El boicoteo de Pakistán ensombrece la conferencia internacional de Bonn
Karzai reclama apoyo financiero hasta 2024 para garantizar la transición del país
Juan Gómez Bonn 5 DIC 2011 - 09:09 CET26
La Conferencia Internacional sobre Afganistán concluyó este lunes en Bonn con el compromiso aliado de continuar las ayudas al país una vez se hayan retirado las tropas de la OTAN en 2014. El presidente afgano, Hamid Karzai, pidió a los 85 países presentes en la Conferencia que prolonguen su apoyo más allá de esa fecha y fijó un nuevo horizonte de pacificación para 2024. Las ayudas financieras que necesita su Gobierno deberían continuar hasta 2030. El ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, que presidió el acto junto a su homólogo afgano, Zamal Rassoul, restó importancia a la “lamentable” ausencia de Pakistán y aseguró que Islamabad “apoya los acuerdos alcanzados en esta Conferencia”.
Tanto Karzai como su ministro Rassoul destacaron los “tremendos avances” sociales y económicos del país desde los tiempos anteriores a la invasión internacional en 2001. Rassoul habló incluso de “milagro”. Entre las buenas palabras de los representantes internacionales no faltaron, sin embargo, las críticas más o menos explícitas a la corrupción y a la endeblez del Gobierno de Karzai, cuya pervivencia se verá amenazada por las milicias talibán a partir de 2014.
Se cumplen estos días diez años de la primera Conferencia sobre Afganistán en Bonn. El resultado de su segunda edición no ha pasado de un acuerdo bilateral un tanto vago: el Gobierno de Afganistán recibirá ayudas por otros 13 años más y aplicará a cambio reformas para avanzar en la democratización del país y en la lucha contra la corrupción. El montante de las ayudas internacionales no se decidirá hasta la conferencia de donantes de Tokio, el próximo mes de julio. Estados Unidos desbloqueó ayer el pago de 700 millones de dólares a Kabul, congelado desde el pasado verano.
Estados Unidos desbloqueó ayer
el pago de 700 millones de dólares congelado desde el pasado verano
La ausencia de Pakistán en la segunda conferencia de Bonn supuso un serio revés para los organizadores. Tanto la diplomacia alemana como la estadounidense habían tratado sin éxito de persuadir al Gobierno paquistaní para que asistiera. Los líderes occidentales reconocieron en Bonn que “no habrá solución militar al conflicto”. “Precisamente por eso habríamos necesitado la contribución paquistaní en la Conferencia", dijo la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton. Los dirigentes de Pakistán renunciaron a viajar a Bonn en protesta por un reciente ataque de la OTAN en su territorio, en el que murieron 24 soldados de su Ejército. Los militares de la OTAN dicen que fue un “accidente trágico”.
La Conferencia de este lunes aporta poco a las decisiones tomadas en Lisboa en 2010, donde se fijó el calendario de retirada de tropas hasta 2014. En los tres años próximos deberá llevarse a cabo la entrega paulatina a las autoridades afganas del control sobre las provincias que conforman el país asiático. Las dudas sobre la buena marcha de esta estrategia han llevado a la canciller alemana Angela Merkel a apostar por el diálogo con los “talibanes moderados”. Merkel advirtió de que la solución de los conflictos está en manos de los propios afganos. “No os vamos a dejar en la estacada”, les prometió el ministro Westerwelle. Su colega Clinton dijo que “está en juego el futuro de toda la región”.
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