Luego de una radicalización ininterrumpida, desde la jornada de paro y manifestaciones del 12/10, la política de las direcciones sindicales reunidas, el jueves 21/10, de llamar a una nueva acción recién el 28/10 (posterior a la adopción definitiva de la ley de reforma de las jubilaciones) y una muy posterior el 6/11, junto a las vacaciones escolares, ha aislado las huelgas en el sector petrolero, en el transporte y en los puertos, además de los basureros de varias ciudades, permitiendo a su vez la escalada represiva. Aunque el conflicto aún no está cerrado, esta política de presión de las direcciones sindicales que temen más que nada la emergencia de un ascenso revolucionario de la clase obrera y de la juventud que cuestione los pilares del régimen burgués, del cual dependen y son abiertas defensoras, ha debilitado el movimiento impidiendo que éste se transforme en una verdadera huelga general política contra el gobierno de Sarkozy y su plan. Presentamos la declaración política del Colectivo por una Tendencia Revolucionaria en el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) frente a los últimos sucesos de la lucha de clases en Francia así como otros ejemplos de su accionar en la misma.

DESPUES DE SEIS SEMANAS DE ASCENSO Y DE RADICALIZACIÓN DE LA LUCHA, SARKOZY TRATA DE USAR LA REPRESIÓN Y EL DESGASTE ¡LAS PRINCIPALES DIRECCIONES SINDICALES TODAVÍA PIDEN LA “CONCERTACION” CON SARKOZY Y LLAMAN SOLAMENTE A DOS NUEVAS “JORNADAS DE ACCIÓN” AISLADAS (28/10 y 06/11)!

¡A TRAVÉS DE LA AUTO-ORGANIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES Y DE LOS SECTORES SINDICALES COMBATIVOS, EXTENDAMOS LA HUELGA POR TIEMPO INDEFINIDO Y LOS BLOQUEOS, IMPONGAMOSLO A LAS DIRECCIONES SINDICALES!

Desde el 7 de septiembre, la estrategia de las jornadas de acción aisladas convocadas por las direcciones sindicales, negándose a llamar a la huelga general, no ha logrado desmoralizar a los trabajadores y a los jóvenes, quienes las transformaron en puntos de apoyo para construir la lucha. Luego del éxito histórico de la jornada de huelgas y manifestaciones del 12 de octubre, varias decenas de miles de trabajadores y jóvenes entraron en huelga por tiempo indefinido y comenzaron con los bloqueos. El movimiento en curso está marcado por la voluntad masiva de bloquear el país para ganar, por la radicalización de las acciones y por una auto-organización limitada, pero creciente. Los trabajadores y los jóvenes en lucha, con los sectores sindicales combativos, buscan con todas sus fuerzas la vía de la huelga general, que es rechazada por las direcciones sindicales y los reformistas. La mayoría de la población apoya la lucha. Este movimiento acarrea toda la bronca legítima acumulada contra Sarkozy y su política al servicio de los capitalistas, que intenta hacer pagar la crisis a los trabajadores. Se caracteriza por una extraordinaria efervescencia, una imaginación considerable de las masas en lucha (consignas, acciones, auto-organización…), un rápido e importante progreso de la conciencia política en algunas semanas. En este sentido, es un movimiento profundamente político que demuestra la ilegitimidad total de Sarkozy, la necesidad de luchar para expulsarlo. Aun cuando todavía estamos lejos de la comparación, se trata sin duda del más importante movimiento desde mayo-junio de 1968 en Francia, en la medida en que es más amplio y más profundo que aquellos de 1995, 2003, 2006 y 2009. Seguido de cerca por los gobiernos, los medios y sobre todo los trabajadores del mundo entero, este hecho tiene una importancia internacional, ya que se trata de la mayor respuesta de los trabajadores a la crisis del capitalismo desde la huelga general de las Antillas, la anticipación de 2009 en Francia y el gran movimiento de la primavera de 2010 en Grecia.

