El pueblo de Oaxaca sigue en pie de lucha, pero requiere de un programa y una estrategia revolucionaria que lo lleve a la victoria.
Movilización independiente para echar a la PFP y a Ulises Ruiz
Lo que ha tratado de impedir el gobierno federal es la caída de Ulises Ruiz mediante la movilización revolucionaria de las masas, ya que, de conseguirse, impondría una relación de fuerzas favorable a los trabajadores y el pueblo, constituyéndose en un gran ejemplo de que es posible derrotar a los partidos patronales que encarnan la podredumbre del antidemocrático régimen de la alternancia.
Se demuestra que las “salidas institucionales” en los marcos de este régimen (como la desaparición de poderes), fueron impotentes para conseguir incluso la caída de URO, pues dichas instituciones representan a las mafias partidistas que han buscado a toda costa sostenerlo contra los intereses del pueblo, demostrando que con la alternancia sólo ha habido más represión y autoritarismo. El “diálogo” con la SEGOB fue utilizado por Abascal para desgastar y dividir al movimiento, mostrando como intransigente a la APPO y abriendo las puertas para la traición abierta de Enrique Rueda, mientras preparaba la ocupación militar de la ciudad.
Lamentablemente, un sector de la APPO llamó a confiar en estas “salidas” al conflicto, y aceptó que un subsecretario de Gobernación se hiciera cargo de las fuerzas represivas en el estado (¡como si eso cambiara su carácter!) y, más veladamente, intentó crear ilusiones en que la intervención de la PFP no sería para reprimir sino que podría contener a los grupos paramilitares de URO. Algunos consideraban incluso la posibilidad de “codirigir” con el representante de Abascal una suerte de “policía comunitaria”.
Desde nuestro punto de vista, esta política es equivocada. El movimiento sólo puede confiar en su propia fuerza. Así se demostró el 2 de noviembre, cuando miles de combatientes salieron a las calles espontáneamente y, coordinados por Radio Universidad, demostraron que es posible derrotar a las fuerzas represivas.
Para que caiga URO y se vaya la PFP hay que retomar la voluntad combativa de los comuneros, impulsando la movilización masiva y unitaria (profundizando el camino que marca la megamarcha del 5/11) y organizando una huelga general política que paralice el estado. Pero para eso es fundamental extender la autoorganización desde las bases e incorporar a todos los trabajadores del estado, lo cual hasta ahora la APPO no ha hecho, al mismo tiempo que se coordina y centraliza la autodefensa que derrotó a la PFP en la batalla de Ciudad Universitaria. Este es el camino para concretar la elemental demanda de echar a la PFP y que caiga el tirano.
La APPO y el pueblo oaxaqueño no lograrán esto por la “buena voluntad” de las instituciones de este régimen represor y ni de los partidos patronales, que luego de varios meses le pidieron “un acto de conciencia” a URO, buscando su salida a través de un pacto en las alturas, para desactivar el conflicto antes de que Calderón asuma la presidencia.
El PRD, por su parte, luego de cinco meses se vio obligado a manifestarse en apoyo a la APPO. Sin embargo, este partido quiere pactar la salida de URO para “distender el conflicto”, prometiéndole al PRI que podrá designar al nuevo gobernador y dejando así en manos de la mafia priísta el destino del estado. Quieren que Oaxaca se estabilice para que esta radicalizada lucha no influya al movimiento democrático que AMLO pasivizó. Y es que más allá de su crítica a las instituciones, el PRD forma parte del régimen de la alternancia, al que dice querer reformar pero sostiene. Esto lo mostró cuando sus legisladores en Oaxaca aprobaron la reforma impulsada por Abascal para fortalecer al caciquil régimen oaxaqueño y algunos llamaron a la entrada de la PFP. Este partido tiene además diputados federales que dirigen al SME y otros sindicatos, que hasta ahora no se movilizaron por Oaxaca.
Por un programa obrero y popular, y un gobierno de los trabajadores y el pueblo que lo haga realidad
Ante la posible caída de URO, muchos compañeros se preguntan ¿y después qué? La burguesía ya tiene alternativas, a través de un interino del PRI u otro partido que permanezca en el cargo o convoque a nuevas elecciones.
La APPO no puede limitarse a que se vaya URO y que venga otro gobernante sirviente de los patrones, el cual mantenga sus planes de miseria y represión. Y es que cualquier recambio burgués, venido desde arriba, buscará garantizar la continuidad del autoritarismo y la explotación capitalista en el estado, de los caciques.
