Ataca la PFP tras marcha de la APPO; más de 100 heridos
Habría tres muertos de la asamblea; las fuerzas federales acantonadas en la entidad, en alerta permanente
Octavio Velez Ascensio, corresponsal -
La Jornada, México, 26’11’06
Oaxaca, 25 de noviembre. Más de 140 heridos -tres de ellos periodistas-, 100 detenidos y numerosos inmuebles públicos y privados, así como autos incendiados es el saldo parcial de varias horas de enfrentamientos entre integrantes de la Policía Federal Preventiva (PFP) y miembros de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) que marcharon hacia el centro histórico de la capital del estado.
Cientos de simpatizantes del movimiento magisterial y popular resultaron intoxicados y lesionados por los gases lacrimógenos y piedras lanzadas por las fuerzas federales. Los heridos de bala suman por lo menos 20 y están internados en los hospitales del IMSS y civil Aurelio Valdivieso.
Según versiones de la APPO, habrían fallecido tres personas por impactos de arma de fuego, aunque esta versión no fue confirmada oficialmente.
La multitudinaria marcha pacífica -recorrió ocho kilómetros desde el sur de la capital- en demanda de la renuncia del gobernador Ulises Ruiz Ortiz, la liberación de los presos políticos y el retiro de la policía federal concluyó sin incidentes. El objetivo era instalar un cerco que duraría 48 horas alrededor de los agentes federales.
La PFP detuvo a unos 100 participantes en la refriega, pero también a varios curiosos que pasaban a pie o en vehículos por las calles donde se dieron los choques. En el enfrentamiento también fueron golpeados fotógrafos y reporteros de medios locales y nacionales.
El coordinador de la página e-consulta y corresponsal de El Financiero en Oaxaca, Abundio Núñez Sánchez, fue descalabrado por un golpe de tolete que le propinó un agente federal, provocándole una herida de 20 centímetros.
Fueron incendiados decenas de automóviles y autobuses, así como los edificios del Tribunal Superior de Justicia del Estado y del Poder Judicial federal, el Teatro Juárez -ex sede del Congreso local-, las oficinas de la Secretaría de Turismo de la entidad y diferentes establecimientos comerciales.
También fueron dañados los edificios de la Secretaría de Relaciones Exteriores, del Registro Público de la Propiedad, la Facultad de Sociología de la UABJO y la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles de la entidad.
De igual forma, sufrieron daños por bombas molotov el hotel Camino Real y otras dos casonas sobre la calle Macedonio Alcalá, donde se reportaron algunos de los combates más fuertes esta tarde y noche.
La batalla empezó casi a las 17 horas, en la esquina de Macedonio Alcalá y Morelos, cuando las fuerzas federales intentaron romper el acordonamiento del retén puesto ahí -y en otros tantos situados en los alrededores de la Plaza de la Constitución- por miles de personas que participaron en la séptima megamarcha.
Las fuerzas federales lanzaron a los manifestantes gases lacrimógenos, además de piedras y canicas con resorteras; éstos respondieron con cohetones disparados con bazucas artesanales y petardos conocidos como coyotas, entre cánticos de: "¡Ya cayó, ya cayó, Ulises ya cayó!", y "¡Hoy voy a hacer, hoy voy, hoy voy a hacer, una fogata con los de la PFP!"
En Macedonio Alcalá y Murguía, los bazuqueros formaron una línea y, protegidos con escudos, algunos de ellos de la propia PFP, que han incautado durante las diferentes escaramuzas, hicieron decenas de disparos a contra sus adversarios.
Los enfrentamientos se extendieron por lo menos 14 cuadras, y el centro de la ciudad quedó entre una nube de gas lacrimógeno.
Marcelino Coache Verano, uno de los voceros de la APPO, justificó la respuesta a la PFP: "se debió a la dignidad y valentía del pueblo oaxaqueño.
"Fuimos agredidos con piedras, canicas y gases, y en un acto de legítima autodefensa se ha respondido", señaló.
Pasada una hora, las fuerzas federales salieron de los retenes donde se encontraban atrincheradas -en varios tienen alambre de púas electrificado- y avanzaron calles arriba con sus tanquetas para perseguir a los simpatizantes de la APPO y dispersarlos.
