En inglés “PIGS” significa “cerdos” y es la sigla con la que en los últimos tiempos se alude a los países de la Eurozona caídos en desgracia. La “P” de Portugal encabeza el acrónimo peyorativo, le siguen la “I” de Irlanda, la “G” de Grecia y la “S” de Spain (España). El 23 de marzo, José Sócrates, primer ministro portugués proveniente de las filas del Partido Socialista, renunció a su cargo cuando los partidos de la oposición rechazaron su cuarto plan de recorte de presupuesto en menos de un año. Las medidas propuestas contemplaban incrementos de impuestos, un aumento de 2 puntos del IVA, reducciones en los salarios públicos, congelamiento de las pensiones y de la contratación pública, recorte de beneficios sociales y de las prestaciones por desempleo, una reducción del 10% en gastos de salud, más recortes en educación, justicia y defensa, una importante reforma laboral y el aplazamiento de proyectos de infraestructura, entre otras medidas. El plan, aplaudido por el Banco Central Europeo, estaba destinado a reducir el déficit y evitar un rescate de la Unión Europea.
El centroderechista PSD, cuyo máximo dirigente es Pedro Passos Coelho, que encabeza los sondeos electorales, además de haber avalado todos los planes de ajuste anteriores reiteró su “solemne compromiso a respetar los objetivos de reducción presupuestaria y control de los déficits”. Tanto socialistas como conservadores acuerdan con los objetivos de reducción de déficit y deuda. El fantasma era que la crisis y las draconianas condiciones de ajuste acabaran con el ya muy debilitado gobierno. Detrás de los aspectos superestructurales de esta crisis política, se estaría buscando que los portugueses pasen por las urnas para luego forjar una coalición con apoyo mayoritario en el Parlamento que pueda llevar a cabo el duro programa de ajustes presupuestarios y reformas económicas. Dos días después de la renuncia de Sócrates, el presidente conservador Cavaco Silva fue exhortado por todos los partidos (de entre los cuales los mayoritarios son el Socialista, el Socialdemócrata y el conservador Partido Popular) a llamar a elecciones anticipadas.
Nueva amenaza al Euro
La renuncia de Sócrates ensombreció la cumbre de la Unión Europea planificada para el día siguiente que tenía como propósito detener la propagación de la crisis de deuda y evitar otros rescates a través de un paquete de medidas, como la creación de un fondo de rescate permanente. Portugal debe enfrentar vencimientos por alrededor de 9.000 millones de euros (12.800 millones de dólares) el 15 de abril y el 15 de junio. Y cuando un plan de ajuste no es aprobado, las calificadoras “castigan” al país en cuestión bajando la nota a su deuda. De este modo, los intereses se incrementan y el país se va acercando a una situación de default. Standard & Poors rebajó en los últimos días la nota de las deudas tanto griega como portuguesa. La griega quedó calificada por debajo de la de Egipto y la de Portugal quedó a un escalón de ser considerada “bono basura”. Los títulos a 5 años de la deuda portuguesa ya pagan un interés que está por encima del 8%. En este contexto es altamente probable que Portugal, cuya economía según distintos pronósticos sufriría una contracción de entre el 1,4 y el 2% durante el año 2011, se vea obligado a solicitar el plan de “rescate” de 70.000 millones de euros que tienen preparado la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional que como no podría ser de otro modo estará sujeto a un brutal plan de ajuste. Pero detrás de la crisis de Portugal vuelve a despuntar la irresuelta crisis del euro.
La situación de la deuda portuguesa resulta particularmente grave por la exposición de los bancos españoles en su economía. España es su mayor acreedor con lo cual un default en Portugal sería un duro golpe para la debilitada economía española víctima de un desempleo del 20%. Y España no es simplemente uno más de los “PIGS”, su economía tiene un tamaño mayor a la suma de Portugal, Irlanda y Grecia y es la quinta economía de la Eurozona. Una debacle de la economía española sería un transe difícil de superar para el euro.
El desarrollo de la nueva crisis del euro en puertas, agregaría un elemento crítico a la débil recuperación económica en el marco de la convulsiva situación política internacional. Desde el Banco Central Chino se señala que “La crisis de deuda de Europa constituye una amenaza para la recuperación económica global”. Ya a principios de este año China destinó parte de sus reservas a la adquisición de bonos de deuda portugueses y españoles. A fin de evitar las posibles derivaciones de una crisis de la deuda de Portugal, China (e incluso Brasil) estaría dispuesta a una nueva compra de títulos de deuda.
¿Y los cisnes negros?
Los cisnes negros son un fenómeno extraño. Los europeos creían que no existían hasta que en 1697 llegaron a Australia. El profesor de la Universidad de New York, Nassim Nicholas Taleb, teorizó que estos animales simbolizan los sucesos altamente improbables. El diario australiano The Sydney Morning Herald concluía en un artículo publicado la semana pasada que “los mercados globales están mostrando que el crecimiento económico es lo suficientemente sostenido para compensar la invasión de cisnes negros que nos asuela desde que entramos en este 2011”. La teoría de los “cisnes negros” o de los imponderables se está volviendo un consuelo para todos aquellos que habían decretado el fin de la crisis económica mundial. Pero lamentamos señalar que no se trata de “imponderables”. El alza en el precio de los alimentos y del petróleo, los procesos revolucionarios en el Norte de África y Medio Oriente, la guerra de Libia, la crisis del euro, la debilidad estructural de la recuperación de la economía norteamericana que impone serios límites a las exportaciones chinas y al comercio internacional, son hechos que poseen un fuerte encadenamiento. Son consecuencia de las medidas de contención de la crisis económica mundial desatada en 2008, que se están convirtiendo en los eslabones débiles por donde la cadena puede romperse [1].
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