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Contribución al balance del primer congreso del NPA por la Posición 4
por : CTR - Collectif pour une Tendance Révolutionnaire dans le NPA

25 Feb 2011 | El primer congreso de nuestro partido se dio en un contexto marcado por la continación de la crisis del capitalismo, el movimiento histórico contra la reforma de las jubilaciones en Francia y por la oleada de procesos revolucionarios que atraviesa a los países árabes.

Traducción especial para ft-ci.org: Rossana Cortez

El primer congreso de nuestro partido se dio en un contexto marcado por la continación de la crisis del capitalismo, el movimiento histórico contra la reforma de las jubilaciones en Francia y por la oleada de procesos revolucionarios que atraviesa a los países árabes. El levantamiento del proletariado y del pueblo de esos países contra la carestía de la vida, el desempleo y la dictadura apoyada por los imperialistas ha encontrado un vivo eco entre los delegados, como ha demostrado el mitin organizado el viernes a la tarde con militantes tunecinos y egipcios. Pero el congreso no supo sacar verdaderamente las consecuencias sobre el programa a levantar, la política a desarrollar y el tipo de partido a construir.

La posición 1: crisis de una orientación vacilante, en conflicto con la realidad de la lucha de clases que exige elegir entre reforma y revolución

Un no balance

Para preparar correctamente el futuro, es necesario comenzar por sacar el balance del pasado. Ahora bien, la dirección se ha limitado a hacer un relato fáctico de la actividad del NPA desde hace dos años sin sacar ninguna conclusión política de esto. ¿Por qué nuestro partido ha perdido varios miles de adherentes en un contexto marcado par la crisis del capitalismo y el desarrollo de las luchas? ¿Por qué ha sufrido reveses electorales? ¿Por qué el Frente de Izquierda está en condiciones de hacerle sombra? ¿Por qué siempre tiene una implantación muy débil en los sectores estratégicos del proletariado? ¿Por qué no hemos logrado atraer hacia nosotros al menos a una parte de la vanguardia del movimiento del otoño? Ningún intento de respuesta a estas preguntas. Ya dieron la nota: la P1 proponía seguir como antes.

¿«Transición democrática» en Túnez y «transición ecológica y social» en Francia, o gobierno de los trabajadores? ¡Hay que elegir!

Sobre la crisis, la P1, aliada a la P3, también aquí ha esquivado el debate. Mientras ha denunciado finalmente el keynesianismo, ha defendido su texto cuyo eje es un ilusorio programa de reformas del capitalismo a realizar por un ilusorio «gobierno al servicio de la población» (la «transición ecológica y social»), que no sería un gobierno de los propios trabajadores. En Francia, esto significa no delimitarse claramente del Frente de Izquierda que habla de un «gobierno de izquierda» capaz «de imponer una verdadera política de transformación social y ecológica» o también «medidas de urgencia». En Túnez o en Egipto, las clases dominantes quieren imponer una supuesta «transición democrática» para continuar la explotación y la opresión. ¿Qué oponemos nosotros? La asociación P1-P3 se queda callada, creyendo poder hacer todavía la gran separación entre, por un lado, un comunicado firmado por el NPA con el PS (en la Internacional a la que el partido de Ben Ali pertenecía hasta el 17 de enero de 2011 y el de Mubarak hasta el 31 de enero), el PG, el PCF y EE, clamando por una «verdadera transición democrática» y, por otro lado, las fórmulas de TEAN que hablan de «todo el poder al pueblo revolucionario: por un gobierno de los trabajadores».

¿Esto es muy «razonable»?

