Las principales ciudades italianas se tiñeron de amarillo el lunes 1° de marzo en la primera huelga protagonizada por inmigrantes, que se inspiraron en la iniciativa francesa “Día sin inmigrantes, 24 horas sin nosotros” para reivindicar los derechos de los casi cinco millones de extranjeros que viven y trabajan en Italia.
En Francia, se toma el 1° de marzo como fecha simbólica de protesta contra las leyes migratorias, ya que un día como ése pero en 2005 fue aprobada una nueva ley que profundiza el carácter xenófobo y discriminatorio de la legislación. En protesta, se realizaron concentraciones en diversas ciudades francesas como París, Marsella, Toulouse, Bordeaux, Estrasburgo, entre otras.
Paralelamente, y como destaca el diario italiano Il Manifesto en una nota titulada “Bandera Amarilla”, por el color utilizado por los inmigrantes en Europa para sus movilizaciones, “decenas de miles marcharon en varias ciudades, con paros en algunas fábricas en el centro-norte del país” (2/3/2010).
Una jornada de protesta llevada adelante por los inmigrantes en Europa, que muestra la fuerza y la influencia que tienen en la producción los trabajadores y las trabajadoras extranjeros. En Italia, se calcula que los trabajadores inmigrantes producen, directa o indirectamente, alrededor del 10 % del PBI.
Las principales movilizaciones se dieron en Nápoles -donde desfilaron unas 20.000 personas- y en Bolonia con 10.000. Entre bailes, música y consignas contra la ley que impone el límite del 30% de inscripciones de alumnos extranjeros en las escuelas italianas se manifestaron en la localidad de Rosarno (Calabria), donde a principios de enero se produjeron duros enfrentamientos entre inmigrantes principalmente de origen africano que resistieron el ataque de fuerzas policiales y parapoliciales.
Pero en éste 1° de marzo algo que parecía difícil terminó sucediendo: hubo paro en varias fábricas, según indica el mismo diario Manifesto, que afirma que fue una verdadera jornada de huelga.
La FIOM (Federación de Metalmecánicos Italianos) brindó un informe en el cual destaca los siguientes datos: 50 empresas se paralizaron en Brescia, en la provincia de Bologna 8 horas de paro en Bonfiglioli B1, en Euroricambi y en la empresa Tittan, una hora de paro al fin del turno en Ducatti de la que participaron también trabajadores del sector limpieza; en Reggio Emilia se paró durante 8 horas en Terim y 4 horas en Ipcleaning, por nombrar algunos ejemplos. Cabe destacar que fue cerrada simbólicamente con cintas amarillas la fábrica Marcegaglia, propiedad del presidente de la Confindustria (Central Patronal Italiana).
Mientras las distintas burguesías europeas descargan todo el peso de la crisis sobre los trabajadores, los sectores más vulnerables y más atacados, como son los trabajadores inmigrantes, se están poniendo de pie, demostrando que la alianza con el conjunto del movimiento europeo muestra el camino no sólo para enfrentar a esta crisis, y que la paguen los capitalistas, sino también para comenzar a ponerles un freno y hacer retroceder las políticas racistas y xenófobas que se vienen aplicando.
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