Quienes militamos en Clase contra Clase, planteamos que el conjunto de las organizaciones sindicales, estudiantiles y populares debemos luchar por el retiro de las fuerzas armadas de las calles, y el fin del estado de excepción y el toque de queda. Y ante la posibilidad de que el ataque a los derechos democráticos se extienda, es necesario que la CUT prepare una huelga general, que los estudiantes respondan con un paro y los pobladores con cacerolazos. Del mismo modo, es necesario organizar un Plan de Ayuda Obrero y Popular. Es necesario financiar el abastecimiento, la atención médica y la reconstrucción con impuestos progresivos a las ganancias patronales y requisición de los stocks, particularmente de los productos de primera necesidad, y con recursos estatales. El Plan de Ayuda será posible si cada una de estas tareas es gestionada directamente por los organismos de la clase obrera, el movimiento estudiantil y el pueblo oprimido, como la CUT, la Fech o las juntas de vecinos. Ante los problemas de vivienda, es necesario exigir una reforma urbana, expropiando las mansiones y recintos de la Iglesia, para darle solución habitacional a los damnificados, y un plan de obras públicas controlado por los trabajadores y el pueblo pobre para construir viviendas dignas, y darle solución a la cesantía. Del mismo modo, es necesario luchar por que el salario aumente automáticamente acorde a la inflación, que ya se ha anunciado para marzo, y conformar comités obreros y populares de control de precios, para frenar a los especuladores. La solución de los padecimientos agudizados por la crisis social no provendrá de los empresarios y sus figurones como Don Francisco, sino de la clase trabajadora y el pueblo pobre organizado en defensa de sus intereses.
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