Christine Lagarde: "Se necesita una acción colectiva, drástica y ya"
La directora del FMI tiene dudas sobre la compra de deuda de los BRIC.
SANDRO POZZI / LUIS DONCEL - Washington / Atenas - 14/09/2011
Lo realmente importante es llamar atención de los Gobiernos porque se necesita una acción colectiva, drástica y ya". Con esta contundencia se expresó anoche la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, respecto a las turbulencias que sacuden a una parte cada vez mayor del mundo. En una mesa redonda organizadad con varios medios de comunicación, entre ellos EL PAÍS, la dirigente del Fondo se refirió a la ansiada reactivación económica y a la función de los bancos en ese proceso. "Cuando vemos la situación económica, hay dos claros objetivos: crecimiento y empleo. Para crecer hace falta crédito y para eso los bancos deben tener el balance sólido. Necesitamos bancos que puedan financiar el crecimiento y tengan un balance robusto. No estamos señalando a nadie", señaló, sin abundar en sus recientes -y polémicas- declaraciones sobre la necesidad de recapitalizar la banca europea.
La calle hierve en Atenas por las huelgas contra los planes de ajuste
Lagarde se mostró escéptica sobre la intención que han mostrado los países emergentes de salir al rescate de Europa comprando sus bonos. "Sería algo interesante. Pero a ver de quién los compran. Si lo hacen de Alemania o Reino Unido, no sería muy arriesgado para ellos", ironizó.
Sobre la adquisición que está realizando el Banco Central Europeo (BCE) de deuda de países con problemas, Lagarde se limitó a decir: "Los bancos centrales pueden jugar un papel de preservar la estabilidad y acomodar el crecimiento a corto plazo. Es la vía adoptada por la Fed estadounidense y el Banco Inglaterra".
Preguntada por los ataques especulativos contra España e Italia, la responsable del FMI insistió en que los países de la zona euro deben cumplir sus compromisos. "Unos países más que otros, porque están bajo presión de los mercados o porque están bajo determinadas circunstancias que exigen más. Aplicar, aplicar y aplicar medidas es la única manera de convencer a mercados y socios. Hay que mostrar que se es serio", instó a los Estados.
Respecto al origen del pánico, Grecia, Lagarde recordó que hay miembros del FMI en el país para "ver qué se ha hecho, y qué es posible". "Lo hacemos en coordinación con la Comisión Europea y el BCE. Tengo grandes esperanzas de que las autoridades griegas apliquen lo que se han comprometido a hacer". "Eso es fundamental, porque activa el mecanismo de apoyo financiero", concluyó.
Entretanto, las calles griegas hervían en protesta por los ajustes. Basta con 15 minutos en el aeropuerto de Atenas para que sea evidente la tensión que vive la sociedad griega. Justo los suficientes para salir en busca de un taxi y ver la parada desierta. "Huelga", dicen los tres únicos hombres que se encuentran en la zona donde los turistas solían esperar un coche. Cuando el autobús que va al centro de la ciudad es incapaz de finalizar su trayecto porque la policía ha cortado algunas calles, los sufridos atenienses recogen sus maletas casi sin quejarse.
Estudiantes, jóvenes indignados, técnicos del metro, personal de limpieza, empleados de aduanas, taxistas, trabajadores, farmacéuticos.... Todos ellos han protestado durante la primera mitad de septiembre. Es tal el maremágnum de protestas que una página web estadounidense que sirve como guía para viajar por Grecia ha incluido entre sus apartados un listado de las protestas diarias.
Ayer y el lunes fue el turno de los taxistas y de los recaudadores de impuestos, disconformes con las políticas de austeridad aplicadas. Vasilis Pandioras, taxista de 35 años, es uno de los miles que se congregaban ayer para protestar por la liberalización del sector en la plaza Sintagma, epicentro del país. "Muchos pagamos 220.000 euros por una licencia de taxi y ahora el Gobierno dice que les pertenecen", protesta.
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