La transformación del campus de Butantã en un campo de guerra el martes 08/11, con 73 presos políticos procesados por luchar, recordando los tiempos más sombríos de la dictadura militar, es una demostración cabal de que la entrada de la PM en la USP, al contrario de garantizar la “seguridad” está al servicio imponer el terror contra todos aquellos que cuestionan el proyecto elitista y racista de universidad implementado por Rodas. Junto a los estudiantes presos, fueron detenidos también un director del Sintusp y tres miembros del CDB (Cuerpo de Delegados de Base) que estaban en la rectoría apoyando la lucha estudiantil.

La rectoría y el gobierno del Estado amenazaron imputar contra los activistas del movimiento los crímenes de desobediencia civil, depredación de patrimonio público, crimen ambiental y ¡hasta la formación de cuadrilla!
En el mismo sentido es el espionaje cotidiano que la rectoría hace contra los estudiantes de la CRUSP (viviendas estudiantiles) y activistas del movimiento estudiantil y de trabajadores. Los policías, que entraron en la rectoría, destruyeron todo lo que encontraron en el camino para después responsabilizar a los estudiantes, de arrojar coquetéles molotov para justificar tamaño aparato militar y facilitar la criminalización del movimiento.

Rodas, quien fue abogado en defensa del Estado durante el proceso que responsabilizaba a la dictadura por el asesinato de Zuzu Angel , intentó hacer un monumento en la USP en homenaje a la “revolución de 64” (golpe militar), muestra su verdadera cara hoy trayendo a la dictadura al interior de la universidad.

La asamblea de 3 mil estudiantes que el martes a la noche declaró la huelga general estudiantil, refrendando la lucha por derrumbar el convenio con la PM y por el fin de los procesos contra estudiantes y trabajadores, agregando a la pauta la anulación de los procesos contra los presos políticos, fue una enorme demostración de que la decisión de luchar por parte de los cerca de 500 estudiantes que ocuparon los predios de la universidad para construir una lucha masiva por el ¡FUERA la PM! fue extremamente acertada.

Construyamos una campaña nacional por la anulación de la averiguación de antecedentes contra los presos políticos de la USP

La lucha por la anulación de los procesos contra los 73 presos políticos de la USP debe transformarse no solo en un símbolo de la lucha contra las persecuciones políticas contra estudiantes y trabajadores que han resistido en los últimos años los ataques que buscan privatizar y elitizar todavía más la universidad, sino también contra las persecuciones del Estado contra todos los activistas y luchadores del movimiento Sin-tierra y del movimiento obrero y popular en el país.
Si conseguimos derrumbar las persecuciones contra los 73, estaremos mucho más fuertes para derrumbar los procesos imputados contra los 13 presos políticos en las manifestaciones en repudio a la venida de Obama a Río de Janeiro a comienzo de año.
Los trabajadores de la USP se sentirán mucho más fuertes para retomar, junto a los estudiantes, la lucha por la reintegración de Claudionor Brandão, director del Sintusp despedido político. Estaremos en condiciones mucho mejores para revocar las decenas de procesos a estudiantes y trabajadores de la USP. Será un ejemplo para los luchadores en todo el país de que es posible barrer la represión estatal. ¡No pasarán!

Para poner esta campaña en pie, llamamos todos los intelectuales, sindicatos, organismos de derechos humanos, entidades estudiantiles, movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierda a construir una gran campaña nacional por la anulación de los procesos contra los 73 presos políticos de la USP. Proponemos la creación de un fondo de lucha para costear carteles, panfletos, notas en la prensa, etc.

Viva el comando con delegados electos en la base

Distinto a los procesos de lucha anterior, en la asamblea que decidió la huelga, aprobó la conformación de un comando con delegados electos en las asambleas de curso en la proporción de un delegado cada veinte alumnos presentes en las asambleas. Este fue un enorme triunfo. Un comando como ese garantizará que las resoluciones tomadas en asambleas sean llevadas adelante de forma democrática y unificada por los sectores más volcados a la lucha en la base de los cursos, contribuyendo no solo a la masificación del movimiento, sino también a la acción unificada para golpear con un solo puño a al rectoría y al gobierno del Estado.
En la primera reunión de comando, el miércoles a la noche, cerca de 70 personas representaban a más de 1.400 estudiantes reunidos en las asambleas de curso.
Todo delegado que no cumpla su mandato por el cual fue electo, deberá ser revocado para que los representantes del movimiento sean aquellos más preparados para llevar el movimiento al triunfo.

¡La lucha por el FUERA PM debe cuestionar el carácter elitista de la universidad!