A pesar de las vacaciones y la suspensión de la huelga en algunos sectores, la movilización continúa

La huelga ha sido suspendida en tres refinerías, pero los trabajadores de las otras nueve continúan en huelga por tiempo indefinido desde el 12 de octubre, incluso desde antes, en algunos casos. Una parte significativa de los ferroviarios (el 15% el 25 de octubre, según la CGT, pero muchos más dentro del personal de los transportes públicos) siguen en huelga por tiempo indefinido. La huelga de los trabajadores del petróleo, de las terminales de gas natural licuado, de los estibadores, del personal de los comedores escolares y de otros trabajadores municipales es masiva en Marsella. Los recolectores de basura de esta ciudad acaban de suspender la huelga respondiendo al llamado de FO, pero los de varias decenas de otras ciudades continúan con la huelga. Numerosos trabajadores comunales siguen en huelga por tiempo indefinido en las grandes ciudades y sus periferias. La huelga por tiempo indefinido es más débil en los otros sectores, pero real en todo el país. Además, se dieron numerosas huelgas cotidianas en las empresas privadas. Las acciones de bloqueo de los depósitos de combustible, de las vías de tren, de las rutas, etc continúan por todas partes, con miles de participantes. En un número creciente de ciudades se hicieron Asambleas Generales Interprofesionales que permitieron un progreso en la auto-organización y un inicio de la coordinación de las luchas desde abajo, particularmente en Le Havre, Marsella, Saint-Denis/93 Oeste, Créteil, Montreuil, en el 92 Norte y en numerosas ciudades de provincia.

En la juventud, más de 1.000 colegios secundarios (sobre 4.200) han sido bloqueados o se movilizaron cada día entre el 12 y el 22 de octubre, víspera de las vacaciones, y hubo manifestaciones cotidianas en todo el país. Una primera coordinación nacional de estudiantes secundarios se llevó a cabo el 23 de octubre, reagrupando delegados de 8 ciudades luego de varias coordinaciones departamentales o regionales. En ella se decidió un llamado a los secundarios a seguir movilizados durante las vacaciones, a auto-organizarse en Asambleas Generales (AG) y coordinaciones, a ligarse “al resto de los sectores movilizados, estudiantes y trabajadores participando en columnas comunes en las manifestaciones, en acciones comunes para extender la huelga, así como también en las AG Interprofesionales que existen”, ya que “el movimiento debe acelerarse y amplificarse para ir hacia la huelga general, única forma de hacer ceder al gobierno”. En las universidades, la movilización superó un techo decisivo durante la semana del 18 de octubre, con una docena de facultades bloqueadas, media docena cerradas por la administración para impedir el bloqueo, el aumento de la fuerza del movimiento a partir de la masificación de las AG y de la participación en las manifestaciones. Una primera Coordinación Nacional Estudiantil los días 23 y 24 de octubre con los representantes de unas cuarenta universidades; más allá de las maniobras burocráticas de la UNEF y particularmente de la falsedad de un buen número de delegaciones autoproclamadas de hecho, esta primera coordinación nacional hace un llamado a la “huelga por tiempo indefinido de los estudiantes” y a “ir hacia un bloqueo total del país, a través de la huelga de la mayoría de los jóvenes y trabajadores”. Resalta, con razón, que “la unidad de los trabajadores y la juventud es una de las claves del triunfo. Es por eso que hacemos un llamado al conjunto de los estudiantes a desarrollar lazos entre los sectores movilizados participando en las AG Interprofesionales, organizando las columnas comunes en las movilizaciones y participando en acciones comunes”.

En esta situación, Sarkozy decide apoyarse sobre el carácter todavía minoritario de la huelga por tiempo indefinido para jugar la doble carta del desgaste y de la represión. Multiplicando los desbloqueos por la fuerza, dando golpes y tirando gases a los secundarios y los trabajadores en lucha, tirando con flash-ball sobre los jóvenes de los barrios populares que se rebelan, multiplicando las provocaciones policiales en los barrios y en las manifestaciones, procediendo a más de 2.000 arrestos de jóvenes y condenándolos por un mínimo insulto o quema de basura, Sarkozy se juega todo por imponer su reforma cueste lo que cueste esperando que esta represión, de una brutalidad sin precedentes desde aquella cometida por Chirac-Pasqua-Devaquet en 1986, termine desmoralizando a los huelguistas.

