Este gran proceso, logró obtener una importante conquista política del movimiento obrero y del pueblo pobre: frenar un ataque neoliberal con la movilización de masas en las calles haciendo retroceder al gobierno, hizo caer al ministro de energía y llevó a una crisis política al gobierno expresado en el cambio de gabinete. Las masas controlaron la región durante varios días y sembraron un jalón de combatividad y nuevo ánimo de lucha con una heroica resistencia que fue vista por miles de trabajadores como un ejemplo capaz de sembrar nuevas batallas de la clase trabajadora. Aunque el gobierno logró desviar parlamentariamente el conflicto (por las mediaciones patronales y las direcciones reformistas) ha sido una lucha histórica que puede hacer despertar mayores conflictos de clases.
Una movilización de masas imponente que hizo retroceder al gobierno
El gobierno intentó pasar su política de ataque buscando dividir a los trabajadores del pueblo pobre. La irrupción del movimiento de masas en las calles logró derribar este intento de división.
Sólo con la mantención del movimiento de masas en las calles controlando la vida en la región, el gobierno se vio obligado a bajar el alza a un 3%. Pero tramposamente: el alza del 3% sería sólo hasta octubre y luego se debatirá un posible aumento a través del Parlamento. Es decir, un intento de desvío parlamentario del conflicto.
El día viernes se parecía llegar a un acuerdo, pero la imponente movilización de más 3.000 personas en los funerales de las jóvenes asesinadas en las barricadas al canto de “El pueblo unido jamás será vencido”, dejaron en claro que las masas trabajadoras no aceptarían fácilmente el ataque neoliberal.
Una crisis política iniciada en Magallanes
La irrupción de la resistencia de masas en Magallanes hizo iniciar 2011 con la primera crisis política del año del gobierno y precipitaron un cambio de gabinete. A lo de Magallanes, se sumaron dichos “inapropiados” del ministro de defensa, junto al desplome en las encuestas que mostraron la baja de la popularidad de Piñera.
Piñera sacó al ministro de Energía y colocó al frente al “popular” Golborne, buscando utilizar el capital político de éste tras el rescate a los mineros para desactivar el descontento de las calles.
A su vez, puso a duros de la derecha en Defensa y Trabajo, señal de que intentará atacar con todo en el campo laboral.
Tras el fracaso de las negociaciones y la asunción de los nuevos ministros, el gobierno anunció la aplicación de la Ley de Seguridad Interior del Estado, intentando amedrentar el movimiento de masas, que no hizo más que radicalizarse con los anuncios, y combinando con la llegada del ministro Golborne, utilizaron los últimos recursos para bajar la movilización y llegar a un acuerdo, cuestión que se logró el día martes, y luego de que el día lunes unas 3.000 personas encerraran a Golborne durante una entrevista radial y tuviera que salir con fuerzas especiales, mostrando el verdadero descontento en la calle.
La escisión de la Asamblea de Magallanes: “sumas que restan”
La política del gobierno le hizo ganar aliados: la CPC, los alcaldes, concejales y parlamentarios de la zona apoyaron la última maniobra del gobierno y llamaron a abandonar las movilizaciones, aunque pasó todo lo contrario. Por otra parte, apoyan la política más general del gobierno: incentivar la inversión extranjera y una posible privatización en el sector, y por tanto, comparten la medida del gobierno de reducir el déficit de ENAP a costa de aumentar los precios.
Una agenda privatizadora
Mientras tanto, se callaba sobre lo central de la estrategia del gobierno: aumentar los precios terminando con el déficit de ENAP para incentivar la inversión y con ello, mayor entrada de capitales privados al sector energético. A la vez, preparan una futura privatización de ENAP. Junto a ello, sostienen la mentira del peligro de que se termine el gas en la región si no se aplica la medida, ¡mientras callan sobre quién es el principal consumidor del gas en la región: la multinacional Methanex!
Una conquista del movimiento obrero y de masas
La movilización en las calles y el Paro mostraron la enorme energía de los trabajadores y del pueblo pobre y su potencialidad poniendo en jaque al gobierno.
Ahora que se fueron los falsos aliados de los empresarios de la CPC y AGIA, hay que transformar la ACM en una verdadera Asamblea Obrera y Popular de Magallanes, sin empresarios y políticos patronales, y con las organizaciones sindicales como la CUT y la ANEF a la cabeza, junto a las Juntas de Vecinos organizarla con delegados mandatados por asambleas de fábricas, empresas y juntas vecinales para mantener organizada a la clase trabajadora y los pobladores que estuvieron días en la lucha.
A pesar de la enorme lucha, era necesaria la solidaridad del conjunto de la clase obrera. Pero la dirección nacional de la CUT del PS y PC nuevamente callaron dejando sola la lucha en Magallanes mientras que los dirigentes de la CUT de Magallanes llamaron a bajar la lucha cuando estaba la energía de masas en la calle.
Por su parte, ¡el Partido Comunista en Punta Arenas firmó una declaración con la Concertación (el ex partido gobernante, ahora en la oposición) y con la propia derecha de la UDI y RN!
Esta enorme energía de las masas de Magallanes ha mostrado nuevamente la enorme potencialidad de la lucha y organización de la clase obrera y la enorme conquista que ha significado Magallanes pese a toda la política patronal atacando la lucha o mostrándose falsamente como aliados, como a la política de las direcciones de la colaboración de clases que intentaron en todo momento frenarla.
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