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Se realizó la Segunda Conferencia Internacional de la Fracción Trotskista
por : Diego Dalai , Juan Andrés Gallardo

01 Sep 2004 |

En la semana del 19 al 24 de abril sesionó en Buenos Aires la Segunda Conferencia Internacional de la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional [1]. En la misma participaron la Liga Obrera Revolucionaria - Cuarta Internacional (LOR-CI) de Bolivia, el Partido de Trabajadores por el Socialismo (PTS) de Argentina, Estrategia Revolucionaria - Quarta Internacional (ER-QI) de Brasil, Clase Contra Clase (CCC) de Chile, la Liga de Trabajadores Socialista - Contra Corriente (LTS-CC) de México y la Fracción Trotskista de Europa con militantes de Francia, Inglaterra, Alemania y España. Además participó con un delegado observador la Juventud de Izquierda Revolucionaria de Venezuela. Durante las deliberaciones se abordaron los distintos elementos que han configurado una nueva situación internacional, entre ellos las tendencias a una incipiente recomposición en la subjetividad del movimiento obrero y una política ofensiva hacia la reconstrucción de la Cuarta Internacional, junto a las tareas planteadas para los distintos grupos en el próximo periodo.

La conferencia culminó en una sesión abierta el sábado 24 con cerca de 800 personas en la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. En la misma contamos con la presencia del dirigente histórico de la corriente morenista, Ernesto González, actualmente miembro de la dirección del MAS de Argentina, como así también de tres compañeros delegados al Congreso del MRCI (CRCI) [2], entre ellos un dirigente de Progetto Comunista y una dirigente del grupo danés de la ITO, que participaron a título personal; y de Gustavo Lerer, dirigente del PRS-La Causa Obrera de Argentina.

Una situación transitoria a nivel internacional

La conferencia internacional de la FT dio cuenta de los últimos acontecimientos internacionales como el virtual estancamiento de la ofensiva imperialista en Medio Oriente y en particular las dificultades que encuentra en el terreno iraquí, que ha abierto una nueva situación transitoria luego de los reaccionarios meses que siguieron a los atentados del 11-S. Pero sobre todo se analizaron los grandes cambios históricos que venimos presenciando en los últimos años y que dejaron atrás la etapa de retroceso anterior. "(...) la gran huelga de los servicios públicos franceses (1995), marcó un primer punto de inflexión y empezó a cambiar la ideología derrotista impuesta en el movimiento obrero y las masas (...) En 1999, fue la juventud la que desde Seattle empezó a decir ¡basta!, en el movimiento conocido como antiglobalización o no global, una de cuyas alas era anticapitalista [iniciando] una etapa preparatoria. Preparatoria no sólo de un resurgir del movimiento obrero y de masas, o de luchas antiimperialistas, sino de un cambio transitorio en la subjetividad de las masas, donde el movimiento no global, con su ala anticapitalista, da luego lugar a las grandiosas manifestaciones de millones de personas en Europa contra la guerra en Irak, que para nosotros son parte de la respuesta de las masas al intento de EE.UU. de reorganizar el mundo a su favor" [3].

Es decir, en la medida en que al imperialismo le resulta cada vez más difícil lograr consenso y por lo tanto consolidar cierto grado de hegemonía, se ve debilitada su dominación sobre los explotados y oprimidos, viéndose obligado a utilizar métodos cada vez más coercitivos.
Estos son parte de los factores que dan mayor fluidez a la situación internacional y que abre mejores condiciones para la irrupción de la clase obrera y las masas.

Esta situación en la que, a los efectos reaccionarios inmediatos posteriores a los atentados del 11 de septiembre, le siguieron un fortalecimiento del movimiento antiguerra primero, un empantanamiento sobre el terreno en Irak luego, que incluyó no sólo el recrudecimiento de la resistencia, sino también la retirada de Irak de parte de aliados directos como España junto a otros países de menor peso antes del traspaso de poder; desnuda las dificultades norteamericanas para asegurarse un cierto grado de hegemonía.