Las principales direcciones sindicales se niegan a llamar y a construir la huelga general, haciendo pesar el peligro de una desmoralización

Evidentemente, este es entonces el momento decisivo para poner todas las fuerzas en la batalla, para arrastrar a los millones de trabajadores que todavía dudan en unirse a la huelga por tiempo indefinido aunque la apoyan, porque piensan que la fuerza del movimiento no será suficiente para vencer la firmeza de Sarkozy. Ahora bien, las principales direcciones sindicales (CGT, CFDT, FO, FSU, UNSA) confirman su negativa a llamar a la huelga general e incluso a sostener la huelga por tiempo indefinido y bloqueos – aun cuando los militantes de la CGT y de la FSU son muchas veces los primeros que los llevan adelante. Aunque Sarkozy se burla de ellas y las desprecia, negándose a ofrecerles la mínima salida que ellas estarían dispuestas a aceptar y permitiendo incluso al Senado agravar aun más la ley [1], las principales direcciones continúan humillándose y suplicando abrir “concertaciones” para lograr “otra reforma de las jubilaciones”, ¡como si pudiésemos esperar una “reforma justa y eficaz” de parte de Sarkozy! A pesar del éxito reiterado de las manifestaciones del 16 y 19 de octubre, las direcciones sindicales vuelven a llamar a dos nuevas jornadas de acción aisladas los días jueves 28/10 y el sábado 06/11: es una verdadera puñalada por la espalda para los huelguistas diez días después del inicio de la huelga por tiempo indefinido, momento en el cual la necesidad de una nueva extensión de la huelga se hace sentir de forma cruel. Esto explica la suspensión de la huelga en ciertos lugares. Por último, en lugar de apoyar los bloqueos, los condenan implícitamente comprometiéndose a “velar por el respeto de los bienes y las personas” (Comunicado de la Intersindical del 21/10). Desde este punto de vista, la intersindical dio indirectamente luz verde para que, pocas horas después de su reunión, se viole el derecho a huelga por la orden ilegal de requisa de los trabajadores y el violento desbloqueo policial de la refinería de Grandpuits, uno de los referentes de la huelga. Tres obreros fueron heridos, de los cuales uno se encuentra grave, y se puso en pie una verdadera ocupación policial de la planta, que busca impedir la llegada del apoyo de cientos de trabajadores y jóvenes de toda la región y más allá del llamado de los trabajadores de Grandpuits, quienes votaron continuar con la huelga.

La dirección confederal de FO no firmó este comunicado ya que su demanda de una “huelga de 24 hs.” no ha sido tomada, pero esta central se niega a convocar a la huelga general y a apoyar los bloqueos, y llama también a negociar “otra reforma”. Sólo la dirección de Solidaires, que se niega también a firmar los comunicados comunes, se pronuncia por la huelga general: es un punto de apoyo para los trabajadores; pero su carácter minoritario (particularmente en relación a la CGT y a la FSU en la Educación) limita tanto más su capacidad a constituir una alternativa cuanto que no combate claramente y frontalmente la política de otras confederaciones, bajo el pretexto de “unidad”, cuando en realidad su política traidora es hoy el principal obstáculo para la generalización de la huelga.

