En el corazón industrial de Brasil, el ABC paulista, los obreros metalúrgicos de la fábrica Anchieta de Volkswagen, la mayor productora de vehículos de ese país, se enfrentan a un durísimo plan de reestructuración de la patronal, que pretende despedir a 3.600 de los 12.400 obreros y eliminar derechos laborales para mejorar su “competitividad” y atraer inversiones. Esta voraz empresa alemana amenaza con cerrar la planta y más de 6.000 despidos si los trabajadores no aceptan el nefasto plan.
Ante la amenaza de cierre, Lula decidió suspender un préstamo para VW de 497 millones de reales hasta que terminen las negociaciones. Dejando claro que la medida nada tenía que ver con los despidos, el ministro de Trabajo Luiz Marinho aclaró que no tenía sentido dar un préstamo a una empresa que está por cerrar. Una vez más, la candidata presidencial por el Frente de Izquierda (PSOL, PSTU, PCB), Heloisa Helena, mostró una vez más su política de colaboración de clases planteando que “creo que es una decisión equivocada (...) Si existen problemas de determinados sectores productivos, el BNDES tiene la obligación de posibilitar el préstamo con cláusulas sociales que son importantes” (Folha on line 30/08/2006-).
El martes 29/8 la empresa distribuyó 1.800 telegramas de despido, desatando la inmediata reacción de alrededor de 10 mil trabajadores que, reunidos en asamblea, decidieron entrar en huelga por tiempo indeterminado. Se paralizaron las líneas de producción, y a pesar del intento de la burocracia sindical de flexibilizar la medida de fuerza, los trabajadores impusieron el paro total. El conflicto repercutió en las otras plantas de la empresa, despertando la solidaridad de sus compañeros y afectando de hecho la entrega de partes para su producción, lo que obligó a la patronal a dar días libres en las otras plantas, multiplicando el efecto de la huelga.
El lunes 4/9, la empresa decidió suspender los 1.800 despidos, logrando una tregua de los trabajadores hasta el martes 12/9, cuando realizarán una nueva asamblea. Aunque aclaró que suspender los despidos no significa desistir del plan de reestructuración, la empresa tuvo que retroceder ante la determinación de los trabajadores, quedando en una situación complicada hacia las futuras negociaciones, entre la perspectiva de endurecimiento de las medidas de lucha y la de tener que posponer lo fundamental de su plan para el próximo año.
Ver más sobre la huelga en www.ler-qi.org
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