La combinación de elementos reaccionarios que permanecen de la situación anterior con las tendencias a una mayor resistencia y nuevos grados de subjetividad proletaria, configuran esta situación que preferimos definir como transitoria a nivel internacional y no directamente como pre-revolucionaria (como caracterizan otras corrientes del movimiento trotskista), por no ser aún la lucha de clases lo que prima a nivel mundial.

Un giro en la situación del movimiento obrero

Esta nueva etapa sentó condiciones para la apertura de un incipiente giro a nivel mundial de la subjetividad del proletariado, como muestran "los grandes procesos dirigidos por los sindicatos en Europa contra los recortes a la Seguridad Social en Francia o en Alemania. Y los fenómenos nuevos, que son las huelgas ’salvajes’... [como] La huelga de los ’postal workers’ de Inglaterra que reunió hasta 20.000 trabajadores contra la dirección oficial del sindicato. Y la huelga de los transportistas de Milán, hecha por trabajadores de la vieja generación obrera que conservan todas las tradiciones, incluso ’operaístas’, del proletariado italiano, y que transmitieron esa tradición a las nuevas generaciones. En Latinoamérica, aunque aún no vivimos revoluciones clásicas, presenciamos levantamientos y rebeliones (...) que empiezan a incorporar por ejemplo en el Octubre boliviano, elementos típicos de revoluciones clásicas... el levantamiento de El Alto, donde confluyeron indígenas aymaras, muchos de ellos campesinos, con los obreros de Huanuni, que al declarar la huelga general, demostraron la potencialidad de la clase trabajadora para dirigir o codirigir a una gran parte del movimiento de masas, que los excedía en amplitud" [4].

A esto se suman los fenómenos de control obrero en algunos países de Latinoamérica, tales como los trabajadores de cerámica Zanon y otras fábricas en Argentina, Flakepet en Brasil o el proceso embrionario de control obrero que se vivió en la petrolera estatal venezolana PDVSA junto a otras fábricas más pequeñas, como respuesta al lock out patronal de diciembre de 2002, aunque luego fue desviado y cooptado por el chavismo.

Semanas después de la realización de la Conferencia vimos cómo sectores de vanguardia de los trabajadores en lucha de la empresa de electricidad en Francia (EDF), distinguían un enemigo de clase mediante las denominadas acciones "Robin Hood" que reconectaban la luz en aquellos hogares donde no la podían pagar, mientras realizaban cortes en las casas de altos funcionarios y directivos de la empresa (ver artículo "Francia: lecciones del movimiento de los trabajadores de la energía" en esta revista).

Estos ejemplos tomados de conjunto, si bien son pocos en cantidad, tienen una gran importancia para los marxistas revolucionarios.

Como expuso Javo Ferreira (dirigente de la LOR-CI de Bolivia) en la sesión abierta de la conferencia: "Durante los ’90 sólo vimos procesos de resistencia, por lo menos en nuestro continente, del movimiento campesino, indígena y de la clase obrera. Era derrota tras derrota. (...) Muchos compañeros que estamos acá despertamos a la vida política en ese escenario de retroceso, donde muchos predicaban la muerte de la clase obrera (...). En octubre, todos ustedes habrán seguido las noticias, el levantamiento fue superior a los tres previos que sacudieron Bolivia, tirando abajo a Sánchez de Losada.
Hubo una enorme participación del movimiento campesino, de los Aymara, de los pueblos originarios, de los sectores populares en El Alto, La Paz y todo el país. Pero a diferencia de los otros tres levantamientos hubo un elemento nuevo, que como marxistas debemos tener muy en cuenta: la intervención de 800 mineros de Huanuni. Fue algo muy impactante, ver cómo esos obreros, una ínfima minoría desde el punto de vista numérico, se convertían en parte de la vanguardia o comenzaban a cumplir un papel de guardia obrera en los enfrentamientos con el gobierno."