La política de las principales organizaciones de la extrema izquierda

Por el lado de las principales organizaciones de la extrema izquierda, nos quedamos desconcertados frente a la política de Lutte Ouvrière: si bien sus militantes participan en las huelgas, paros y acciones callejeras, su dirección se muestra no solamente tan pesimista y rutinaria como siempre, sino que todavía más seguidista de las direcciones sindicales, porque se niega a criticarlas y a luchar por la huelga general o incluso a hacer un llamado a la huelga por tiempo indefinido y a los bloqueos (¡la editorial de Arlette Laguiller del 22/10 no dice una sola palabra!). La dirección del Partido Obrero Independiente exige el “retiro sin condiciones del plan del gobierno” y se pronuncia por la “huelga unitaria para imponer el retiro” (comunicado del 22/10), pero esta expresión es muy vaga: el POI no habla ni de huelga general, tampoco habla de huelga hasta imponer el retiro, ni de huelgas por tiempo indefinido, ni de bloqueos, y aparentemente no tiene nada para reprochar a la estrategia de las direcciones sindicales, más allá de decir que “en la cúpula de algunas confederaciones se ha dejado de lado la consigna del retiro” (editorial de Informaciones Obreras del 20/10) – lo que es correcto, pero no es más que el punto de partida de la negativa de construir la huelga general.

En cuanto a nuestro partido, el NPA, muchos compañeros participan en la primera línea en la huelga por tiempo indefinido y en los bloqueos, la dirección se pronuncia correctamente por el retiro del proyecto y por la expulsión de Sarkozy, convoca claramente a la huelga por tiempo indefinido y al bloqueo, e incluso habla a veces de huelga general. Pero su línea es dubitativa y oscilante de acuerdo a los hechos… y según el autor de los volantes o artículos de Tout est ã nous! (publicación del NPA). La cuestión de la huelga general (o incluso de la huelga hasta el retiro) no está en absoluto en el centro de la orientación: puede haber estado en el título de un número del periódico (n° 72) o de un volante (semana del 5 de octubre), pero desapareció en momentos claves (primeras páginas de los periódicos siguientes, volantes nacionales del 10, y sobre todo del 18 de octubre). Además, la crítica a las direcciones sindicales es insuficiente: es limitada en el periódico, difundida a pequeña escala y desaparece pura y simplemente de los volantes distribuidos masivamente. De hecho, con el pretexto de no desmoralizar a los trabajadores, la dirección del NPA no quiere llevar adelante el combate político, combinando la denuncia y la interpelación a las direcciones sindicales. Esto hace que los militantes crean que será posible sortear este obstáculo mayor sólo participando en las huelgas y las acciones en todo nivel. Peor: cuando son interrogados explícitamente por los periodistas acerca de la estrategia de las direcciones sindicales, Olivier Besancenot y Alain Krivine se callan totalmente sus críticas, ¡hasta las apoyan! Además, en lugar de denunciar la puñalada por la espalda que implica el comunicado de la Intersindical del 21/10 para la huelga por tiempo indefinido, la dirección del NPA se atreve a reivindicar que las “dos nuevas jornadas de huelga y de manifestación, el jueves 28 de octubre y el sábado 6 de noviembre (…) ofrecen nuevas perspectivas de movilización de las que hay que apoderarse” (comunicado del NPA, 21/10).

Así, los compañeros del NPA no están armados políticamente para afrontar correctamente el gran cerrojo que tenemos que abrir. Incluso los compañeros de la izquierda del partido, que son los más implicados en la participación en los procesos de auto-organización, se niegan a ir al enfrentamiento político con los reformistas, planteando lo que está en juego políticamente, que ayudaría a los trabajadores y los jóvenes a ir más allá de la estrategia de las direcciones sindicales e ir hasta el final en la construcción de las AG y las coordinaciones interprofesionales.

Propuestas para la continuidad del movimiento: huelga, auto-organización, lazos interprofesionales

Por su parte, el Colectivo por una Tendencia Revolucionaria del NPA considera que, para construir ahora la huelga general, hace falta:

