La tregua entre la poderosa tribu de los Hached y el gobierno yemení se rompió tras escasos días de débil sostenimiento y los enfrentamientos entre ambos bandos regresaron a las calles de Sanaá. Sólo en la jornada de ayer fallecieron 13 soldados y siete manifestantes. Las víctimas de ayer eleva a 41 el número de militares y civiles muertos desde el domingo, cuando centenares presuntos combatientes de Al Qaida tomaron el control de Taez, cabecera de la provincia de Abyane y bastión de la red extremista.
Los manifestantes y los efectivos de las fuerzas oficiales murieron en las cercanías de Zinjibar, al sur de la capital, cuando la policía intentó impedir el establecimiento de un nuevo campamento de manifestantes opositores al gobierno en la Plaza de la Libertad. Según informaron los testigos a los medios de comunicación locales, las fuerzas reprimieron con cañones de agua, topadoras y balas para evitar que las personas volvieran a reunirse.
La violencia incesante en Yemen fue ayer eje de discursos de autoridades internacionales y presidentes del resto del mundo. Estados Unidos reprochó el accionar del gobierno de Alí Abdulah Saleh. “Condenamos estos ataques indiscriminados a manos de las fuerzas de seguridad yemeníes”, apuntó el vocero adjunto del Departamento de Estado, Mark Toner, que se refirió en particular a la violencia en Taez.
Por su parte, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton, se declaró “impactada” por el uso de la fuerza en esa ciudad y pidió una vez más al presidente Saleh que firme el plan de las monarquías del Golfo que prevé su salida. En tanto, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, reiteró su llamamiento a las partes involucradas en el conflicto a que cesen en los enfrentamientos e inicien negociaciones pacíficas.
En tanto, en Sanaá volvieron a producirse violentos combates entre el gobierno y la tribu más poderosa de Yemen. Los combates se encendieron en el barrio de Al Hasaba, al norte de la capital, donde está la residencia del jeque Sadek al Ahmar. Desde el entorno del general disidente denunciaron que dos bombas cayeron sobre el cuartel general de las tropas rebeldes en Sanaá. El gobierno desmintió esos datos.
|