El 30/6 tuvo lugar la más grande movilización después de la dictadura. Fue histórica. Aunque el gobierno quiera rebajar la cifra diciendo que fueron 80.000 en Santiago según informes de la policía, fueron casi 200.000 manifestantes en la capital y casi medio millón a nivel nacional. La lucha por la educación ha catalizado un amplio descontento de masas que se viene activando desde inicios de Mayo cuando fueron las masivas movilizaciones contra el proyecto de Hidroaysén en el sur del país, y muestran el amplio rechazo al gobierno, de 56%, el más grande en la democracia post-dictadura, y contienen una crisis del conjunto del régimen político, y centralmente de la concertación que ya no puede seguir jugando un rol de “contención” como lo hizo durante 20 años (apoyado por el Partido Comunista).
El gobierno, para salir del conflicto, lo intenta desviar al parlamento y anunció un millonario plan de reforma educativa para bajar las movilizaciones, profundizando el negocio educativo y el desmantelamiento de la educación pública, diseñada durante la dictadura militar e implementada por la “democracia de los acuerdos” de la Concertación y la derecha. El rechazo de secundarios, universitarios y profesores es la muestra que dos modelos están chocando.
Movilizaciones históricas
La masiva movilización de más de 200.000 el 16/6, mostró la enorme simpatía que la lucha estudiantil tiene en amplios sectores. El fracaso de las mesas de negociación con el Ministro de Educación, el empresario Opus Dei Joaquín Lavín; el fracaso de su acusación de ser un movimiento “ideologizado” ante la ampliación del petitorio a demandas políticas (asamblea constituyente, renacionalización del cobre y reforma tributaria para financiar la educación, puesta en el petitorio por la presión de un activismo de izquierda que empezaba a cuestionar la política de las direcciones oficiales, de la concertación y del PC); la confusión y debilidad del gobierno, sin estrategia, no han podido desgastar la lucha.
Continúan las tomas y paros en liceos y universidades, continúan las movilizaciones de secundarios y universitarios y hay convocado un nuevo Paro Nacional para el 14/7. El 81,9% de la gente simpatiza con las movilizaciones. Académicos y profesores, funcionarios y trabajadores de la educación se han plegado a las movilizaciones, y se empiezan a abrir distintos reclamos sociales. En Calama, ciudad minera, una movilización de 20.000 reclamó que los recursos del cobre (en cifras históricas) no llegan para resolver los problemas de la ciudad.
Además, la masiva lucha por la educación, puede dar paso para que emerja la clase obrera (ausente de la lucha, salvo los profesores, constituyendo una de las principales debilidades actuales) con sus demandas y sus propios métodos.
Pero hay abierta una importante contradicción en la lucha educativa, entre la masividad histórica de las movilizaciones y el menor activismo que sostiene las tomas y los paros de liceos y universidades y que ya lleva casi un mes en la lucha, brecha que el gobierno busca aprovechar para desgastarla.
El movimiento obrero
Para el 11/7, se ha convocado un paro nacional de 24hs de los trabajadores de planta de la minera estatal Codelco, que produce el 34% de cobre a nivel mundial, denunciando intentos de “privatización encubierta” con los planes de ampliación de la mina tercerizando funciones y con despidos de 600 trabajadores por año en la mina Chuquicamata. Los trabajadores subcontratistas del cobre, agrupados en la Confederación de Trabajadores del Cobre han anunciado que se sumarán a esta movilización. Los trabajadores subcontratistas de la mina El Teniente, también de Codelco, han cumplido más de 40 días en huelga por mejoras salariales. Para el 14, mismo día del paro nacional educativo, los trabajadores portuarios de Valparaíso están organizando un “porteñazo” contra el plan de competitividad del gobierno. Los trabajadores del transantiago de la empresa Subus, del transporte público de la capital, han anunciado que se sumarán a las movilizaciones del día 14 paralizando. De resultar efectivas estas paralizaciones, podría ser un importante punto de apoyo para la unión de la clase trabajadora y el movimiento estudiantil por sus demandas.
El gobierno intenta desviar el conflicto hacia el parlamento
Tras las diversas estrategias fallidas, el gobierno ha anunciando un plan de reforma intentando desviar la discusión al parlamento. Primero intentó con un diálogo por separado entre secundarios, universitarios, profesores y rectores pero fracasó. Luego acusó al movimiento de ser “ideologizado” y “politizado”. Y dijo, junto a la prensa, que empezaban a emerger las demandas de los “ultras” y que al Partido Comunista se le salió de las manos el conflicto. No le resultó ante la masiva marcha de medio millón del jueves pasado.