Estos elementos muestran que si bien el proletariado no ocupa aún el centro de la escena, hay tendencias incipientes pero significativas hacia la recomposición de la subjetividad proletaria, hechos de enorme importancia para los marxistas revolucionarios y por lo cual la FT definió como una prioridad la intervención de los grupos que la componen en estos procesos de recomposición obrera.

De esta manera, durante toda la semana de sesiones y en la propia sesión abierta, la II Conferencia de la FT-CI pudo constatar los importantes avances conquistados en el último periodo. Estos se expresaron tanto en la elaboración teórica y política, como en la intervención en la lucha de clases nacionales y los procesos de recomposición de la clase obrera. Por destacar sólo los más importantes, la participación de la LOR-CI en el Octubre boliviano, proceso durante el cual compartieron con la vanguardia la primera línea de combate, las asambleas obreras y populares como el Ampliado de la COB posterior a la caída del Goñi y las asambleas vecinales de El Alto y al mismo tiempo editaron varias publicaciones entre ellas cuatro Boletines de Emergencia [5] y posteriormente la Revista de los Andes con las lecciones de este proceso, que plasmaron al calor de los acontecimientos un programa revolucionario para alcanzar la victoria y consolidarla.

Posteriormente, a propuesta de nuestros compañeros de la LOR-CI, el Ampliado de la COB que sesionó el 30 de junio teniendo en consideración que "las tareas de la COB se multiplicaron debido a la grave situación del país y de los trabajadores y que amplios sectores de la juventud y de los trabajadores plantean sumarse a la lucha emprendida por la Central Obrera Boliviana", resolvió "aprobar la organización y la puesta en marcha de la organización auxiliar y de apoyo de la juventud, bajo el nombre de ’Juventud de la COB’ o ’juventud cobista’, para llevar adelante las labores en defensa de la independencia de clases del ente matriz, como mandan los estatutos, y las tareas que se desprenden de la actual coyuntura nacional como es la lucha contra el referéndum y por la nacionalización de los hidrocarburos (...)" [6].

Por su parte, el PTS argentino desde las jornadas revolucionarias de 2001, concentró sus esfuerzos en las fábricas ocupadas y puestas a producir por sus trabajadores como Zanon y Brukman que se convirtieron en símbolos internacionales de la potencialidad estratégica de la clase obrera. Porque, como Gramsci, creemos que un partido obrero revolucionario también se mide por los aportes que le hace a su clase. Actualmente participa en destacados procesos obreros en Argentina, como la recuperación de los cuerpos de delegados y comisiones internas de las manos de la burocracia sindical que se viene dando de forma embrionaria, con triunfos como el del Astillero Río Santiago, símbolo de la lucha contra las privatizaciones de los ’90 donde triunfó una lista antiburocrática que lucha por recuperar el histórico Cuerpo de Delegados, o la lista opositora a la burocracia que surgió en asambleas de base de varias fábricas del gremio de la alimentación. Por otra parte participa en el periódico obrero militante Nuestra Lucha que es impulsado por el sindicato ceramista de Neuquén y de comercio de Rosario, comisiones internas de fábricas, agrupaciones obreras y estudiantiles y destacados intelectuales.

En Brasil los compañeros de ER-QI acaban de participar y jugar un rol importante en la gran huelga de los trabajadores de las Universidades de San Pablo que terminó en un importante triunfo en la USP, haciendo retroceder a los rectores, demostrando la fuerza de los métodos radicalizados contra la burocracia sindical que intentó negociar a espalda de los trabajadores desde el primer día [7].

Finalmente la LTS-CC de México viene participando de uno de los procesos más importantes de los últimos años en ese país, la lucha de los trabajadores del Seguro Social que están realizando grandes movilizaciones contra la política del gobierno de Fox.

Estos cualitativos avances son los que ameritaron, con el cambio del nombre, la redefinición de nuestra corriente como "polo de propaganda teórico-político y crecientemente práctico en lucha por la reconstrucción de la Cuarta Internacional", intentando relacionar nuestro actual estadio de liga con la lucha por la reconstrucción de la Cuarta, así como reflejar los avances en "el establecimiento de primeros lazos con sectores obreros de avanzada" [8].