Frente a esto, la APPO debe luchar por un programa obrero y popular en el estado. El mismo debería contemplar, en primer lugar, acabar con el aparato basado en la corrupción y represión que gobernó Oaxaca durante décadas, imponiendo un gobierno con funcionarios que ganen lo mismo que un trabajador y que sean revocables. Un programa que proponga impuestos a los grandes capitalistas del turismo y otras industrias y sectores de la producción y el comercio, poniendo todo el turismo bajo control de los trabajadores, para que el conjunto de los ingresos se inviertan planificadamente en función de los intereses del pueblo de Oaxaca. Esto garantizaría nuevas fuentes de empleo y un aumento general de salarios al nivel de la canasta básica. Un programa obrero y popular debería contemplar una verdadera reforma agraria radical, para liquidar el latifundio y que la tierra sea para quien la trabaja, otorgando de inmediato la autonomía a las comunidades y el reconocimiento de los derechos y la cultura indígenas.
La Comuna de Oaxaca incipientemente prefiguró el poder alternativo de los trabajadores y del pueblo, el cual puede ser capaz de concretar un programa como el que planteamos. Pero, para poder imponerse sobre los capitalistas y terratenientes, debe extenderse y transformarse en un auténtico organismo de autoorganización para la lucha (superando la limitación de ser un frente de organizaciones), incorporando delegados con carácter revocables y con mandato de sus asambleas, en primer lugar de las barricadas, pero también de los barrios, las comunidades y los centros de trabajo en el estado, que salieron a defender a la Comuna y Radio Universidad. Y especialmente incorporar a los trabajadores de todos los sectores, que echan a andar la economía capitalista.
De esta forma se podrá gestar la huelga general política que tumbe a URO e imponga un gobierno provisional de la APPO y las organizaciones en lucha, el único que puede llevar adelante, en una perspectiva anticapitalista, ese programa obrero y popular, convocando una Asamblea Constituyente Revolucionaria donde todo el pueblo discuta el destino del estado, sobre las ruinas del caciquil régimen oaxaqueño.
¿Por una república burguesa reformada, o una República de las Comunas?
Sí. De lo que estamos hablando abiertamente es que en Oaxaca, al igual que en el resto del país, es necesaria una revolución social, que eche abajo al antidemocrático régimen de la alternancia e instaure un gobierno obrero, campesino y popular para comenzar a resolver las demandas más sentidas por las masas. Como se corea en las marchas, “Oaxaca nos da, lección de dignidad”. Esta gesta será un punto de referencia para todas las luchas de los trabajadores y del pueblo que están por venir. Por eso debemos buscar extender su ejemplo a todo el país. Oaxaca no puede seguir estando sola, ni podrá sobrevivir mientras que se mantenga el podrido régimen de la alternancia. ¡Por dos, tres, muchas Oaxaca, para echar abajo al régimen de la alternancia!
No queremos una república burguesa reformada (como propone AMLO), donde se perfeccionen los mecanismos de la dominación capitalista combinándolos con demagogia social Queremos que el ejemplo de la Comuna se extienda y se profundice, pues es la base para una república de nuevo tipo, donde los trabajadores, los indígenas, los campesinos y el pueblo pobre tomen en sus manos las riendas de su destino, instaurando un gobierno propio basado en sus organismos de autoorganización. ¡Por una República de las Comunas, obrera y socialista! Esta sería un gran paso en la lucha de los pueblos latinoamericanos contra el imperialismo y sus agentes nacionales, que sólo puede culminar con el triunfo de la revolución socialista a escala internacional.
Hacia el Congreso Constitutivo de la APPO
Se aproxima el Congreso Constitutivo de la APPO. La heroica comuna de Oaxaca ya plantea una poderosa perspectiva que hay que necesario retomar para avanzar en la emancipación revolucionaria de los trabajadores y el pueblo oaxaqueño y de todo el país. Por eso, el grandioso ejemplo de la APPO y el movimiento no deben dilapidados ni ser convertidos en un frente político-social limitado a ejercer presión sobre el régimen de la alternancia (y hay quienes que buscarán que se incorpore al mismo como un nuevo partido político). De esta forma, aunque se vaya URO, si la APPO no adopta una perspectiva de lucha contra el régimen, estará embelleciendo a las instituciones de la alternancia, a través de las que el imperialismo saquea el país. Este Congreso Constitutivo deberá determinar si la APPO avanza en una perspectiva independiente o si se imponen las corrientes reformistas y populistas que desde su interior -aunque hablan del “poder popular”-, han llamado a confiar en los pactos con Gobernación y en partidos como el PRD.
El programa que enunciamos antes y la necesidad de una estrategia independiente la queremos discutir con los cientos de heroicos combatientes de la Comuna oaxaqueña, que están en contra de entregar la lucha y están por seguir de frente, hasta la salida de la PFP, la caída de URO y más allá. A ellos los invitamos a dar una pelea en común al interior de la APPO y en su Congreso Constitutivo para que triunfe esta lucha ejemplar.
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