Las tropas de El Asad detienen a cientos de hombres en las aldeas fronterizas
BLANCA là“PEZ ARANGÌENA - Güveçci - 14/06/2011
El número de refugiados que entran en Turquía aumenta con cada nueva acción del Ejército sirio. Apostados en improvisados campamentos a lo largo de las montañas que separan Siria de Turquía, casi 10.000 refugiados esperan noticias de los combates para decidirse a cruzar. Según activistas huidos, 7.000 sirios se encuentran ya en territorio turco. El número no es verificable, ya que las autoridades locales se niegan a facilitar información, pero los últimos ataques del Ejército sirio a Jisr al Shughur y las detenciones en las aldeas cercanas de la ciudad rebelde han podido acelerar el éxodo hacia la provincia turca de Hatay.
Una turba animada por el régimen ataca la embajada de Ankara en Damasco
Hatay es la única población árabe de Turquía. Perteneció a Siria hasta 1935, por lo que muchos de sus habitantes tienen familiares al otro lado. Aquí se siente el peso de Asad. En las calles de su capital, Antakya, no es raro encontrarse con pegatinas de Bachar el Asad en las lunas de los coches. Al contrario que en las aldeas fronterizas, en Antakya más de la mitad de la población es alauí y no simpatizan con los suníes sirios, protagonistas de la revuelta contra el régimen, basado en la minoría chií alauí y respaldado por la minoría cristiana.
Ayer la actividad en dos de los tres campos de refugiados de la provincia -Altinozü y Bosim- era más frenética. Ambulancias y camiones entraban y salían de los recintos acordonados donde la Media Luna Roja ha dispuesto sus tiendas. Desde los tejados de las casas aledañas se ve que la vida en el campo está perfectamente organizada. Zonas de comidas, enfermería, letrinas y áreas de descanso. Hay clases para los más pequeños, tres comidas al día y asistencia sanitaria. Aunque nadie puede salir. Tampoco los teléfonos móviles están permitidos. De momento hay cuatro campos, pero, según la Media Luna Roja, "no se descarta construir más".
Turquía es cauta a la hora de tratar la crisis siria. Nadie quiere que se repitan los incidentes de 1991, cuando tras la Guerra del Golfo medio millón de kurdos iraquíes huyeron a territorio turco y provocaron una enorme crisis humanitaria. Por este motivo las autoridades evitan hablar de refugiados o solicitantes de asilo, lo que podría acarrearles ciertas obligaciones. Según la prensa turca, el Ejército estudia la creación de zonas tapón en territorio sirio donde alojar a los desplazados para evitar que entren en Turquía. Según informó la prensa turca, el ministro de Asuntos Exteriores, Ahmet Davutoglu, se reunió ayer con el embajador en Siria, Ömer Önhon, después de que cientos de sirios atacaran la embajada turca en Damasco. Turquía, hasta ahora fiel aliado político y económico del régimen de El Asad, ha cambiado su postura en la última semana. La apuesta del primer ministro turco por el espíritu reformista de El Asad ha dado paso a una condena inequívoca.
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