Por la reconstrucción de la IV internacional

Frente a la nueva etapa abierta, la conferencia reafirmó la necesidad, más imperiosa que nunca, de dar pasos adelante en la reconstrucción/refundación del Partido Mundial de la Revolución Socialista y el método con el cual avanzar en ese camino. Porque hoy los trabajadores que comienzan a dar señales de una recuperación en su subjetividad deben enfrentar a las direcciones reformistas y populistas que los ataron de pies y manos para enfrentar la ofensiva imperialista y hoy quieren llevarlos tras la trampa de alguna alternativa burguesa o de algún "burgués nacionalista" en las semi colonias.

Así mismo, los revolucionarios debemos poner todas nuestras fuerzas en la perspectiva de recuperar lo mejor de las tradiciones revolucionarias de la clase obrera, contra los que esconden tras el "internacionalismo de los movimientos sociales" su escepticismo en que ésta pueda construir poderosas organizaciones y dirigir los próximos procesos revolucionarios [9]. Debemos demostrar la superioridad de nuestro programa y estrategia y la miseria de los que, en su afán de obtener un cargo parlamentario o sindical, concilian con los reformistas. Y no se trata de enfrentar sólo los casos más burdos, como el del mandelista Miguel Rossetto ocupando un ministerio en el gobierno burgués de Lula [10], sino de señalar toda actuación de los que considerándose trotskistas van en contra de las tendencias más revolucionarias de la clase obrera y la juventud.

En este sentido, y dado los avances de los distintos grupos de la FT expresados más arriba, en la conferencia discutimos "cambiarnos el nombre, llamarnos Fracción Trotskista-Cuarta Internacional (FT-CI) para indicar la relación que hay entre nuestro carácter de tendencia actual y nuestro objetivo de trabajar día a día... hacia la reconstrucción de la Cuarta Internacional (...) hemos discutido un método que es crear Comités de Exploración con grupos con los que tengamos menos acuerdos, y Comités de Enlace con práctica común con los que tengamos acuerdos más importantes, con boletines de discusión en varios idiomas, donde haya no sólo una teoría común sino una práctica común" [11].

Este método, distinto al que nos tienen acostumbrados otras corrientes que se reclaman trotskistas, tiene sus bases en la firme convicción de que las necesarias rupturas y fusiones que nos llevarán a la reconstrucción de la Cuarta, no pueden basarse sólo en un programa revolucionario, ni menos aún en unos pocos puntos generales, sino también en la práctica cotidiana. Este problema esencial se arrastra en el movimiento trotskista desde hace décadas. El centrismo, surgido en la Cuarta Internacional a principios de los ’50, y que como decía Trotsky se niega a verse a sí mismo, desterró esta categoría. Durante años sólo se escuchó hablar contra el revisionismo que directamente cambiaba en clave reformista nuestro programa transicional. Pero con quienes no llegaban hasta ese punto, se podían hacer fusiones sin mediar una experiencia común, sin comprobar en los hechos que el programa que se levanta corresponda con la práctica que se lleva adelante todos los días. La FT-CI tiene el mérito de haber rescatado del bagaje de la Cuarta Internacional fundada por Trotsky, la categoría de centrismo que nos permite hoy poner en marcha un método revolucionario, ni oportunista ni sectario, para avanzar en reconstruir la organización mundial del proletariado y las masas explotadas y oprimidas.

Un debate con el MRCI

Así, a pesar de las diferencias en el método hicimos y haremos todo lo posible para avanzar pasos concretos en la refundación de la Cuarta Internacional. En este sentido fue la propuesta que le hicimos al MRCI, de unificar las reuniones, teniendo en cuenta que ellos realizarían, en la misma fecha que la Conferencia de la FT, su Congreso en Buenos Aires, impulsado por el Partido Obrero de Argentina, Progetto Comunista de Italia y el PRT de Grecia entre otros.

