Entrevista a Kamal Al-Fayoumi, dirigente textil en Mahalla, realizada en agosto de 2011
En el fondo, en la noche, se ven las enormes chimeneas de la central eléctrica que alimenta todo el sector textil así como una parte de los barrios de Al-Mahalla Al-Khubra, gran ciudad tentacular de medio millón de habitantes de la región del Delta. El sol desapareció hace rato pero todavía hace mucho calor, una impresión reforzada sin dudas por la muy alta humedad que se respira en esta región del Bajo Egipto. Se acerca la hora del cambio de turno y se ven los obreros que empiezan a apurar el paso en las calles que llevan a una de las múltiples puertas de la fábrica Misr Spinning and Weaving Co. Aquí la vida está regida por el sonido de la sirena de la fábrica también conocida como Ghazl Al Mahalla, Textiles de Mahalla, nombre que lleva también el equipo de fútbol local, cuyos colores se ven pintados en las paredes, por todas partes. Sin embargo, últimamente, los graffitis fueron suplantados por los de los partidos políticos y por consignas de los partidos liberales, islamistas y de la izquierda, que vuelven a aparecer sobre las paredes de la ciudad.
Kamal Al-Fayoumi nos atiende en un café no lejos de una de las puertas de entrada de la fábrica. Está con compañeros que, como él, no van a volver a entrar a la fábrica para el turno noche. Cheikh Kamal se levanta de su silla y viene a saludarnos. Los compañeros que organizaron el encuentro y le traducen así como sus compañeros de trabajo lo llaman así, como signo de respeto . Efectivamente, Al-Fayoumi no es nadie en Mahalla. Cheikh Kamal es uno de los principales dirigentes obreros de esta empresa que es una de las más grandes fábricas de hilados de todo el Medio Oriente y que emplea todavía hoy a más de 25.000 obreros, es decir cerca de un décimo de todos los trabajadores del sector textil en Egipto.
En Mahalla surgieron las primeras luchas obreras duras a mediados de los años 2000. Luchas obreras en el sentido pleno del término, porque sobre todo fueron llevadas adelante por trabajadoras del sector, en diciembre de 2006. De Mahalla también surgió el llamado a la huelga del 6 de abril de 2008, que será un punto de referencia obligado para toda la oposición al régimen de Mubarak. La policía del régimen arrestó y encarceló a los principales líderes obreros del movimiento, entre ellos a Kamal. Esto provocó tres jornadas de levantamientos en la ciudad y en su gran periferia, durante los cuales la policía retrocedió frente a los manifestantes y los obreros, como en una suerte de signo anticipador de lo qui ocurrirá en la Plaza Tahrir tres años más tarde, en enero y febrero de 2011. Son estas mismas movilizaciones obreras una de las fuentes de inspiración para los trabajadores, que pronto van a empezar a organizarse en sindicatos independientes, en el seno de la Federación de Sindicatos Independientes (ITUF, según el acrónimo en inglés), autónoma del régimen y del partido Nacional Demócrata, incluso antes de la caída del tirano en febrero de 2011.
JP Clech (JPC): Una vez más, gracias por darnos un poco de tu tiempo. No todos los días uno se cruza con un « working class hero », como te ha llamado hace algún tiempo Hossam Al-Hamalawy en uno de sus artículos …
Kamal Al-Fayoumi (KAF): (Risas). Sabes, no tengo nada verdaderamente especial. En cuanto a los agradecimientos, esperen a ver. Todavía hay que ver de lo que seremos capaces en el futuro. Porque a nosotros, los trabajadores, nos espera la lucha… Te voy a dar un solo ejemplo: la cuestión de los salarios. Mientras que el salario mínimo debería aumentarse a 1.200 libras egipcias [menos de 100 euros], hoy en día varios compañeros perciben 700 [menos de 70 euros], es decir menos que bajo el gobierno de Mubarak.
JPC : ¿Nada ha cambiado en la fábrica desde la caída de Mubarak ?
KAF : Sabes, los obreros no sintieron verdaderamente cambios después de la caída de Mubarak. En ese momento estaban seguros de haber derrocado a un dictador. Pero está lleno de pequeños Mubarak que siguen en el poder, en todas partes.
En la fábrica por ejemplo, a la vieja burocracia sindical todavía la cargamos sobre nuestras espaldas. Es el arma principal en manos del sistema para frenar el proceso revolucionario. Y el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) juega esta carta a fondo.
