados el año pasado o en estos años anteriores. Lo mismo ocurre en comunas populares de Santiago y hacia el sur del país. Durante la dictadura y 20 años de democracia para ricos, el desarrollo inmobiliario fue a costas de financiamiento desde el Estado a los empresarios. Destinaron gran parte del presupuesto del Ministerio de Obras Publicas al financiamiento de las grandes empresas constructoras e inmobiliarias a través de innumerables subsidios. Con la carestía de vivienda de los trabajadores y del pueblo pobre hicieron millonarias ganancias a costa de programas de vivienda como las viviendas PET a trabajadores, o el fraude de las casas “Copeva”. A esto se suman las franquicias tributarias que permiten la evasión de impuesto vía construcción de “viviendas sociales” –verdaderos fraudes de uso y habitación- además de las rebajas impositivas a las grandes empresas. Estos pulpos capitalistas aprovecharon además junto al negocio con los bancos privados –en complicidad con el Banco Central- los préstamos crediticios, las hipotecas y otros instrumentos de sobreendeudamientos de las masas trabajadoras para tener viviendas donde residir, y pagando tasas de interés totalmente usurarias para viviendas en mal estado, como demuestra la lucha año a año de los deudores habitacionales endeudados con los bancos y empresas constructoras e inmobiliarias. Es ya conocida la situación de las viviendas sobretodo en la zona centro-sur ante los meses de invierno de la lluvia, donde año a año los gobiernos de turno deben destinar complejos deportivos y otros inmuebles como “vivienda temporaria” de miles de casas llovidas y con inundaciones. Este verdadero negocio de la vivienda no es una causa natural, es el usufructo de los capitalistas sobre las masas trabajadoras garantizado por la Constitución pinochetista y por el derecho patronal para el aprovechamiento del suelo, o el derecho de “uso y habitación”. Incluso, mientras hicieron millonarios negocios las constructoras, no dudaron en despedir cientos de miles de trabajadores de la construcción desde el inicio de la crisis mundial.
6.- Desde Clase contra Clase creemos que la situación catastrófica que están viviendo las masas trabajadores y del pueblo pobre, solo podrá ser resuelta íntegramente por los trabajadores mismos. La Concertación que se muestra ahora preocupada de estas calamidades sociales fue la cómplice de estos negociados que permitieron estas consecuencias. La derecha fue la inventora directa de los estos planes en la dictadura. El discurso de Piñera de enfrentar esta calamidad “con unidad nacional”, intenta esconder esta cuestión que está detrás de las graves consecuencias sociales. Además, el vocero de la derecha, El Mercurio y Piñera han salido a denunciar situaciones de “pillaje y delincuencia” en sectores donde se han producido saqueos y llaman a “restablecer el orden público”. Los trabajadores deben denunciar esta maniobra de la derecha, además de denunciar su rol junto a la Concertación como responsables de la calamidad social que están viviendo cientos de miles de trabajadores y del pueblo pobre.
La alcaldesa UDI de Concepción, capital de la Región del Bio Bio, una de las zonas más afectadas, advierte que se producirán saqueos, y reclama mayor presencia policial e incluso del Ejército. Ante el hambre, y la desesperación, muchos se vieron empujados a ingresar a supermercados para abastecerse. No es represión lo que se necesita: en lugar de pedir más policía y ejército, la obligación era proveer las dramáticas necesidades sociales.
7. La CUT debería encabezar esta lucha, peleando por un plan de reconstrucción gestionado directamente por los trabajadores y financiado por el Estado y por impuestos progresivos a las grandes empresas que se han beneficiado de este negocio a costa de la miseria de los trabajadores. Además, este plan de reconstrucción debe estar unido a la gestión obrera y popular del racionamiento de toda la ayuda y comida hacia las familias damnificadas así como de hospitales y servicios. Para ello es necesario un Encuentro encabezado por la CUT y organizaciones obreras, donde sindicatos, organizaciones del pueblo pobre, del movimiento estudiantil y de la izquierda discutamos este plan, y que esta tarea se lleve a cabo bajo Comités obreros y populares.
Clase contra Clase
28 / 02 / 2010
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