La P1 ha presentado su orientación como punto de equilibrio del partido entre la P3, demasiado sensible a las sirenas del Frente de Izquierda y la P2 – con más razón la P4 – supuestamente aislacionistas. Habría que criticar al Frente de Izquierda, pero no demasiado, defender un programa de ruptura, pero no demasiado brutal, no trazar prioridades entre luchas y elecciones, etc. Por lo tanto, ha llamado a los delegados a unirse a esta alternativa «razonable», mientras festejaba a la noche los procesos revolucionarios en curso. Sin embargo, hay que elegir: llamar a la razón a los trabajadores y los pueblos de Túnez y de Egipto que se sublevan o bien proponerles una orientación para destruir el régimen hasta el final, desarrollar sus propios órganos de poder y expropiar al capital. La experiencia del NPA desde hace dos años y su propia crisis muestran que no se puede construir un partido anticapitalista sin zanjar las cuestiones programáticas y estratégicas decisivas, sin darse prioridades claras. La dirección es tanto más irresponsable de no hacerlo cuanto que se volvió minoritaria en el partido, ya que la P1 no recogió más que el 40,8% de los votos en las AG electivas y por lo tanto, tendría que esforzarse en construir una mayoría por verdaderas decisiones.

La posición 3: riesgo de dilución en el Frente de Izquierda

La P3 presentaba textos ampliamente comunes con la P1, «nuestras respuestas a la crisis» y grandes partes del texto de orientación. Se distingue de la P1 al proponer un frente político y social permanente con los antiliberales, es decir los reformistas del Frente de Izquierda. En particular, la P3 ha combatido abiertamente contra el eje de un «gobierno de los trabajadores». La experiencia de Limousin muestra adónde lleva esta orientación: un año después de las elecciones regionales, esta ya se ha soldado por la abstención de uno de los dos consejeros regionales del NPA sobre el presupuesto capitalista del PS. En Aubervilliers, los responsables de la P3 promueven una alianza PCF-PG-NPA-Fase para las cantonales, que reivindica en un «volante unitario» más medios para la policía nacional1. Esta lógica sólo puede llevar objetivamente a romper con el mismo anticapitalismo. Al final del congreso, una parte de los dirigentes de la P3 decidieron dejar el NPA para unirse al Frente de Izquierda. En cuanto a los camaradas seducidos por la orientación de la P3 a causa de una visión pesimista de las capacidades del proletariado para imponer su voluntad en el terreno de la lucha de clases, el levantamiento de masas en Túnez, luego en Egipto, barriendo a los dictadores, derrocando los regímenes, extendiéndose ahora a Libia con el armamento del pueblo contra una represión monstruosa, en Bahrein, incluso en Marruecos, debería borrar sus dudas y llevarlos a romper con la P3. Tanto como el hecho de que las fuerzas con las que ellos proponen aliarse son las mismas que se han opuesto a la huelga general en Francia este otoño, con las direcciones sindicales, y que han disimulado, en el marco de los gobiernos de Mitterrand o de Jospin, la política muy amistosa respecto a dictadores como Ben Ali.

La posición 2: un discurso de lucha de clases pero una negativa a presentarse como una dirección alternativa con una orientación revolucionaria

Frente a la orientación de tendencia reformista de las P1-P3, la P2 durante las AG electivas había llevado adelante un combate bastante frontal. Pero durante los tres días de congreso, la P2 ha oscilado. Ha desarrollado una orientación de lucha de clases, mientras le proponía a la P1, o en todo caso a la izquierda de la P1, dirigir el partido en común sobre bases mínimas confusas, en lugar de presentarse como dirección alternativa proponiendo una orientación revolucionaria.

El texto P1-P3 sobre la crisis ¿cede o no a una lógica reformista?

Quien dio el informe sobre la crisis primero ha explicado que la P2 había elegido no enmendar el texto de la P1-P3, porque este no toma en consideración la destrucción del Estado y tiende a proponer un buen gobierno de izquierda «al servicio de la población», realizando reformas razonables, en lugar de tener como eje la cuestión del poder de los propios trabajadores y del socialismo, planteada a partir de las luchas actuales. Pero enseguida le ha propuesto a las P1-P3 comenzar a trabajar a partir de este congreso en un folleto común sobre la crisis, tomando lo mejor de los dos textos (P1-P3 y P2), cosa imposible según la primera parte de su discurso. Asimismo, en la conclusión sobre la crisis, el domingo, el camarada de la P2 ha respondido a la interpelación de la P3 diciendo que, según él, ¡no había grandes diferencias entre el texto P1-P3 y el de la P2!

