Después de 57 días de lucha, llegó el fin de la huelga de los trabajadores y trabajadoras de la Universidad de San Pablo (USP). A pesar de no conseguir las principales reivindicaciones que motivaron la huelga, como la lucha por la isonomía (igualdad de aumento salarial con los profesores), los trabajadores no docentes conseguimos garantizar el pago de los días de huelga, que habían sido descontados por el rector y el gobierno Serra (PSDB oposición de derecha a Lula y el PT). Esto ocurre en un momento en que el presidente Lula y el PT, que se dicen representantes de los trabajadores y los pobres, vienen haciendo declaraciones reaccionarias sobre el derecho de huelga, afirmando que: “huelgas no son vacaciones, huelga es guerra” y por eso, dice que es necesario descontar los días parados en especial de los empleados públicos. A su vez, el gobierno dice que va a recurrir a la justicia para decretar ilegales las huelgas. La burocracia sindical de la CUT que apoya a Lula impuso que muchos sectores en lucha, acepten los descuentos por los días de paro, como los profesores y maestros de la red estatal de San Pablo, los trabajadores judiciales y los empleados públicos de dos reparticiones nacionales entre otros. Por eso, los trabajadores de la USP y nuestro sindicato combativo, dimos un ejemplo a todos los trabajadores: no hay que aceptar sin lucha el ataque al derecho de huelga.
En estos dos meses, los trabajadores de la USP además de la huelga, la táctica jurídica, el diálogo con la población, la defensa de la universidad pública (que está siendo atacada por los gobiernos y la burguesía) hicimos acciones radicales con piquetes, ocupamos el rectorado hasta el final de la huelga, paralizamos la guardería y, hasta el último día amenazamos ocupar y paralizar el centro de cómputo del campus universitario que estaba custodiado por decenas de policías. Esa dureza de la lucha que hace tiempo no se ve en Brasil que, a diferencia del año pasado no tuvo el apoyo de profesores y estudiantes, salvo pequeñas demostraciones solidarias, obligó al rector a negociar y retroceder en sus ataques a los huelguistas. El Sintusp volvió a demostrar, como dijo un dirigente sindical de Campinas sin exageración, que es el sindicato más combativo de Brasil, aunque le pese al PSOL y al PSTU que, con sus colaterales Conlutas e Intersindical, dirigen centenas de sindicatos y no pueden mostrar ninguna forma de lucha parecida a ésta. La impotencia de esta izquierda corporativa y electoralista, contribuyeron a un mayor aislamiento de nuestra huelga. En estos 57 días, Conlutas y el PSTU, se conformaron con hacer algunos discursos sólo para lavarse la cara, manteniendo la tradición de una izquierda testimonial, dando apoyo afectivo y no efectivo. Aún con la lucha política que dimos en el CONCLAT (intento fracasado de unificación entre Conlutas y la Intersindical) donde llamamos a todos los sindicatos a hacer concreta la unificación, una campaña por el derecho de huelga y el apoyo activo de las luchas, ningún movimiento de solidaridad fue organizado por ellos, ni fue implementado el fondo de huelga que impusimos que se votara en ese congreso. Por todo eso, es aún más importante el resultado de esta huelga, contra el ataque de la burguesía y sus gobiernos, contra la burocracia sindical de la CUT y la indiferencia de los sindicatos de izquierda lideradas por el PSTU y el PSOL.
La confluencia de nuestra política revolucionaria en frente único con la mayoría de la dirección del Sintusp, mostró cómo un sindicato de lucha, pudo transformar una lucha salarial en una batalla de clase, combinando métodos combativos, un programa no corporativo que incluye la lucha contra la tercerización y por la unidad de las filas obreras, contra la presencia policial en el campus y las favelas aledañas donde trabajan muchos de los tercerizados de la USP.
Conquistamos además del pago de los días de huelga un reajuste del 6,57% además de otros beneficios, apertura de negociación por un 5% más y acuerdo de ninguna sanción por ejercer el derecho de huelga. Sin embargo somos concientes y nos estamos preparando para posibles represalias ya que no confiamos en este rector que está al servicio de los intereses empresarios y que seguramente nos seguirá atacando para llevar hasta el final su plan de derrotar a los trabajadores y nuestro combativo sindicato. Esta fue apenas una batalla, que no da por cerrada nuestra lucha. Como dijo Brandão uno de los máximos dirigentes del Sintusp y de nuestra organización: “Nuestra lucha es por la universidad del futuro, fuimos el único foco de resistencia al proyecto privatista de la universidad y seguiremos luchando por más presupuesto para la educación, fin del examen de ingreso y por un cambio radical de la estructura de poder de la universidad. Queremos que la universidad esté al servicio de los trabajadores y el pueblo pobre, en su gran mayoría mujeres y negros”.
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