Pero por supuesto no voy a ocultarte que ver a Mubarak en prisión [durante su juicio] nos ha llenado de alegría, a mí y a mis compañeros, en la fábrica . Por otra parte, el CSFA pensaba que eso iba a calmarnos. De hecho no. Esto nos fortalece en nuestra idea de que hay que luchar para obtener nuestros derechos. Y para esto hay que destruir a la vieja burocracia y construir nuevos sindicatos. La idea no es tomar el puesto del ex secretario general. Es estar junto a los trabajadores. Ahora bien, es verdad que aún cuando hay camaradas [de Ghazl Al Mahalla] que están en la Federación de Sindicatos Independientes (ITUF) como Wael Habib, la vieja burocracia todavía tiene mucha influencia aquí.
JPC : Las diferentes entradas de la fábrica están custodiadas por carros del ejército que están acá, supuestamente, para proteger a los obreros y a la revolución del 25 de enero. ¿ Qué piensan los trabajadores sobre esto ? ¿Qué piensan tus compañeros sobre las promesas electorales del CSFA ?
Muchos piensan que las próximas elecciones van a ser organizadas correctamente. Muchos piensan que las reformas van a venir de las elecciones y que, al fin de cuentas, el CSAF va a terminar devolviendo el poder a los civiles. Esto es falso. El Parlamento es como la vieja burocracia sindical, hay que desembarazarse de él.
JPC : ¿Cuál es la situación de la izquierda aquí? Al Mahalla es un viejo bastión obrero, una de las puntas de lanza en los años 1940 de la lucha contra la dominación británica, y hoy…
KAF : Te corto enseguida. Hace veinte años que la izquierda en Mahalla fue separada de las luchas obreras. Pero es verdad que esto no es una especificidad de las provincias del Delta. Es un problema que afecta a todo el país. Una de las razones de esto es que la represión fue brutal durante el gobierno de Mubarak, contra la izquierda y contra la clase obrera. La otra razón es que la izquierda, en este caso el Tagammu , el PC egipcio, las corrientes nasseristas, etc., también pasaron su tiempo ocupándose de otras cosas, y no de las luchas obreras, no de nuestras reivindicaciones, de nuestras peleas. Esto también los llevó a separarse de la clase obrera. Por eso hoy, incluso aquí en Mahalla que es históricamente un bastión de izquierda, no son más que la sombra de lo que eran.
Con el Partido Demócratico de los Trabajadores , tratamos de hacer lo contrario. Es cierto que la izquierda no tiene acceso a los medios. Pero lo esenciel es estar junto a la clase obrera, defender sus reivindicaciones, el salario mínimo por ejemplo, el derecho a la educación, a la salud, decir que los trabajadores pueden encargarse perfectamente de su herramienta de trabajo. Porque de hecho los capitalistas y los inversores quieren compensar las pérdidas sufridas al comienzo de la revolución atacando a los trabajadores. Y bien, esta ofensiva no tiene que pasar. Y en no pocos lugares, hay luchas y los trabajadores se organizan.
Ahora bien, yo creo que el futuro de la izquierda en Mahalla es bueno. Es cierto que los Hermanos Musulmanes acaban de instalar su nueva sede a algunos metros de la entrada de la fábrica. Pero tengo confianza. Esto depende de nuestra capacidad de estar dentro de la clase y de coordinar las luchas en curso.
JPC : Tal como hablas, parece que siempre hiciste política en el seno de la clase obrera…
KAF : Para nada. Cuando empecé a trabajar aquí, a mediados de los años 1980, no estaba para nada politizado. Después, eso ha cambiado, pero los años 1990 fueron muy duros, con la ola de privatizaciones, los problemas salariales.
En 1998, con algunos compañeros, nos preguntamos que había que hacer. Esto fue durante la huelga por el treceavo mes [Similar al aguinaldo, NdeT]. Y nos hemos dado cuenta que la lucha obrera es una lucha política.
Luego, a partir de 2004, tuvimos discusiones con el movimiento Kefaya . También estábamos en contra de Mubarak, pero también a favor de tener nuestros derechos, en la fábrica. Después vinieron las grandes huelgas, y sobre todo la del 6 de abril [2008]. El gobierno quiso decapitarnos, pero no lo ha logrado. Estamos siempre de pie. Y seguiremos luchando.
24/08/11
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