Partíamos de un acuerdo general con los 4 puntos programáticos con los que ellos hacían el llamado a su congreso [12], y aunque lo reconocíamos como insuficiente eso no nos impidió que les propongamos que "Ante el hecho de la realización de dos importantes reuniones de quienes nos reclamamos por la refundación de la Cuarta Internacional en Buenos Aires... tratemos de unificar estos esfuerzos y realizar una reunión en común de los que nos reivindicamos cuartainternacionalistas" como decíamos en la carta que le enviamos a los grupos integrantes del MRCI el 25 de marzo de este 2004.

Si bien la convocatoria original del MRCI llamaba a "todos los luchadores de vanguardia y a las organizaciones revolucionarias de la izquierda clasista a unirse a nosotros en la discusión y en la elaboración del programa y las perspectivas para la refundación de la IV Internacional", existió una gran contradicción entre ese llamado original y el carácter del congreso realizado, ya que la respuesta del MRCI a nuestra propuesta de unificar estos esfuerzos fue que no veían condiciones para realizar una conferencia conjunta debido a las importantes diferencias, a que el congreso que realizaban era resultado de un largo tiempo de trabajo en común y que, sobre esa base, dicho congreso votaría funcionar con estatutos bajo "centralismo democrático".

La contradicción entre el carácter abierto del llamado y la negativa a iniciar un debate con quienes, como la FT, también manifestamos luchar por la refundación de la Cuarta, se combinó sin embargo con la "apertura" a corrientes opuestas a dicha perspectiva, como es el caso de Raúl Castells, uno de los oradores del acto público de cierre de dicho Congreso que acaba de realizar una reunión pública para actuar en común junto a la cúpula de la burocracia sindical de la CGT en Argentina y que sostiene posiciones a favor de líderes populistas latinoamericanos como Chávez y Quispe, es decir, opuestas a los cuatro puntos del llamado del MRCI.

Si tenemos en cuenta el "Balance del congreso internacional" hecho por el mismo Jorge Altamira en Prensa Obrera N° 849, el método que privilegiaron de basarse en acuerdos generales, los llevó a terminar votando un funcionamiento con "centralismo democrático", o sea con una disciplina común, pero sin acordar siquiera un borrador de programa (ya que varios de los grupos se abstuvieron de votarlo), sin comprensión de las tareas de las distintas corrientes y organizaciones que la componen.
Eso no es todo, dentro de los que se abstuvieron de votar un programa en común, estaba Progetto Comunista, organización que hace 12 (doce) años se encuentra al interior de Refundazione Comunista, el principal partido obrero reformista de Italia. Demostrando que un reagrupamiento bajo este método no puede resistir la más mínima crítica, ni siquiera la de la construcción de organizaciones independientes de los partidos reformistas.

Finalmente, como lo hicimos en su momento, proponiéndoles llevar adelante una campaña en común por la victoria de la resistencia iraquí y otra de denuncia a la política "ministerialista" del Secretariado Unificado, expresada en la presencia de Miguel Rossetto, miembro de Democracia Socialista de Brasil, en el gabinete del gobierno capitalista de Lula [13]. Volvemos a insistir a los compañeros del PO, Progetto Comunista y el resto de las organizaciones del CRCI en iniciar ese camino, empezando por campañas políticas internacionales conjuntas como éstas.

 

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Organizaciones de la FT-CI
La Fracción Trotskista-Cuarta Internacional está conformada por el PTS (Partido de los Trabajadores Socialistas) de Argentina, el MTS (Movimiento de Trabajadores Socialistas) de México, la LOR-CI (Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional) de Bolivia, MRT (Movimento Revolucionário de Trabalhadores) de Brasil, PTR-CcC (Partido de Trabajadores Revolucionarios) de Chile, LTS (Liga de Trabajadores por el Socialismo) de Venezuela, LRS (Liga de la Revolución Socialista) de Costa Rica, militantes de la FT en Uruguay, Clase Contra Clase del Estado Español, Grupo RIO, de Alemania y Militantes de la FT en la CCR/Plataforma 3 del NPA de Francia.

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