– Continuar el combate por la consigna del retiro liso y llano del proyecto, contra la línea de concertación de las direcciones sindicales con el gobierno, pero también construir plataformas reivindicativas más amplias incluyendo todas las reivindicaciones levantadas por los trabajadores y los jóvenes, particularmente por el aumento de salarios, el rechazo a los despidos y a la precarización, el mejoramiento de las condiciones de trabajo, el reparto de las horas de trabajo, el retiro de las leyes racistas y la regularización de los sin papeles, el retiro de las leyes contra la universidad y el colegio, la defensa de las refinerías y de las conquistas comunales (contra la interrelación forzada entre varias comunas, por la defensa de las conquistas estatutarias de la función pública barrial), la nacionalización sin indemnización ni compra de los bancos y las grandes empresas como Total, la voluntad de desplazar a Sarkozy; de hecho, la profundidad del movimiento en curso es tal que los trabajadores y los jóvenes ya en huelga han invertido espontáneamente sus principales preocupaciones, y los que aún no están en huelga, particularmente en el sector privado, se unirán de manera que integre sus reivindicaciones cotidianas;

– Defender centralmente y sistemáticamente la orientación de la huelga general, lo que implica exigir a las direcciones sindicales y reformistas que hagan este llamado en forma unitaria y, al mismo tiempo, criticar a cada paso su política que va en el sentido contrario, sobre la base de los hechos y las tomas de posición indiscutibles; al mismo tiempo, hay que apoyar todas las posiciones progresivas de los sindicatos en todo nivel, particularmente los llamados a la huelga general de la Intersindical de Ardennes y de la Haute-Loire; hay que ayudar a los trabajadores en lucha que aún tienen confianza masivamente en las direcciones sindicales nacionales, particularmente aquellos de los sectores claves del movimiento, a formular la exigencia a un llamado claro a la huelga general; así será posible ejercer una presión eficaz sobre estas direcciones, llevarlas a ir lo más lejos posible o impedirles, al menos, debilitar el movimiento;

– Seguir construyendo y extendiendo las huelgas por tiempo indefinido, incluso cuando son minoritarias, ya que son la única solución para que los sectores más avanzados sigan haciendo avanzar el movimiento y para que los militantes de otros sectores puedan consagrar el máximo tiempo y energía para construir la huelga, apoyando a las y los que están en huelga por tiempo indefinido y yendo a convencer a otros para que se unan, comenzando por las grandes empresas privadas que, por el momento, no van más allá de paros puntuales y manifestaciones en las jornadas de acción, cuando la entrada en huelga por tiempo indefinido de algunas de ellas daría un impulso considerable para la construcción de la huelga general;

– Desarrollar los lazos interprofesionales a través de la participación recíproca en las AG y en las acciones de unos y otros, particularmente la alianza crucial entre los estudiantes y los trabajadores; participar sobre todo en las manifestaciones que tuvieron lugar en todo el país cada día y en las acciones de bloqueo, dando prioridad al apoyo a los sectores en huelga y a las acciones decididas por los trabajadores (o los jóvenes) de estos sectores; constituir en las manifestaciones columnas interprofesionales e intersindicales visibles y dinámicas, como lo han hecho los trabajadores del 92 Norte el 19/10 o de Saint-Denis gracias a su organización en las AG Interprofesionales, por el impulso particularmente de los compañeros de la izquierda del NPA.

– Desarrollar la auto-organización a través de las AG cotidianas, los comités de huelga o de movilización debidamente mandatados, pero también las coordinaciones interprofesionales en todas las ciudades o barrios; no se trata de solamente de intercambiar informaciones o de ayudarse mutuamente (ni de confundir estas coordinaciones con las AG de los habitantes del barrio, que son de hecho muy útiles para ayudar a los trabajadores en lucha); sino que se trata sobre todo de constituir una fuerza auto-organizada de los trabajadores y los jóvenes en lucha, con la participación de las estructuras sindicales y políticas combativas; particularmente hay que impulsar la elección de delegados elegidos, mandatados y revocables a todo nivel con el objetivo de no dejar el movimiento bajo la tutela de las direcciones sindicales o políticas que muchas veces se autoproclaman. En definitiva, tal como lo dice el llamado de la AG Interprofesional de Saint-Denis reunida el 25/10, en este momento hay que “coordinar las AG Interprofesionales” a nivel regional y nacional: “Para los trabajadores y los jóvenes movilizados, se trata de dotarse de un instrumento para dirigir su propia lucha más allá de la escala local, como lo que fueron las coordinaciones estudiantiles durante del CPE, pero esta vez en un marco interprofesional (…), en la perspectiva de la construcción de una huelga general que haga retroceder a Sarkozy”.