¿La P1 ha renunciado o no a construir un partido revolucionario que tenga
como eje estratégico la huelga general y el gobierno de los trabajadores?

Sobre la orientación, el informante de la P2 se dedicó a hacer un ejercicio de equilibrista. Por un lado, retomó las críticas de la P2 contra la P1: electoralismo, negativa de delimitación con respecto al Frente de Izquierda y a las direcciones sindicales, ausencia de esfuerzos serios para una implantación obrera, poca importancia acordada a la auto-organización, retroceso sobre la hipótesis de la huelga general como medio de transformar de manera revolucionaria la sociedad, etc. Por el otro, dijo: sobre todo esto, estamos de acuerdo, ya que estos son los principios fundadores; por lo tanto, podemos hacer juntos una nueva mayoría, reunida en un llamado del congreso. La P2 cree poder resolver las dificultades del NPA volviendo a los principios fundadores, mientras que el impasse actual del NPA tiene sus raíces en sus ambigüedades, en la negativa de definir una estrategia clara de poder y de construir un partido revolucionario, militante e implantado en el proletariado.

Posición 4: por un NPA proletario, comunista y revolucionario

Como en las AG electivas, hemos defendido una orientación revolucionaria, alternativa a las de las P1-P3. Pero también hemos llamado a la P2 a ir hasta el final de la lógica de sus textos, le propusimos hacer bloque por un llamado revolucionario del congreso y lo invitamos a construir una gran tendencia para finalmente, hacer mayoritaria en el partido una orientación revolucionaria.

Poner al NPA bajo la influencia de Túnez, El Cairo y Benghazi

Volvemos a decir que la crisis actual es una crisis del capitalismo, que sólo se puede resolver en el marco del capitalismo al precio de inmensos sufrimientos para las masas, que la única manera de que los trabajadores no paguen la crisis, es conquistar el poder político. Por eso es necesario desarrollar un programa de transición, cuyo eje es ayudar a los trabajadores a comprender por su propia experiencia que ellos no pueden satisfacer plena y duraderamente sus reivindicaciones sin instaurar su propio gobierno.

Los procesos revolucionarios en curso en los países árabes, en gestación desde hace años, pero que la crisis ha hecho estallar al provocar un alza de los precios de los productos de primera necesidad, anuncian los acontecimientos a los que debemos preparar a la vanguardia con una intervención política audaz en las luchas cotidianas. Las clases dominantes, apoyadas en el ejército, quieren mantener a estos regímenes deshonrosos concediéndoles una “lavada de cara”. Únicamente los proletarios pueden, al desarrollar su auto-defensa y los comités que han comenzado a formar, hacer caer a estos regímenes vergonzosos, imponer une Asamblea constituyente que desarrolle sus propios órganos de auto organización, abriendo así la vía a su propio poder. Además, los trabajadores y los jóvenes no se levantaron simplemente contra la dictadura apoyada por el imperialismo, sino también contra la precariedad, el desempleo y la carestía de la vida. El programa que defendemos no puede limitarse entonces a las reivindicaciones inmediatas, sino debe articularlas con la expropiación sin indemnización ni rescate y bajo el control de los trabajadores de las grandes empresas nacionales e imperialistas no solamente de la finanzas, sino también de la industria y de los servicios, condición para que un gobierno de los trabajadores auto-organizados puedan comenzar a reorganizar la economía al servicio de las necesidades humanas.

Esos procesos, en particular el de Egipto, así como el movimiento contra la reforma de las jubilaciones en Francia, confirman también el regreso de la clase obrera al centro de la escena de la lucha de clases internacional. Esto hace imperiosa la necesidad de implantar el partido en los sectores estratégicos del proletariado y tener un número cada vez más importante de obreros en nuestras filas, desde la base a la dirección.

