El Parlamento portugués acaba de votar el plan de “rescate” de la Unión Europea para Grecia, el mismo plan que exige el ajuste draconiano contra los trabajadores helenos. La aprobación del plan contó con el apoyo del gobernante Partido Socialista y los partidos de la derecha portuguesa. Hasta aquí no habría razón para sorprenderse. Lo verdaderamente vergonzoso es el voto a favor de este “rescate” por parte del llamado Bloco de Esquerda (Bloque de Izquierda). El Bloco de Esquerda (BE) es una coalición de distintas organizaciones de izquierda, de la que forma parte la Liga Internacional de los Trabajadores (LIT), por medio de su sección portuguesa Ruptura-Fer. Ante la debacle de otros “partidos amplios”, como Respect en Gran Bretaña o la reciente crisis del PSOL en Brasil, el BE venía siendo presentado como un “triunfo” de este tipo de coaliciones con programas reformistas, al haber logrado duplicar la cantidad de diputados en las últimas elecciones portuguesas (actualmente con 16 bancas).

El Bloco de Esquerda justificó su voto a favor del “rescate” bajo la excusa de que “rechazar el préstamo en las actuales circunstancias sería imponer la bancarrota a Grecia”, como dijo su diputada Cecilia Honório. Esta vergonzosa justificación, que los ubica a la rastra de la política de los imperialistas de la Unión Europea y el FMI y en la vereda opuesta de la clase obrera y la juventud griegas, no hace más que mostrar que los que están en bancarrota son estos proyectos de “partidos amplios”, que lejos están de ser una alternativa para que la crisis la paguen los capitalistas y no los trabajadores.