– Constituir en todos lados Fondos de huelga, que no pueden ser un reemplazo para los y las que dudan que, sobre todo, hay que convencer; pero lo que sí es correcto y podría ser crucial, en caso de que el movimiento se extienda a los trabajadores de las pequeñas empresas, es que los que realmente no pueden hacer huelga -los jubilados y todas las personas que apoyan a los huelguistas- puedan contribuir económicamente a la lucha.

Para los anticapitalistas revolucionarios, se trata de intervenir en este movimiento para ayudar a ganar y esto quiere decir llevar lo más lejos posible las tendencias profundas que lo caracterizan. De hecho, combina los rasgos generales y las tendencias más avanzadas de todos los grandes movimientos precedentes – grandes huelgas de 1995 y de 2003, movilización secundaria y revuelta de la juventud de los barrios populares de 2005, huelga general estudiantil auto-organizada contra el CPE en 2006, entrada en escena del proletariado industrial, parcial pero importante, que marcó las grandes movilizaciones del primer semestre de 2009… En particular, el objetivo de la huelga general, la huelga por tiempo indefinido, los bloqueos económicos y, en menor medida, el problema de la auto-organización se plantean, a partir de ahora, a escala de sectores significativos de la clase obrera. De manera general, en una situación de crisis del capitalismo internacional, particularmente en Europa, y de crisis gubernamental en Francia, se está superando un nivel en la reconstitución de la consciencia de clase, abriendo perspectivas considerables por la reconstrucción del movimiento obrero. La necesidad de avanzar hacia un NPA revolucionario, anclado en la clase obrera y en la juventud, se manifiesta con cada vez más agudeza. A esta tarea intentamos contribuir desde el Colectivo por una Tendencia Revolucionaria del NPA, llevando adelante indisociablemente el combate político por un programa y una estrategia revolucionarios con la intervención práctica lo más resuelta posible en la lucha de clases.

París, 25 de octubre de 2010

Para contactarnos: [email protected]

¿Qué es el Colectivo por una Tendencia Revolucionaria?

Martes 26 de octubre de 2010

El Colectivo por una Tendencia Revolucionaria constituido a lo largo del verano de 2010, reagrupa a militantes de la ex LCR y otros militantes del NPA, incluidos los miembros de la Fracción Trotskista (FT-CI), que se reivindican del marxismo y del programa histórico de la Cuarta Internacional. Como dicen en su plataforma: “Su objetivo es que el NPA sea un partido anti-capitalista consecuente, es decir, un partido proletario y partido revolucionario, un partido de la lucha de clases, que lucha por la huelga general y el poder de los trabajadores. No queremos un partido electoralista que haga presión sobre la "izquierda de la izquierda", cuyo destino seria inevitablemente alinearse con los reformistas e integrarse en las instituciones… En particular, luchamos por clarificar las ambigüedades del origen del NPA en un sentido abiertamente revolucionario, por levantar un verdadero programa de transición que articule las demandas más concretas de los trabajadores con el objetivo de la toma del poder, por poner en el centro de nuestra orientación el combate por la huelga general, por la auto-organización de los trabajadores, contra los reformistas y las direcciones sindicales que traicionan las luchas , por un verdadero frente único obrero que posibilite la movilización de las masas a través de objetivos de lucha claros”. Del mismo, forman parten importantes dirigentes y militantes obreros como Vincent Duse, miembro del Consejo Político nacional (CPN) elegido en el Congreso fundador, militante obrero desde 1981 y delegado de la CGT en la fabrica Peugeot-Citroën de Mulhouse y Manuel Georget,militante obrero de la ex LCR desde 1990 además de delegado de la CGT los trabajadores de Philips Dreux, establecimiento donde durante diez días hubo una experiencia de control obrero, la primera en Francia desde los años 1970.