El martes 29, fecha en que se daba inicio al debate parlamentario alrededor de los recortes y las medidas impuestas por los organismos internacionales, el FMI y la UE, los trabajadores de los sectores público y privado protagonizaron una huelga de 24 horas. La jornada de protesta, que tuvo un alto grado de acatamiento y paralizó la actividad del país, fue convocada por los sindicatos del sector público (ADEDY), los dos sindicatos de los trabajadores del sector marítimo y portuario -que responden al Partido Comunista griego-, el sindicato de los ferroviarios (OSE) y de otras ramas del sector privado, como los periodistas y trabajadores de los medios.
Las dependencias y oficinas públicas, escuelas y colegios cerraron sus puertas y los trabajadores de los hospitales sólo atendieron casos de emergencia. La medida afectó el transporte público: el servicio ferroviario no funcionó y los vuelos de cabotaje fueron cancelados, mientras que los servicios de metro, tranvía y autobuses se plegaron con paros parciales. Sin transmisión televisiva ni periódicos, la quinta huelga general en el año muestra la bronca contra las medidas de austeridad del gobierno socialista del PASOK.
Cerca del mediodía más de 20.000 manifestantes se concentraron en el centro de Atenas y alrededor de la plaza Sintagma, donde fueron reprimidos por la policía que quería impedir el desplazamiento de la marcha. Como resultado de las acciones miles de turistas quedaron varados en Piraeus, el principal puerto del país (cerca de Atenas), de donde parten la mayoría de los ferrys hacia las islas griegas -destino popular del turismo europeo. El sector de la industria turística representa cerca del 20% de los ingresos del país, y esta época del año (verano) es clave para sus ganancias, por tal motivo los empresarios del sector turístico y de navegación venían ejerciendo una gran presión sobre el gobierno y la justicia para que la huelga sea declarada ilegal. Los trabajadores portuarios –pese a que la huelga fue declarada ilegal por las autoridades- armaron columnas sólidas para llevar adelante su protesta y las fuerzas del orden no pudieron torcer su voluntad de lucha.
Las medidas más drásticas son el recorte a las pensiones, el aumento de la edad para jubilarse, aumento del IVA del 16% al 23% y un cambio en la legislación laboral para facilitar los despidos. Pese a estas medidas tan impopulares el gobierno del PASOK se mantiene, pero está cada vez más cuestionado, en particular por los sectores sindicales que le responden y muchos de sus portavoces y diputados fueron abucheados en varias reuniones públicas. Se estima que las deliberaciones sobre el paquete de medidas exigido para recibir una ayuda de 110.000 millones de euros durarán toda la semana, por lo que no podemos descartar que los trabajadores protagonicen nuevas jornadas, acciones y protestas.
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