El nacionalista, con una ventaja de tres puntos sobre Keiko Fujimori, anuncia un Gobierno de concertación nacional.- Los primeros resultados oficiales también colocan por delante al candidato, beneficiado por el escándalo de las esterilizaciones forzosas a mujeres durante el mandato del padre de la aspirante populista
FERNANDO GUALDONI | Lima 06/06/2011
El candidato nacionalista Ollanta Humala ha obtenido la victoria en las elecciones presidenciales de Perú, según casi la totalidad del recuento rápido de las empresas de opinión. Los datos daban al aspirante de Gana Perú el 51,5% de los votos frente al 48,5% que le otorgaban a la populista Keiko Fujimori de Fuerza 2011. Humala se veía anoche como el gobernante 101° en la historia del país desde su independencia en 1821. El nacionalista ha ganado ampliamente en las zona andina y la selva, las menos favorecidas por el crecimiento económico, y ha avanzado significativamente en la costa. Keiko Fujimori, por su parte, ha logrado la mayor votación en la capital, Lima, El Callao y en algunas regiones norteñas. Los primeros análisis indican que el escándalo por las esterilizaciones forzosas de mujeres indígenas durante el Gobierno de Alberto Fujimori ha restado muchos apoyos a la candidatura de su hija.
El organismo oficial electoral, con el 84,4% escrutado, también daba una ventaja a Humala del 50,7% de los votos frente al 49,29% para Keiko Fujimori. El resultado solo corresponde a Lima y las grandes urbes, por lo que falta la vasta zona rural donde el favorito es de lejos Humala. En cualquier caso, el conteo rápido es un termómetro bastante fiable que consiste en el registro de 50 papeletas extraídas de urnas consideradas representativas; por oposición, el escrutinio oficial, del que se empezarán a conocer datos en unas horas, puede ofrecer resultados más engañosos mientras no esté al 100% debido a que los resultados de las regiones que se computan primero no son siempre representativos.
Con los primeros conteos rápidos, Fujimori pareció dar por perdidos los comicios, al abandonar junto a su equipo de campaña el hotel donde pasó la jornada electoral y retirarse a su casa. Mientras, Humala, en sus primeras declaraciones, anunció que formará "un Gobierno de concertación nacional representativo de las fuerzas democráticas y abierto a la sociedad civil". El candidato nacionalista proclamó que su tarea principal será "consolidar el crecimiento económico que será el gran motor de la inclusión social que anhelan los peruanos y que es el mandato de las urnas".
Poco después, compareció ante miles de seguidores en la plaza Dos de Mayo, en el centro de Lima, donde Humala respondió a los cánticos de "Sí, se puede" con un:"Claro que se puede". El líder nacionalista prometió "luchar y no dar cuartel a la corrupción y a los corruptos". En Perú, aseguró, "hay plata, hay que manejarla con responsabilidad, pero hay que utilizarla para vencer la desigualdad", informa Efe. "Vigilaremos que el Estado esté presente en todo el territorio nacional, particularmente en los pueblos más pobres del país y yo personalmente iré a ver que funcione el Estado", aseguró.
Pero Humala dejó en claro que "que gobernar no es tema de una sola persona", por lo que se comprometió a convocar "a los mejores cuadros técnicos, independientes, intelectuales, para poder hacer un Gobierno de concertación, un Gobierno de ancha base, donde ninguno se siente excluido y todos representados".
La jornada había comenzado con la condena de ambos candidatos al ataque de la narcoguerrilla de Sendero Luminoso contra una patrulla militar en Cuzco en la víspera electoral. Cinco soldados murieron y otros cuatro resultaron heridos. La emboscada recordó a Perú lo frágil que sigue siendo en la lucha contra el narcotráfico y dio a los aspirantes a la presidencia la oportunidad de recordar que ambos habían asumido el compromiso de reforzar la lucha contra el crimen. "Fue un acto de terrorismo, un crimen contra todos los peruanos", declaró la hija del expresidente, en prisión por crímenes de lesa humanidad. Keiko habló desde su casa durante el tradicional desayuno de los candidatos con sus familias.
El ataque en Cuzco y el conflicto social latente en Puno centraron los focos de las cámaras de los canales de noticias en varios puntos de la región andina. Allí era donde se esperaban los conflictos de la jornada, desde la falta de personal o material para abrir algunas mesas de votación hasta denuncias de fraude. En la recta final de la campaña, la zona reflejó una vez más el grave problema de la falta de presencia de las instituciones estatales en muchas áreas de la sierra y la selva peruanas y los conflictos sociales que esa ausencia genera.
Conflictos ambientales
Justamente ayer se cumplió el segundo aniversario del peor estallido social en la historia reciente del país. La protesta de los indígenas por la regulación de la explotación forestal y las tierras de cultivo en la norteña Bagua (Amazonas) acabó en una batalla campal con la policía que causó 33 muertos. Hay más de 230 conflictos sociales activos y latentes en Perú y la mitad tiene que ver con temas medioambientales e involucra a comunidades indígenas. La mayoría genera violencia y acaba por empobrecer aun más a regiones que han visto muy poco de la bonanza económica de la que se ha beneficiado el país en la última década y que, paradójicamente, se debe en gran parte a los recursos minerales que se producen en la sierra y la selva.
Los dos candidatos se manifestaron conscientes de los desafíos que aguardan al presidente que jure el cargo el próximo 28 de julio y ambos dejaron la puerta abierta a acuerdos con otras fuerzas para gobernar. Ninguno de los dos partidos políticos tendrá mayoría en el Congreso. Ollanta Humala dijo que la crispación y división que provocó la campaña electoral debe acabar de inmediato. "Perú no se puede detener. Tenemos una economía que mantener en marcha, tenemos que llevar a nuestros hijos a la escuela...". El nacionalista, mucho más tranquilo que cuando compitió por la presidencia por primera vez en 2006, apareció en el desayuno junto a su esposa y sus tres hijos, dos niñas y un bebé de cinco meses.
Consciente de que su pasado de izquierdista radical despierta mucha inquietud entre las clases conservadoras y medias de un país que ha generado mucha riqueza en los últimos años gracias a la economía de mercado, Humala suscribió en mayo pasado el acta del Acuerdo Nacional peruano, un foro creado durante el mandato de Alejandro Toledo que compromete al firmante a mantener una seria de políticas de Estado que garantizan las libertades civiles. Humala también publicó una carta al pueblo peruano en la que promete mantener la economía de mercado y respetar la propiedad privada. El documento es idéntico al que utilizó en 2002 Lula en Brasil para vencer las reticencias de los empresarios tras dos intentos fallidos de alcanzar la presidencia.
Normalidad en los comicios
Tanto Toledo como el presidente saliente, Alan García, celebraron la normalidad con la que se llevaron a cabo las elecciones y pidieron al próximo gobernante que mantenga las políticas de crecimiento y de creación de empleo y reducción de la pobreza. "Todos saben por quién he votado", dijo Toledo en referencia a su apoyo a Humala, "pero quiero que sepan que no he dado un cheque en blanco, que permaneceré atento y denunciaré cualquier maniobra que ponga en peligro la democracia".
García, del histórico partido aprista caído en desgracia, hizo un llamamiento a la unidad tras las elecciones y afirmó que el ganador tendrá todo su apoyo. El movimiento nacionalista ha acusado a García de favorecer a la hija de Fujimori durante la campaña.
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