Los medios de comunicación buscan aislar a nuestro movimiento del conjunto de la sociedad diciendo que somos privilegiados por estudiar en la USP y que nuestra lucha por la expulsión de la PM de la universidad tiene un carácter elitista por querer que la USP sea una “isla” aún más aislada del conjunto de la sociedad. Ahora que somos miles reunidos en las asambleas generales y en las asambleas de curso, debemos plantear bien fuerte que la autonomía universitaria que defendemos es una autonomía política, del derecho a cuestionar la función social cumplida por la policía, de represión sistemática al pueblo pobre y negro en las favelas como mecanismo estructural de control de las tensiones sociales provocadas por la monstruosa desigualdad social del país y por una pobreza crónica que afecta a la mayoría de la población que vive del trabajo precario, amenazada por el desempleo en masa, muriendo en las filas de los hospitales, perdiendo casas y familiares con las inundaciones, sometida a escuelas-cárceles, que frente a cualquier intento de protesta son masacradas por la brutal represión policial. Defendemos la autonomía universitaria no como un privilegio, sino como una barricada en la lucha de clases, que fue importante en gran parte de los grandes procesos de lucha del siglo XX, como la onda de huelgas de 1968.

Debemos dejar claro que al contrario de contentarnos en ser una minoría privilegiada, defendemos que los hijos de la clase trabajadora y del pueblo pobre entren a la universidad.
Transmitamos este contenido a la población a través de un manifiesto de la huelga, de la convocatoria a clases públicas con intelectuales que nos apoyen y de todas las medidas creativas que podamos pensar.
Si conseguimos quebrar el bloqueo reaccionario de la prensa y transmitir este mensaje, nos estaremos transformando en una referencia de lucha para los miles de jóvenes y trabajadores que siguen con entusiasmo nuestra lucha.
El gobernador del Estado, Geraldo Alckmin, dice que los estudiantes de la USP en lucha necesitan tener “clases de democracia”. Qué “demócrata” es este gobierno responsable por traer a la dictadura al interior de la USP, con espionaje, persecución, militarización y presos políticos. La verdadera “clase de democracia” que necesitamos tener es tirar abajo esta estructura de poder oligárquica que se fortalece en la universidad y colocar en pie una Estatuyente Libre y Soberana que luche por una gestión compartida por estudiantes, trabajadores y profesores, con mayoría estudiantil.

El PSOL y el PSTU deben rever su política y aportar al triunfo del movimiento

A pesar de que el PSOL y el PSTU están intentando reubicarse y aparecer como parte del movimiento, insisten en una estrategia que solo podrá llevar a la derrota.
Se niegan a aceptar la realidad -ahora ya difícil de contestar- de que la decisión de luchar por parte de los cerca 500 estudiantes que ocuparon el predio de la Administración de la Facultad de Filosofía y posteriormente de la rectoría cumplió un papel clave en la construcción de un movimiento por el ¡FUERA la PM! que ahora abarca a miles en varios cursos de la USP. La decisión de trabar esta lucha implica necesariamente enfrentarse con el sentido común de gran parte de los estudiantes que están convencidos de la ideología dominante que naturaliza la necesidad de la PM como única forma de garantizar la "seguridad pública", aunque limitando su acción e impidiendo eventuales "excesos". Esa es la decisión que el PSOL y el PSTU no quieren tomar, pues ella amenazaría el éxito en las elecciones estudiantiles, a realizarse a fin de año. Por eso estuvieron contra la huelga inmediata en la asamblea del martes a la noche (defendiendo la famosa "construcción" que nunca acaba mientras tenemos 73 presos políticos y la universidad transformada en un campo de guerra). Y después que fueron derrotados, propusieron como eje del movimiento un "plan de seguridad pública".
No se necesita ni ser socialista para creer que la violencia urbana es un problema de raíz social y no una cuestión de "seguridad pública". Basta ser un republicano consecuente para creer que el problema de la violencia urbana no se resuelve con instrumentos de represión y sí con una política que garantice el empleo, la vivienda, salud, educación y cultura dignos para todos. Pero estas mismas corrientes que se dicen de izquierda parecen olvidarse de eso y reproducen el discurso de "seguridad pública" (civil y "concursada")!
Los compañeros deben reflexionar profundamente sobre esto, pues es una vergüenza. Aún mas tratándose de compañeros que se reivindican revolucionarios, como los militantes del PSTU.
Al defender un "plan de seguridad alternativo" el PSTU y el PSOL, además de darle un contenido elitista al ¡FUERA la PM!, de defensa de la universidad elitista tal como ella es hoy (USP elitista + seguridad), con una estructura de poder semi feudal, están preparando el terreno para desviar al movimiento frente a cualquier migaja dada por la rectoría.

10-11-2011