27 Oct 2011 | “…el asesinato de Kadafi simboliza el fin de una etapa de rebelión popular contra el dictador, que culminó en una guerra civil, con el imperialismo tratando de asegurarse por intermedio de la CNT, que la crisis libia no pusiera en peligro sus intereses, en el marco de la primavera (...)
Por Eduardo Molina
Entrevista realizada por el programa radial Pateando el Tablero, 22-10-11
El asesinato de Kadafi simboliza el fin de una etapa en el complejo proceso libio que comenzó hace unos meses cuando una rebelión popular puso en jaque al régimen de la dictadura de Kadafi pero se mantuvo en la capital, en Trípoli, y el país quedó dividido de hecho en dos sectores. En ese marco se abrió una situación de guerra civil que fue aprovechada por el imperialismo para intervenir con las fuerzas de la OTAN mediante bombardeos para generar el paulatino desgaste del régimen, de sus Fuerzas Armadas y el avance del movimiento rebelde, al mismo tiempo que coptaba a éste a través de su dirección - el CNT - para subordinarlo a sus fines que no era defender a los civiles, proteger la democracia o devolver la democracia a Libia, como era la retórica imperialista, sino asegurarse que la salida a la crisis Libia no pusiera en peligro sus intereses en el marco de un mundo árabe convulsionado por el proceso de rebeliones, llamado la Primavera árabe.
Hay que recordar que si bien Kadafi comenzó sus días revocando a una monarquía pro imperialista, nacionalizando el petróleo y tomando algunas otras medidas internacionalistas, fue girando cada vez más a lo largo de su gobierno hacia posiciones de carácter represivo al interior del país (no había sindicatos, partidos políticos o ningún tipo de vida política autónoma de las masas) y hacia la colaboración más estrecha con el imperialismo. Una reconciliación que lo convirtió en un agente vital para los intereses imperialistas en muchas esferas. No solamente porque tenía excelentes acuerdos económicos con el imperialismo italiano sino porque colaboraba con la CIA, con las agencias de seguridad, inclusive permitiendo y colaborando en la detención y torturas dentro del territorio libio de elementos caracterizados como islamistas terroristas por el imperialismo. O sea, como socio o agente aliado a Bush en su cruzada contra el terrorismo. E inclusive con el régimen italiano servía como gendarme para evitar el ingreso de inmigrantes africanos a Italia. Es decir, en el último tiempo había dado muchísimas muestras de su adscripción a los intereses fundamentales del imperialismo y la “seguridad regional”.
En este marco cuando se abre la crisis Libia, Kadafi deja de ser funcional porque demuestra que ya no tiene el control del país y se abre una situación de crisis que el imperialismo aprovecha para retirarle todo su apoyo y ponerse al frente de la cruzada por derribarlo.
No tiene ningún asidero declaraciones como las de Chávez que ha caracterizado que su muerte lo convierte en un mártir de la lucha antiimperialista, porque en Kadafi no había ni asomo, en toda su fase final, de ningún enfrentamiento de fondo con el imperialismo, sino contradicciones porque lo habían dejado al margen como un agente viable, de ahí el interés del imperialismo de deshacerse de él.
La OTAN inició su intervención bajo la bandera, con la bendición de la ONU, de que se iba a evitar la matanza de civiles en Libia y se iba a proteger de la represión del régimen. Como todas las intervenciones imperialistas de este tipo, bajo máscara humanitaria o democrática, lo que hemos visto son bombardeos con miles de misiones que han afectado gravemente la infraestructura libia, han significado muchísimas muertes y que han estado al servicio de convertir a Libia en un territorio de caza abierto a los intereses de las corporaciones imperialistas. Si antes tenía una posición prioritaria Italia en el negocio del petróleo de la mano de Kadafi, ahora es Francia la que trata de asegurarse y que ha logrado que el CNT se comprometa a otorgarle un tercio del petróleo, las corporaciones francesas y norteamericanas se disputan quien se van a hacer cargo del negocio de la reconstrucción, de las comunicaciones, de la infraestructura dañada porque en este momento de crisis capitalista internacional, sobre todo en Europa, es una fuente de negocios y esa guerra de rapiña se está haciéndose sentir y expresándose fuertemente en el territorio libio.
