Expertos consultados por Página/12 señalan que el electo presidente Humala tendrá como principal reto sortear la presión de la derecha económica desde su estructura partidaria. Aconsejan que no ceda a “los chantajes” del mercado.

Por Carlos Noriega

Desde Lima
Desde los gremios empresariales, los inversionistas y la derecha, ya se escuchan voces exigiéndole al electo presidente Ollanta Humala que no se salga del modelo económico neoliberal y nombre a la brevedad en la presidencia del gabinete y en el Ministerio de Economía a personas que “tranquilicen a los inversionistas, a los mercados”. Ayer, la Bolsa cayó hasta once puntos y eso redobló las presiones de los agentes económicos sobre el próximo presidente (ver página 24).

“Frente a las presiones muy fuertes de la derecha económica, Humala necesita una gran habilidad política para no ceder en sus propuestas programáticas. Sería muy delicado que Humala formara un gabinete ministerial producto de concesiones y no de negociaciones. Y la negociación debe partir de la premisa de que el ganador es Humala”, le señaló a Página/12 Eduardo Toche, historiador e investigador principal del Centro de Estudios para el Desarrollo-Desco.

“Espero que Humala no ceda a las presiones de la derecha económica. La correlación de fuerzas no da para que lo haga. Si cede al chantaje y nombra ministros pensando en contentar a los mercados, entonces se debilitará. Que procesen su susto, que la Bolsa baje hasta que se tranquilicen”, le dijo a este diario Nelson Manrique, analista político y catedrático de la Universidad Católica. Manrique aclara que en el Perú “la alternativa no es capitalismo versus socialismo”, y que las propuestas económicas de Humala pasan por temas como una reforma tributaria para que paguen más impuestos las grandes empresas, aumentar el sueldo básico o defender los derechos laborales, y que en eso no puede ceder. Cree que a Humala le será más fácil entenderse con el capital transnacional que con el capital nacional “porque las transnacionales son más flexibles para tratar con los gobiernos y adecuarse a una realidad que cambia”.

Toche estima que el mayor riesgo del presidente electo frente a las presiones de la derecha económica es la debilidad de la estructura partidaria que lo respalda. “El gran problema de Humala es que no tiene un partido político organizado detrás suyo. Hay una enorme expectativa popular con el triunfo de Humala, pero eso no se ha expresado en un movimiento social articulado. Creo que tiene pocas fichas para contrarrestar las presiones de la derecha económica. Un primer gran movimiento que debe hacer es demostrar firmemente que el ganador es él. Hasta ahora no lo ha hecho.”

“Está bien –agrega Toche– salir con un discurso de concertación como lo hizo la noche de su triunfo, pero debió poner más énfasis en que el ganador es él y por lo tanto él es el que pone el programa y las reglas de juego en las negociaciones. La concertación debe darse bajo la premisa de que el ganador es Humala.”

“Humala –opina Manrique– se mueve en una cornisa estrecha, no puede dejar que los derrotados le impongan el programa, pero tampoco puede decir ‘ganamos y hacemos lo que queremos’. Tiene que ponerse en un punto intermedio entre ambas opciones.” El analista político de la Universidad Católica señala que después de esta elección “el Perú está dividido en dos” y el presidente electo debe “tranquilizar a quienes están preocupados”. “Eso –afirma Manrique– implica un acercamiento a los sectores que han estado enfrentados a él. Quedan dos meses hasta que Humala asuma el poder y en este tiempo debe crear un amplio frente de concertación para garantizar la gobernabilidad.” Aclara que ese acercamiento no debe incluir al fujimorismo. “Es fundamental aislar a los sectores más cavernarios, más recalcitrantes. En concreto, al fujimorismo”, dice.

Manrique señala que el primer ministro de Humala debe ser un independiente. “En estas elecciones –precisa–, la frontera se estableció entre el fujimorismo por una parte, y por el otro lado quienes reclamaban memoria, decencia y dignidad. Un primer ministro independiente que se adecue a estas tres demandas sería el ideal.”

“Pienso que el de Humala será un gobierno de centroizquierda”, afirma Nelson Manrique. Por su parte, Eduardo Toche opina que “el triunfo de Humala es un primer gran paso para empezar a provocar cambios necesarios, como combatir la pobreza y la desigualdad. El sector social que ha votado por Humala debe organizarse y construir una alternativa”.