por Pablito, Diana y Domenico, delegados del Comando de Huelga y dirigentes de la LER-QI
Los trabajadores de la USP, que llevan 37 días de huelga, salieron a la lucha cuando el rector João Grandino Rodas, representante del gobernador de San Pablo José Serra, concedió un aumento salarial de 6% a los profesores, excluyendo a los trabajadores. De esa forma quebró un acuerdo firmado en el año 1991 entre las tres universidades estaduales y sus sindicatos que garantizaba reajustes salariales iguales entre las categorías (isonomía), imponiendo, por el contrario, una división entre los profesores y trabajadores, lo que desató el movimiento huelguístico.
El rector organizó una campaña reaccionaria en los medios burgueses, tratando a los huelguistas de mercenarios contratados por el sindicato y alertando que si la sociedad civil no interviene, la USP se va a transformar en Haití. Por detrás del discurso racista, está la tentativa de poner a toda la sociedad contra los trabajadores en lucha, buscando mayor legitimidad para implementar los planes de precarización de la educación del gobierno Serra en la Universidad, que ya son aplicados por Lula a nivel nacional. La ofensiva del rector, para mantener aislada la huelga, se apoya en una situación política y social conformista y de mucha pasividad, de alta popularidad del gobierno Lula. Pero esta lucha es contra el gobierno de Serra que es menos popular y se desarrolla en medio de la disputa electoral con el PT. Por eso tiene muchos elementos contradictorios. Se mantiene y extiende en un contexto sin luchas y a la vez logra apoyos parciales pero importantes de profesores, estudiantes e intelectuales.
La rectoría declaró que iba a descontar el salario de los trabajadores y multar al sindicato por los piquetes. Frente a este ataque, diversos sectores se manifestaron contrarios, como las Congregaciones de muchas facultades e inclusive el juez de Trabajo y profesor de la USP, Jorge Luis Souto Maior, que declaro que “el ejercicio de un derecho fundamental, la huelga, no puede ser factor de negación de otro derecho fundamental, el salario”.
El movimiento continúa fuerte con la entrada de nuevas unidades en huelga y principalmente de forma radicalizada de once campos de la UNESP y una importante huelga en la UNICAMP enfrentando a la burocracia sindical gubernamental del PCdoB. El único sector estudiantil que salió consecuentemente en apoyo a los trabajadores fue el de la UNESP Marília, donde hay una huelga y toma estudiantil en apoyo a los trabajadores, y donde nosotros desde la LER-QI cumplimos un rol de dirección. Mientras más de 1.000 familias de trabajadores pasan hambre con el descuento de los salarios, Rodas está haciendo campaña electoral para el gobierno del PSDB y los rectores de la UNESP y UNICAMP están viajando por el exterior. Frente a esta situación los trabajadores ocupamos el último martes la rectoría de la USP en un acto que ya cuenta con el apoyo de centenas de estudiantes, así como la presencia importante de profesores de la universidad que dieron clases dentro de la rectoría ocupada.
Las reivindicaciones de la ocupación giran alrededor de la reapertura de negociaciones y el pago de los salarios descontados. Pero nuestra huelga, que lucha por el restablecimiento de la isonomía es una huelga en defensa de la universidad pública, gratuita y de calidad, al servicio de los trabajadores y del pueblo pobre, por el fin de la tercerización con la incorporación de todos los trabajadores tercerizados sin necesidad de concurso público, por la reintegración inmediata de Claudionor Brandão (despedido en 2008 por el gobierno Serra) y por el retiro de todos los procesos a estudiantes y trabajadores en lucha. Nosotros desde la LER-QI estamos actuando sabiendo que es una lucha testigo, para demostrar a los trabajadores que no hay que aceptar los descuentos salariales y el cercenamiento del derecho de huelga, como hizo la burocracia sindical en la reciente huelga de los profesores.
|