El gobierno se encuentra debilitado, y ha recurrido a la realización de un plan legislativo millonario para desviar la lucha hacia el parlamento, donde tampoco tiene mayoría. Ha propuesto un “Gran Acuerdo Nacional por la Educación” (GANE) y ha anunciado: un Fondo para la educación de 4.000 millones de dólares; el aumento de 70.000 a 120.000 becas a estudiantes de instituciones técnico-profesionales, y becas para el 40% de alumnos vulnerables y con mérito académico para la educación superior. Reducir los créditos millonarios que cobran los bancos para estudiar.
La creación de una subsecretaría y una superintendencia de la educación superior. Y el inicio de una discusión para “transparentar” el lucro en la educación, abriendo la posibilidad para que las universidad “con fines de lucro” paguen impuestos y permita otorgar mayores becas. La legislación actual, que sostiene que son universidades “sin fines de lucro” es un fraude que ha permitido hacer millonarios negocios a la burguesía, por sobre los 6.000 millones de dólares anuales sólo en la educación universitaria.
Pero el anuncio del gobierno mantiene el negocio educativo, amplía la “oferta” del negocio (para los instituciones técnico-profesionales y centros de formación técnica) y no resuelve ninguno de los problemas del movimiento estudiantil: ni el masivo endeudamiento por tener que pagar para estudiar (en uno de los países más caros para estudiar); el acceso selectivo a educación superior; la autoritaria estructura universitaria; y profundiza el desmantelamiento de la educación pública. Ni qué decir que no hizo ningún anuncio sobre las demandas de los secundarios y de los profesores, diciendo sólo que la “estatización” es un modelo añejo, como venían repitiendo. Por eso, profundiza la contra-reforma de 1981 de la dictadura.
Ahora buscan que el parlamento dirima el conflicto (que ha sido donde durante 20 años se ha negociado la profundización del modelo de la dictadura). La concertación se intenta mostrar como oposición diciendo que va a ver la “letra chica”. Algunos de sus parlamentarios presentaron una ley para poner “fin al lucro”. Pero no tienen ninguna postura común. En la Democracia Cristiana, es conocida la voluntad de los “príncipes” que dirigen el partido, para dialogar con el gobierno. Además, la concertación viene con múltiples tensiones internas por las elecciones municipales del próximo año y sufren el más amplio rechazo de la población (65%). Están en crisis y ya no pueden jugar el falso rol de “amigos del pueblo”, porque el modelo educativo en crisis es resultado de sus políticas en co-gobierno con la derecha.
Sólo la movilización y Paro Unitario de trabajadores y estudiantes puede doblarle la mano al gobierno.
El conflicto se mantiene abierto. La semana que viene será decisiva para saber si las movilizaciones dan un salto, o el gobierno puede utilizar el desgaste para sacar la lucha de las calles. Las direcciones del movimiento estudiantil (centralmente las Juventudes Comunistas) y de los profesores (del PC) intentan responder pidiendo negociar con todos los sectores y diciendo que son migajas, mientras mantienen movilizaciones sólo de presión al gobierno. Esto a la vez, porque se ven presionados a continuar con el conflicto, ante la amplia simpatía y masivas movilizaciones que han tenido lugar estos meses.
Además, porque han perdido el control en varios sectores, reflejándose en la Confech (Confederación de estudiantes de Chile, que agrupa a unas 30 universidades) donde empiezan a tomar peso sectores más a izquierda. Pero la principal debilidad del movimiento es que además de no tener una política que unifique a los trabajadores y estudiantes en un plan de lucha avanzando hacia un paro nacional indefinido y por la educación gratuita, no hay un organismo para unificar al conjunto del movimiento estudiantil, como fue la ANES en 2006 con asambleas masivas de delegados. Pero tanto las direcciones de las juventudes comunistas y los colectivos populares, se niegan a impulsar esta política que unifique y coordine al conjunto de los sectores en lucha, y llevan al conflicto a un desgaste.
Desde el PTR venimos dando la pelea en esta lucha, buscando agrupar al activismo de izquierda para que pelee en las asambleas, tomas y paros por una política que unifique esta lucha, por un Comité Nacional de Lucha y un Plan de Lucha que avance hacia un paro indefinido. En esta batalla hay mucho en juego.
7 de julio de 2011
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