Por Alejandra Ríos, desde Londres
El domingo 2/10 más de 35.000 personas se dieron cita en la ciudad de Manchester, norte de Inglaterra, para manifestarse contra las políticas neoliberales y de ajuste del gobierno de la alianza conservadora-liberal. La convocatoria bajo el lema “Una alternativa de trabajo, crecimiento y justicia” fue lanzada por la TUC (Confederación del Trabajo por sus siglas en inglés) con motivo de la Conferencia Anual del Partido Conservador, que se está llevando a cabo en dicha ciudad.
Cientos de organizaciones de base, agrupaciones sindicales y campañas contra los recortes se movilizaron en autobuses desde distintas regiones del país para plegarse al llamado y expresar su bronca contra los salvajes ajustes en respuesta al paquete de recortes de 81 mil millones de libras esterlinas a implementar por la coalición en sus 17 meses en el gobierno como forma de recortar el déficit de 167 mil millones de libras.
En un ambiente de ánimo y resistencia se podían ver los carteles con las leyendas “Margaret Thatcher se fue pero sus políticas siguen”, “Coalición = Basura humana”, “Por la defensa del sistema de Salud y la Educación”. Grupos de compañeros de trabajo, familias, amigos, se unieron a la cita, muchos con carteles hechos a mano, ya que la mayoría de la población está viviendo en carne propia el impacto del ajuste, algunos porque ven peligrar sus puestos de trabajo o se ven afectados por los recortes de los servicios públicos y disminución de la ayuda social en un marco de aumento del combustible, la energía y los alimentos.
Por lo general, las protestas en la puerta de la conferencia del partido conservador no atraen a amplios sectores de trabajadores, sin embargo, la convocatoria de este año superó las expectativas de los mismos organizadores. Por supuesto, la alta participación de manifestantes no es mérito de la burocracia sindical, ya que desde que asumió el nuevo gobierno sólo ha llamado a dos marchas aisladas, sino que responde a una gran bronca y presión de la base ante los ataques a sus condiciones laborales y la magnitud de los recortes. Los ataques al sector público han empujado a los sindicatos a llamar a medidas de lucha y los delegados a la conferencia instruyeron a la directiva de la TUC a “apoyar y coordinar una medida de acción (huelga) conjunta contra los ataques a las pensiones, los salarios y los servicios públicos”. Hay una creciente presión de la base que ya ha obligado a las direcciones sindicales a convocar a marchas y poner día a una acción de protesta de 24 horas a nivel nacional. En su congreso anual de septiembre de 2011, la TUC se vio obligada, también por presión de los delegados a organizar una votación en los sindicatos del sector público, estatales, docentes, salud para salir a la huelga el 30 de noviembre. De ser mayoritario el voto a favor del paro, los trabajadores de los sindicatos más numerosos, UNISON (sector público y salud), PCS (administrativo estatal), UNITE (municipales, limpieza, general) y los sindicatos de las distintas ramas docentes irían a una huelga de 24 horas el 30 de noviembre, dando lugar a una de las jornadas de paro más grande en los últimos 80 años en Inglaterra con 3 millones de trabajadores abandonando sus puestos de trabajo.
En noviembre de 2010, los estudiantes salieron a las calles contra el aumento de los aranceles universitarios, el 26 de marzo vimos una de las marchas sindicales más importantes de las últimas décadas cuando 750 mil personas se unieron a la marcha contra los recortes y el 30 de junio el sector público y los docentes fueron a la huelga por 24 horas contra el ataque a las jubilaciones. Todas estas acciones fueron impuestas por el peso de la base. Hace apenas dos meses, en agosto de 2011, sectores de la juventud plebeya y empobrecida de las barriadas pobres del país salieron a las calles y protagonizaron enfrentamientos con la policía y saqueos contra las condiciones de vida y la falta de futuro, producto de años de políticas neoliberales. Esos sectores, muchos de ellos de origen inmigrante, no están representados por las organizaciones tradicionales y salen a la lucha con sus propios métodos. La respuesta, de los partidos mayoritarios tanto en el gobierno, el Partido Conservador y el Demócrata Liberal, como en la oposición, el Partido Laborista, fue responder con política de mano dura, ignorando hipócritamente la raíz de las protestas y los levantamientos en los planes de ajuste.
Mientras el primer ministro David Cameron trata de ganarse puntos con la ‘victoria’ en Libia, en su propio país le espera un año de luchas y paros, como parecen estar anunciando las masivas movilizaciones, el paro del sector público y docentes y el levantamiento de la juventud oprimida. Con este escenario de protestas de fondo, están dadas las condiciones para preparar un verdadero plan de lucha que se plantee discutir un programa de salida a la crisis y contra los recortes para que la crisis la paguen los capitalistas y las grandes empresas.
En un país con un importante rol financiero y donde el 1% más rico de la población posee el 21% de la riqueza del país, la medida para reducir el déficit público es el impuesto a los ricos y las grandes ganancias, no el saqueo a los sectores más empobrecidos. A los bancos, salvataje, y a los trabajadores y pueblo pobre, mano dura. ¡Esa es la política de los partidos del régimen!
La bronca contra los ataques, el cierre de hospitales y la privatización de los servicios públicos ha logrado arrancar medidas de lucha a la burocracia, pero no se pueden dejar las batallas por dar en manos de las direcciones sindicales. Hay que ir por más para imponer un verdadero plan de lucha que ponga en primer lugar las necesidades de los trabajadores, la juventud plebeya y las masas pobres, y que la huelga del 30 de noviembre se convierta en un primer escalón de un plan de lucha por imponer un plan obrero y de salida a la crisis y contra los recortes.
05-10-2011
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