Concentrar claramente a favor de una mayoría revolucionaria

Hemos propuesto a los camaradas de la P2 redactar en común un proyecto de convocatoria al congreso. No nos han respondido. Hemos destacado los puntos positivos de su proyecto: no esperar a 2012, voluntad de apoyarse en los procesos revolucionarios de los países árabes, eje estratégico de la huelga general, propuesta de campañas del NPA ligadas a las necesidades de los trabajadores. Pero también hemos indicado algunos límites estratégicos del texto: se delimita con respecto al PS, pero no con respecto al Frente de Izquierda; no dice que la voluntad de las direcciones sindicales en el movimiento de las jubilaciones se volvió en contra del retiro y en contra de la huelga general; no propone la intervención organizada en los sindicatos y poner en pie una corriente intersindical anti burocrática en la lucha de clases; no articula suficientemente las campañas propuestas y la conquista del poder político; finalmente, no dice que los trabajadores y los jóvenes necesitan un partido revolucionario. Sin embargo, estimamos que, en el contexto de crisis del partido y de impasse del congreso, los puntos positivos predominaban sobre las debilidades y votamos y llamamos a votar sin condiciones a favor del proyecto de convocatoria de los camaradas de la P2.

Religión, feminismo, laicidad

El NPA está dividido en dos partes más o menos iguales sobre la cuestión de saber si es legítimo o no presentar en las elecciones un-a militante que enarbole signos religiosos visibles. Las dos posiciones principales presentes primeramente propusieron que el congreso defina este tema. La posición que quiere prohibir la candidatura de militantes que lleven un signo religioso visible quedó en minoría (122 a favor, 124 en contra); la tentativa de condicionar esta candidatura al acuerdo de una mayoría de los 2/3 del CPN fue rechazada fuertemente por 109 votos contra 169 a favor de que esto sea por mayoría simple. Esto ha provocado un violento conflicto en el seno mismo de la P1 y de la P3, griteríos, camaradas subiendo a la tribuna, luego una demanda de interrupción de sesiones. Finalmente, se volvió a votar en el congreso dos veces hasta que una moción que se pronunciara a favor de una conferencia nacional, al principio rechazada, sea a final de cuentas mayoritaria (175 a favor, 113 en contra). Este procedimiento no es aceptable: en vistas del resultado de las AG electivas, se puede entender el deseo de no partir en dos al partido sobre esta cuestión, pero en este caso era necesario decidir de entrada que el congreso no se pronuncie y convocar a una conferencia nacional, ¡en lugar de hacerlo luego de la votación porque esto no satisfacía a la mayoría de la dirección! Esto sólo podía agravar más la crisis y hacernos perder un tiempo precioso, obligando a deteriorar las siguientes votaciones. Pero aquí como en otras cosas el problema es darse las prioridades de construcción apostando a la intervención en la lucha de clases. Sólo en esta situación podremos abordar en mejores condiciones algunas cuestiones que son objeto de importantes diferencias.

Una victoria de la democracia: la base del partido rechazó claramente la moción CRI/CLAIRE

Desde la fundación del partido, la dirección se encarnizó contra la Tendencia CLAIRE. Pero su campaña contra la TC también apuntaba a aislar a la posición 4 en su conjunto y a intimidar a toda la izquierda del partido para disuadirla de constituirse en tendencia. Para hacer pasar su moción que quería excluir a la TC, no dudó en enviar un expediente de cargos antes de las primeras AG electivas, sin enviar la respuesta de la TC a esas acusaciones sin fundamentos. Presa del pánico por la derrota de su moción el primer fin de semana de las AG, apeló entonces al NPPV, esperando quitarle todo alcance a la moción. Sin éxito. Por eso tuvo que renunciar a someter su moción al congreso, ya que el voto de la base ha sido claro: 63,6% en contra, 36,4% a favor, una vez restadas las abstenciones y NPPV (minoritarios). La vitalidad democrática en la base del partido, sobre todo en la P2 pero también en las demás, habrá sido la razón del encarnizamiento de la dirección contra la Tendencia CLAIRE. Estando la democracia en el centro de nuestro proyecto de emancipación, esto es tranquilizador respecto a la salud del partido.

