Las masivas movilizaciones de los últimos dos meses (contra la hidroeléctrica Hidroaysén y por la educación), que tuvieron un punto central el 16/6 cuando se movilizaron más de 200.000 personas a nivel nacional, están llegando a momentos decisivos.
Por un lado, se mantienen las tomas y paros en más de 500 liceos, y en decenas de universidades, con adhesión del Colegio de Profesores, padres y apoderados, de la central obrera CUT, de sindicatos de la salud y de los trabajadores públicos, académicos y artistas. Por otro lado, la propuesta del Ministerio de Educación a los petitorios (intentando negociar separadamente con cada sector para debilitar la fuerza del movimiento), y el subsecuente rechazo de secundarios, universitarios y profesores el fin de semana, rompió las negociaciones y el gobierno ha endurecido su postura diciendo que se agotó el diálogo y que el movimiento se ha “ideologizado” pasando de las demandas educacionales a demandas políticas. Intentando descomprimir la movilización, el gobierno impulsó el término de clases semestrales de los liceos tomados (iniciando las dos semanas de vacaciones y anunciando el inicio del fin de año para el 14 de enero).
Para el 30/6 está programado un Paro Social Nacional de todos los sectores de la educación apoyado por la CUT y diversos sindicatos que espera movilizar más de 100.000 personas en Santiago.
El choque de dos modelos
Lo que hay detrás, es que empiezan a chocar dos modelos: uno, el de la burguesía representada en los partidos de la derecha (en el gobierno) y la Concertación, que quieren seguir las privatizaciones, las subvenciones del Estado a los empresarios y el modelo implantado a sangre y fuego con la dictadura. El negocio de la educación en Chile tiene ganancias sobre los 6.000 millones de dólares anuales, y se ha convertido en el tercer nicho más importante de la burguesía en el país. Además, Chile destina apenas 0,3% del PIB para la educación pública.
Otro, el que se expresa en las masivas movilizaciones y el malestar social, con diversas posturas: desde quienes luchan para “recuperar la educación pública” (ya hecha añicos) hasta sectores que luchan por la educación pública y gratuita en todos sus niveles para terminar con el negocio educativo. Es un enfrentamiento de intereses.
El gobierno acusa de “ideologizado” e “intransigente” al movimiento ya que las últimas reuniones estudiantiles incluyeron entre sus demandas una “asamblea constituyente” y la “renacionalización de los recursos básicos” para financiar la educación. Esto, ante la presión de miles de estudiantes que empiezan a cuestionar el anti-democrático régimen político (con la Constitución de la dictadura, de 1980 en pie).
Las direcciones oficiales intentan evitar el choque y llaman al “diálogo”
Pese a la intransigencia del gobierno, las direcciones oficiales del movimiento secundario, universitario y del Colegio de Profesores (de la Concertación y del PC), buscan presionar pidiendo una “mesa de diálogo con todos los sectores”, en vez de confiar en las propias fuerzas y métodos de los trabajadores y los estudiantes unificados. Llaman a paros de un día que debilitan al movimiento, y hacen coordinaciones “por arriba” sin unificar en un gran organismo al conjunto de los sectores, pese a la presión a radicalizar las demandas y la lucha (quieren negociar “puntos mínimos” que no cuestionan el negocio educativo).
Desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios, planteamos terminar con el negocio educativo, buscando la agrupación de miles de activistas que luchan en las facultades, en liceos y en los profesores, por una educación pública y gratuita en todos sus niveles, y luchando por una coordinación con delegados en un sólo organismo de lucha y por exigir el paro nacional indefinido de todos los sectores de la educación, luchando para unificar al movimiento estudiantil y los trabajadores, que sea el punto de apoyo para un Plan de Lucha Unificado, hacia un Paro Nacional. Y para construir un polo alternativo, en una Asamblea por la Educación Gratuita donde se vienen reuniendo cientos de activistas que permita luchar por una educación al servicio de los trabajadores y el pueblo pobre. Por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana basada en la movilización de los trabajadores, estudiantes y el pueblo pobre para terminar con la constitución de Pinochet.
30 de junio de 2011
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