Desde el principio hasta el fin, contra la opinión de algunos progresistas, que veían a la OTAN como embajadora de la democracia en Libia, la intervención imperialista ha sido reaccionaria y ha estado completamente al servicio de la esclavización más profunda de Libia de lo que era hasta ahora.
El rol del CNT
El Consejo Nacional de Transición libio se formó en la cresta de la rebelión popular y su triunfo en Bengasi, pero está conformado por todo tipo de elementos que no tienen nada que ver con los verdaderos intereses del pueblo libio: jefes de los clanes tribales, ex kadafistas pasados al bando de la democracia imperialista, elementos arribistas y oportunistas de toda especie. Y el rol del CNT ha sido facilitar que las fuerzas del levantamiento se convirtieran, refuncionalizaran como infantería de la intervención de la OTAN a través de sus compromisos con el imperialismo. El CNT se ha convertido en este sentido en una correa de trasmisión completamente instrumental a los intereses del imperialismo de asegurar una salida reaccionaria para la crisis libia.
Es más, para conseguir el apoyo imperialista no solamente han avalado los bombardeos de la OTAN, sino que han comprometido con Francia y otros países el reparto anticipado de las riquezas naturales libias.
Perspectivas
Hacia el interior de Libia la muerte de Kadafi no significa para nada el fin de la crisis libia ni que le resulte fácil al imperialismo instrumentar su salida política con una transición a una hipotética democracia formal en un determinado calendario como se venía planteando. Sigue habiendo sectores que apoyan al kadafismo en Sirte y otras partes del país. El conglomerado de fracciones que conviven en el CNT tienen fuertes contradicciones internas, divididos por intereses regionales, por sus lazos con distintas expresiones del capital imperialista, etc. En este marco, no hay un Estado, un régimen y fuerzas armadas, y sí una multitud de sectores armados sin centralización, lo cual como mínimo va a prolongar la inestabilidad y distintos elementos de crisis y enfrentamientos internos.
En este marco, no puede descartarse que sectores de la población sigan adelante en la lucha por sus demandas que para nada han sido satisfechas ni lo van a ser de la mano del imperialismo. Ni soberanía nacional ni satisfacción de las profundas aspiraciones de las masas populares van a ser resueltas de la mano de la influencia de la OTAN y en el marco de la profunda crisis económica en que está sumergida Libia.
Hacia fuera, en el mundo árabe, la salida de un dictador más puede alentar la lucha y las movilizaciones en procesos como Siria o Yemen. No hay que olvidar a monarquías como la de Arabia Saudita tan criminales como otras que el imperialismo critica pero que sostiene hasta sus últimas consecuencias, que también pueden verse afectadas por este proceso.
De conjunto, el mundo árabe sigue en convulsión y todavía es muy prematuro para sacar conclusiones de cómo afectará este nuevo paso en la crisis libia en el conjunto de la región, pero es poco probable que asistamos a una estabilización en los términos que el imperialismo quisiera para mantener el status quo de su dominación regional.
La Fracción Trotskista-Cuarta Internacional está conformada por el PTS (Partido de los Trabajadores Socialistas) de Argentina, elMTS (Movimiento de Trabajadores Socialistas) de México, la LOR-CI (Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional) de Bolivia,MRT (Movimento Revolucionário de Trabalhadores) de Brasil, PTR-CcC (Partido de Trabajadores Revolucionarios) de Chile,LTS (Liga de Trabajadores por el Socialismo) de Venezuela, LRS (Liga de la Revolución Socialista) de Costa Rica, militantes de la FT en Uruguay, Clase Contra Clase del Estado Español, Grupo RIO, de Alemania y Militantes de la FT en la CCR/Plataforma 3 del NPA de Francia.