Muchas cosas ha vivido el movimiento estudiantil en estos 4 meses de movilizaciones. Partimos firmemente contra el proyecto de mayor privatización del Gobierno a la educación, tomamos las calles con marchas que copaban la Alameda de principio a fin, nuevamente volvimos a tomar colegios y universidades (experiencia aprehendida del 2006), enfrentamos férreamente la represión en las jornadas de protesta del 4 de agosto que se extendieron por todo el país, nos la jugamos por unificar nuestra lucha con los trabajadores siendo parte activa y fundamental del paro del 24 y 25 de agosto. Todo esto en miras de arrancarle a los empresarios y sus políticos de la Concertación y la Derecha, la educación gratuita ahora.
La movilización pasó por distintos momentos, hoy prima un intento por ponerle paños fríos
Una gran fecha se acercaba, el 11 de septiembre. Los estudiantes de las facultades más a izquierda nos la jugamos por fortalecer esta marcha haciendo votar en nuestras asambleas asistir como estudiantes organizados por la educación gratuita. La necesidad radica en que los pilares de la educación de mercado actual se fundan en la herencia pinochetista que asesinó a miles de jóvenes y militantes de izquierda, los mismo que levantaron la reforma universitaria del ‘67 y la Escuela Nacional Unificada: ninguna división entre la educación científica humanista y la técnica; educación continua sin ningún filtro de clases como lo es la PSU, acceso irrestricto a la universidad; cogobierno universitario de profesores, funcionarios y estudiantes; educación gratuita para todos, 100% financiada por el estado, laica y de calidad; cátedras nocturnas para trabajadores en vía de una educación al servicio de los trabajadores y el pueblo pobre.
Hay quienes no están dispuestos a luchar contra este legado de la dictadura y por la gratuidad completa de la educación, recuperando las conquistas de todos los caídos en manos de la Derecha. Las direcciones de la CONFECH, las Juventudes Comunistas, no convocaron a la marcha del 11 de septiembre, en cambio prefirieron mantenerla como una marcha testimonial sin apostar a que se convirtiese en un cuestionamiento mayor al régimen político que enmarca el debate educativo y la lucha estudiantil. Desde Las Armas de la Crítica en cambio, junto a nuestros compañeros, en universidades y colegios, hicimos todo lo que pudimos para fortalecer la movilización en esta fecha tan importante: pintamos los únicos lienzos que aludían a las demandas que venimos levantando y nuestros cantos expresaron nuestro rechazo a la mesa de negociación tal cual se está dando, sin la educación gratuita como piso mínimo, sin la cárcel de los asesinos de Manuel Gutiérrez, a puertas cerradas y sin delegados mandatados por sus asambleas de base. Para nosotros la lucha actual es la continuidad de la lucha de todos esos jóvenes que dieron su vida en defensa de las necesidades más básicas de los trabajadores y el pueblo, somos la generación que nació sin miedo y muchos estamos dispuestos a poner el cuerpo si es necesario con el objetivo de que los empresarios no continúen controlando nuestro futuro y que las direcciones del Partido Comunista no vendan nuestro movimiento por un par de migajas.
Seguimos en pie de guerra por la educación gratuita
Pero no fue sólo el 11/9 un día al cual las direcciones de la CONFECH, de la CONES y de la CUT no convocaron para enfriar el movimiento. El 14/9 se realizó una marcha que convocó solo a 10.000 estudiantes ¿significa esto que ya no queremos seguir luchando, que hemos dado un paso atrás en nuestra lucha por la educación gratuita? Falso, es que Camila Vallejo junto a otros dirigentes de la CONFECH llamaron el día anterior a una marcha que debió ser organizada desde las bases y con mayor anticipación. Con claridad, apuesta por no fortalecer el movimiento para negociar en mejores condiciones y con menos cuestionamientos con el Ejecutivo. Esto se reafirma al ver que en varias federaciones se votó, contra la política de sus presidencias (de las juventudes comunistas), la educación gratuita como piso mínimo. En la Universidad de Santiago de Chile, en el Ex Pedagógico, entre otras. Lo único que les queda es entonces desorientar, dividir y sacar de las calles a todos aquellos que seguimos firmes en la lucha.
De las aulas a la lucha de clases
El cuestionamiento a la educación de mercado es el cuestionamiento a las ganancias de los capitalistas. No es posible bajar nuestro piso mínimo y convertir la educación gratuita en una pelea a largo plazo. Es que esta demanda es un derecho básico y mínimo por definición: aún con la gratuidad de la educación, cientos de jóvenes hijos de trabajadores no podrán acceder a la universidad por su condición de clase. Empujados a vivir en la miseria no habrá posibilidad para llenar la olla y estudiar a la vez. La gratuidad de la educación es solo el inicio, nuestra perspectiva es transformar esta sociedad capitalista, cuyo sustento es la mano de obra barata que egresa de colegios y universidades. No nos detendremos hasta que triunfemos. Para esto tenemos que levantar un gran encuentro por la educación gratuita convocado por todas aquellas federaciones y colegios que han votado como demanda la educación gratuita, con delegados mandatados y revocables desde las bases para fortalecer nuestra demanda al interior de la CONFECH, la CONES y la CUT.
15-09-2011
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