La dirección también tuvo que retroceder sobre la modificación de los estatutos

Los informantes sobre los estatutos propusieron ratificar el voto positivo de las AG electivas. Pero un camarada de Renault-Cléon protestó: el congreso es soberano, no se puede escamotear el debate. Otro camarada quería someter una enmienda sobre la remuneración de los rentados y las indemnizaciones de los cargos electos. Finalmente, la dirección tuvo que retroceder por temor a una nueva crisis, que seguía a la de la mañana alrededor de la cuestión del velo, perdiendo así su última arma para hacer callar a las oposiciones, la de la exclusión colectiva de un comité por el CPN.

Crisis en el seno de la posición 1

La P1, ya tironeada por tensiones políticas internas, fue sacudida por otra crisis violenta cuando se establecieron las listas de cada plataforma por el nuevo CPN. Mientras que ella disponía del 70% de los puestos en el CPN saliente, que contaba con 192 miembros, ahora no tiene más que 42% de un CPN reducido a 161 miembros. Le fue necesario entonces “hacer una cura de adelgazamiento” que los miembros del CE, en su mayoría parisinos han tratado de hacerles pagar a los provinciales, quienes se revelaron en contra de métodos que juzgan «inaceptables».

Nuestro partido está en un cruce de caminos: ¿Seguirá sin orientación? ¿O bien seremos capaces de hacer de él un partido proletario, comunista y revolucionario?

Contrariamente a lo que pretenden los medios burgueses, el NPA está lejos de estar muerto como partido. Los numerosos llamados a romper el aislamiento muestran bien que, en el fondo, la burguesía es consciente de esto y preferiría tener un enésimo partido de la «izquierda de la izquierda», integrado al régimen, más que un partido que podría convertirse en una alternativa para miles de trabajadores y de jóvenes en el momento en que la oleada revolucionaria afecte a Francia. Pero el congreso no ha permitido que se salga de la crisis, debido al impasse estratégico en el que se encuentra. Su fracaso ha manifestado la pérdida de autoridad de una dirección incapaz de orientarse en la nueva situación. El fortalecimiento de la P2 (97 votos en el congreso, o sea 27,7 % y 45 miembros al CPN) y los honrosos resultados de nuestra pequeña P4, blanco de la encarnizada hostilidad de la dirección (13 votos en el congreso, o sea 3,7% y 6 miembros al CPN) han confirmado que un amplio sector militante es consciente de la necesidad de reorientar al partido en un camino revolucionario. Pero las vacilaciones de los dirigentes de la P2 frenan esta evolución. Les proponemos una vez más abrir la discusión, en vistas de una gran tendencia revolucionaria, esperando que respondan favorablemente luego del fracaso del congreso. Por nuestra parte, seguiremos luchando por un partido proletario, comunista y revolucionario, con todas aquellas y todos aquellos que compartan este objetivo. Estamos convencidos que la orientación revolucionaria corresponde a las necesidades de la movilización de las masas en respuesta a la crisis. Ha comenzado por la huelga general semi-insurreccional en Guadalupe y en Martinica, se ha prolongado en las luchas contra los despidos en Francia, las jornadas de huelga general y la tentativa de ocupación del Parlamento en Grecia, movilizaciones importantes en varios países, el movimiento histórico contra la reforma de las jubilaciones en Francia. Hoy, conoce un salto cualitativo con los procesos revolucionarios en curso en los países árabes. Estamos persuadidos de que es posible ganar a miles de trabajadores, precarios, desocupados y jóvenes radicalizados para un NPA revolucionario. ¡Adelante!

Paris, 25 de febrero de 2011

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