El caso León Trotsky, por primera vez en castellano
Entre 1936 y 1938 se realizaron en la URSS los Procesos de Moscú, una serie de juicios que pusieron en el banquillo a la dirección del Partido Bolchevique durante la Revolución Rusa de 1917 y a los principales generales del Ejército Rojo y de la Guerra Civil. Todos fueron acusados por la burocracia gobernante de los crímenes contrarrevolucionarios más graves y sólo en base a confesiones, sin pruebas materiales, fueron fusilados. El supuesto instigador y principal acusado, León Trotsky, era el único de estos dirigentes que se encontraba forzadamente en el exilio.
El trasfondo de los Procesos de Moscú fue la depuración masiva del partido comunista dirigido por Stalin. En un período harto convulsivo y en pos de evitar todos los peligros a los que temía la burocracia soviética, dispuso eliminar de sus filas todo vestigio revolucionario. Entre 1937-1938, los años de terror masivo, la burocracia encarceló a más de un millón y medio de personas de las que 682.000 fueron fusiladas. Mientras, a nivel internacional la depuración de los partidos comunistas y la persecución y asesinato selectivo de dirigentes que se ubicaban políticamente a la izquierda del Kremlin, principalmente pertenecientes a la IV Internacional, incluyó el asesinato del propio León Trotsky, en agosto de 1940.
Los partidos comunistas y miles de “Amigos de Moscú” en todo el mundo, con un mero “repudio silencioso” de las socialdemocracias, sus aliados en los frentes populares, avalaron ésta política. La IV Internacional fue la única corriente que realizó una campaña política activa para denunciar los Procesos de Moscú e impulsó la conformación de una comisión de investigación que integró intelectuales y personalidades notables como el renombrado filósofo y pedagogo norteamericano John Dewey, quien la presidió o John Finerty, abogado destacado por su participación en juicios políticos como los de Sacco y Vanzetti.
Este libro, editado por primera vez en castellano, recoge la documentación, el testimonio y la defensa que Trotsky presentó ante una subcomisión que sesionó en México en abril de 1937. Ayudado por su hijo León Sedov, también acusado junto a su padre, Trotsky pudo demostrar, incluso legalmente, cada una de las falsas acusaciones que el estalinismo utilizó para justiï¬ car los Procesos de Moscú. Pero además, planteó como evidencia el verdadero enfrentamiento: el que existía entre el período de democracia soviética y el del régimen impuesto por la burocracia, entre la tradiciones del Partido Bolchevique y las del partido estalinista; las diferencias con Lenin previas a la revolución y los grandes debates del Partido Bolchevique, su historia y preparación; así como su continuidad en el combate de la Oposición de Izquierda y la IV Internacional.
Como escribe su nieto, Esteban Volkov en la presentación del libro, “De las muchas batallas libradas por León Trotsky contra el estalinismo, sin lugar a dudas la ‘Comisión Dewey’ o los ‘Contraprocesos de Moscú’ fue de las más notables y trascendentes. Allí se desenmascaró y demostró en forma contundente e inapelable, ante la historia presente y futura del género humano, la absoluta ilegitimidad del régimen burocrático dirigido por Stalin, que sólo se podía mantener en base al crimen y al fraude histórico”.
Hoy, a más de veinte años de la caída del Muro de Berlín, esta lucha contra el estalinismo tiene su referencia histórica indiscutida en el legado revolucionario de la IV Internacional. Un legado que adquiere mayor vigencia en momentos en que la crisis capitalista prepara nuevos acontecimientos de la lucha de clases. Su actualidad también está dada en muchos de los grandes debates, mitos y paradigmas que cruzaron la época y en todas aquellas cuestiones dedicadas a la revolución y las ideas del socialismo.
A 70 años de su asesinato, difundir esta herencia revolucionaria nos parece el mejor homenaje que podemos hacer a Trotsky y la IV Internacional y a quienes dieron la vida por estas ideas.
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