Por Gustavo De Biase
Luego de seis años el lunes 12, una medida de fuerza fue lanzada por las principales centrales obreras italianas: la CISL, de orientación católica, la UIL socialdemócrata y la CGIL ex comunistas.
La medida era para enfrentar al plan de ajuste que aparte de subir la edad jubilatoria y recortarlas a futuro y la suba general de impuestos que afectan al conjunto de la población, como es el impuesto a la vivienda, busca flexibilizar aún más los contratos de trabajo.
Italia viene siendo sacudida por la crisis europea, como parte de la misma cayó la alianza de gobierno con Silvio Berlusconi a la cabeza.
En su lugar el imperialismo italiano, hace menos de un mes, con el acuerdo del BCE, la UE y el FMI, colocó un gobierno “técnico” formado por banqueros y empresarios, encabezado por Mario Monti, y apoyado tanto por el PDL de Berlusconi, el centrista Tercer Polo, y la centroizquierda del Partido Democrático, buscando un nuevo personal, que aplique el ajuste, ya que no confiaba que este pudiese aplicarse con el desgastado gobierno de IlCavalieri.
La medida fue de tres horas, producto de acuerdo al que llegaron las cúpulas de las centrales obreras, donde por un lado la CISL y la UIL, buscaban la medida más moderada posible mientras la CGIL pugnaba por un paro de al menos 8 horas. A pesar de esto, el movimiento obrero realizo una huelga masiva y con importantes movilizaciones a lo largo de la península.
Las plazas se llenaron de trabajadores en las principales ciudades: Roma, Milán, Turín, Nápoles, Venecia entre otras.
Fue destacable la presencia de los metalmecánicos agrupados en la FIOM, en el conjunto de las movilizaciones, que realizaron en la misma jornada un paro de 8 horas en medio del ataque que lanzo el grupo FIAT (acaba de cerrar una planta den Sicilia) que rompió los acuerdos de los convenios, y que pretende decidir que sindicatos pueden negociar y hacer actividades en las plantas de la firma, dejando afuera al más poderoso que es la FIOM, ligada a la CGIL. Mientras arreglaba con los gremios ligados a las otras centrales.
También hicieron notar su presencia los trabajadores del los Astilleros Fincantieri y de la empresa aeronáutica Finmeccanica, donde se amenaza con cierres y despidos.
Así mismo el sindicato de los tipógrafos realizó una huelga que dejo al país sin periódicos el martes 13.
Por otro lado los días 15 y16 pararán los trabajadores del los buses y de los trenes, frente a los recortes previstos para estos servicios. También se anuncian medidas de los bancarios para el viernes y el lunes de los trabajadores públicos.
El tercer país de la eurozona se encuentra en estado de ebullición, por un lado la crisis que sigue golpeando, y por el otro los trabajadores que se van colocando a la altura de las circunstancias, más allá del accionar de los dirigentes sindicales.
Si bien la medida fue contundente en algunos sectores, es necesario dejar de enfrentar estos planes de ajuste con medidas separadas y sin continuidad, no alcanza con la amenaza de Susana Camusso de que esta huelga no será la última, se torna imprescindible un plan de lucha unificado del movimiento obrero italiano, que por su peso y tradición puede conmover no sólo a la península sino también al resto de Europa
15-12-2011
|