Por Alejandra Ríos
El resultado de las elecciones del 6 de mayo en Grecia ha representado una debacle histórica para el PASOK (Movimiento Socialista Panhelénico, de tendencia socialdemócrata) y Nueva Democracia (centro derecha), los partidos responsables de aplicar los planes de ajuste, dejando al descubierto un amplio rechazo a la política de austeridad dictada por la troika conformada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI. Esta verdadera debacle pone en duda la continuidad de las políticas de austeridad en Grecia con consecuencias para el conjunto de la eurozona.
Nueva Democracia (ND) y el PASOK, que venían alternándose en el poder en Grecia desde la caída de la dictadura en 1974, pasaron de obtener el 88% de votos al 30%. Tomados individualmente, Nueva Democracia salió primero con solo un 18,9% de los votos, y PASOK fue desplazado al tercer lugar con el 13.2% de los votos.
Este enorme desprestigio de los partidos tradicionales fue capitalizado fundamentalmente por la Coalición de Izquierda Radical (SYRIZA), una coalición de partidos de izquierda reformista, que emergió como segunda fuerza en los comicios al obtener un 16.7% de los votos (52 bancas), comparado con el 4,6% que había sacado en 2009. El Partido Comunista de Grecia (KKE) aumentó levemente su votación de un 7,5 al 8,5% y su presencia parlamentaria (26 bancas). La Izquierda Democrática (ruptura de SYRIZA) alcanzó un 6% de los votos (19 bancas) y Antarsya (un coalición de grupos de la extrema izquierda y formaciones anticapitalistas) si bien obtuvo solo el 1,1% de los votos y por lo tanto no accedió al Parlamento, aumentó notablemente su votación con respecto a la elección anterior. Tomada de conjunto, es la mejor votación de las organizaciones a la izquierda del PASOK desde 1958.
Según el sistema electoral griego, el partido con mayor cantidad de votos recibe 50 escaños extra y el mandato de formar un gobierno de coalición. Nueva Democracia, a pesar de las ‘bancas extra’, no lo logró. Ante este fracaso, su líder Antonis Samaras, abandonó las negociaciones y dejó en manos de SYRIZA dicha responsabilidad. Es muy probable que SYRIZA también fracase, sobre todo después de que el Partido Comunista de Grecia rechazara su llamado, por lo que le correspondería al PASOK tratar de formar un gobierno. De no lograrlo, el escenario más probable es que se llame a nuevas elecciones a mediados de junio. En estas circunstancias, cualquier gobierno que intentaran formar los partidos que adhieren al memorándum del ajuste de la UE sería muy débil y con escasa legitimidad.
La situación abierta en Grecia es parte de una tendencia más generalizada de repudio a los partidos , ya sea conservadores o socialdemócratas, que desde el gobierno vienen llevando adelante políticas durísimas de austeridad, creando una crisis social sin precedentes.
Los límites del programa reformista de Syriza
La gran novedad de estas elecciones fue el desplazamiento de voto a la coalición SYRIZA, una corriente reformista de izquierda, que logró capitalizar el descontento y la bronca frente a los planes de ajuste de los partidos tradicionales, al presentarse con un programa de rechazo al memorándum firmado con los organismos europeos e internacionales. Su líder, Alexis Tsipras, planteó la anulación de los programas de austeridad y otras reivindicaciones como la auditoría de la deuda griega y la nacionalización de los bancos. Pero Syriza no plantea atacar los intereses de los monopolios y los grandes capitalistas griegos, que junto con la “troika” vienen imponiendo la austeridad, sino que su programa es negociar el ajuste con las instituciones de la UE, respetando la propiedad capitalista. Su plataforma tampoco cuestiona la estructura totalmente antidemocrática e imperialista de la UE.
Por su parte el Partido Comunista de Grecia, KKE, que tiene presencia en organizaciones sindicales de sectores del movimiento obrero, en particular en la central sindical PAME, aunque tiene un discurso más de izquierda que Syriza y ha rechazado su ofrecimiento de formar gobierno sobre la base de su rechazo a la UE, combina electoralismo y un programa de salida del euro y la UE en clave reformista con una política autoproclamatoria y sectaria, negándose a impulsar el frente único obrero para derrotar la política de la burocracia sindical oficial de llamar a jornadas de lucha sin continuidad, y preparar las condiciones para la huelga general política que abra la perspectiva de una salida obrera a la crisis.
Aunque lograron capitalizar la bronca contra los planes de ajustes, sus programas no están a la altura de una salida progresiva que necesitan los trabajadores y las masas pobres urbanas.
La extrema derecha neonazi
La enorme polarización social y política se expresó también en el preocupante 6.92 % (21 bancas) que obtuvo el partido neo-nazi ‘Aurora Dorada’. Esta agrupación fascista, que cuenta con grupos de choque y tiene características paramilitares, hizo su campaña electoral con un programa abiertamente anti-inmigrante, basado en la demagogia nacionalista.
Su principal líder, Nikolaos Michaloliakos, envalentonado por el resultado electoral declaró que “Grecia es sólo el comienzo… la principal tarea es sacarse de encima a todos los inmigrantes ilegales” y agregó “la victoria está dedicada a todos los bravos jóvenes que llevan camisetas negras con el nombre Aurora Dorada en blanco”. Con una cuasi-esvástica como escudo este partido se propone “proteger la frontera” y poner minas a lo largo de ellas para impedir el ingreso de inmigrantes.
La injerencia de los organismos internacionales y los tecnócratas e instituciones de la UE en la política griega proporcionan el caldo de cultivo para el surgimiento de discursos y fuerzas xenófobas de extrema derecha. Si la tendencia es a un agravamiento de la crisis y de mayores exigencias para las masas, es muy probable que estos discursos encuentren un eco mayor y no se puede descartar incluso ataques físicos contra trabajadores inmigrantes. El crecimiento vertiginoso de Aurora Dorada plantea de manera urgente a las organizaciones obreras y de izquierda la necesidad de organizarse para enfrentar y derrotar esta amenaza.
Por una salida obrera
La enorme resistencia y energía de los jóvenes y trabajadores griegos que en el último año y medio han protagonizado 17 huelgas generales no puede ser entregada a quienes van a seguir negociando los ajustes con la UE y el FMI.
Las direcciones oficiales del movimiento obrero y los partidos reformistas han impedido hasta ahora que la resistencia obrera y popular se transforme en una lucha abierta contra el poder de los capitalistas y su estado. Para esto hace falta un programa a la altura de la ofensiva y la crisis capitalista, que plantee medidas de emergencia como la anulación de todos los programas de austeridad y la cancelación de la deuda con medidas transitorias como la expropiación de la banca sin compensación y bajo control de los trabajadores, el reparto de las horas de trabajo y la expropiación de los grandes capitalistas y su puesta en funcionamiento bajo control de los trabajadores, en definitiva un programa que lleve al poder a la clase obrera en alianza con los sectores populares y que contra la Europa del capital y los grandes monopolios, y contra las variantes xenófobas y nacionalistas, plantee la necesidad de luchar por una Federación de Estados Unidos Socialistas de Europa.
Claves
¿Qué es SYRIZA?
La Coalición de la Izquierda Radical (SYRIZA por su sigla en griego) es un agrupamiento electoral de diez partidos que se formó en 2004 cuya principal organización es Synapsismos (Coalición de la Izquierda, los Movimientos y la Ecología). Integra el grupo Izquierda Europea, una asociación de partidos reformistas de izquierda entre los que se encuentran el PC de Francia, IU de España, Die Linke de Alemania y el Bloco de Esquerda de Portugal.
09-05-2012
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