Los activistas del movimiento magisterial y popular, además de quemar llantas, instalaron barricadas con autobuses y con cualquier objeto en las calles, pero fueron removidos por las tanquetas. Así, se reagruparon en las inmediaciones del templo de Santo Domingo de Guzmán, donde se ubica el plantón general, y desde ahí atacaron nuevamente.
Cerca de ahí, en el Jardín Etnobotánico, hombres vestidos de civil dispararon y persiguieron pistola en mano a quienes se alejaban del atrio.
En la esquina de 5 de Mayo y Murguía, las fuerzas federales también acometieron y obligaron a los simpatizantes de la APPO a reagruparse en cercanías del campamento, pero sin dejar de participar en la refriega.
Flavio Sosa Villavicencio, miembro del Consejo Estatal de la APPO, convocó al repliegue a sus compañeros para que cesaran los enfrentamientos, pero su llamado no fue escuchado. "El pueblo es el que manda", le respondió uno los bazuqueros.
Ante esto, los agentes de la PFP avanzaron más calles y llegaron hasta el plantón general, donde prendieron fuego a todas las tiendas de campaña y enlonados.
Sin embargo, regresaron a sus posiciones y los manifestantes volvieron a atacar, a pesar de los llamados de miembros del consejo para replegarse.
Coache Verano convocó a la calma para "evitar más derramamiento de sangre y detenidos", pero tampoco tuvo éxito.
Así, las fuerzas federales avanzaron otra vez y replegaron a los simpatizantes de la APPO hasta la esquina de Macedonio Alcalá y calzada Héroes de Chapultepec, situada a unas ocho calles del zócalo. Ahí se escucharon varias detonaciones de arma de fuego y un joven cayó al piso herido en una pierna. Sus compañeros lo levantaron y lo trasladaron al hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Cerca de ahí, en las inmediaciones del parque Casiano Conzzatti, hombres vestidos de civil, presuntos miembros de la Policía Ministerial del estado, dispararon en contra de la multitud que se allí encontraba replegada, sin conocerse si hubo lesionados.
En el cinema El Pochote, creado por el pintor Francisco Toledo, decenas de personas se resguardaron y fueron rodeadas por las fuerzas federales, sin que pudieran salir.
Persecución policiaca
Para acabar con toda reacción, la PFP a bordo de camionetas pick up, ahora con el respaldo de la Policía Preventiva del estado, se lanzó a la ofensiva con sus tanquetas y persiguió a los seguidores del movimiento magisterial y popular hasta las proximidades del Cerro del Fortín.
Inclusive, embistió con sus unidades a varios de los manifestantes, quienes en el piso todavía fueron golpeados con toletes, para después ser detenidos.
Mientras, otro grupo de agentes se dirigió a la Facultad de Medicina de la UABJO para intentar detener a quienes ahí se habían refugiado. De acuerdo con información de los dirigentes de la APPO, ahí habrían fallecido dos personas al enfrentar a las fuerzas federales.
Hasta las 20:30 horas aún se escuchaban detonaciones de cohetones y de gases lacrimógenos, así como de armas de fuego.
El gobernador minimiza el enfrentamiento
En conferencia de prensa, Ulises Ruiz Ortiz dijo que el enfrentamiento "demuestra la desesperación" de la APPO. "Va de salida este movimiento, ya se vino abajo; es un coletazo", asentó.
A su juicio, la séptima megamarcha convocada "fue mínima" y por debajo de lo esperado por el movimiento magisterial y popular. Descartó que hubiera muertos o heridos graves y advirtió que los participantes en el enfrentamiento serán arrestados, entre ellos los miembros del Consejo Estatal de la APPO.
También rechazó que su gobierno promueva una ley de amnistía para los simpatizantes de la asamblea popular.
Ruiz Ortiz refutó las acusaciones del movimiento magisterial y popular: "Dicen ’Ulises asesino’, yo no soy asesino, nunca me he manchado las manos ni me las voy a manchar, tengo un profundo respeto por la vida humana; me dicen: ’Ulises, no te quiere Oaxaca’, tampoco es cierto, son grupos adversos a mi gobierno, minoritarios; varios de ellos compitieron conmigo en el proceso electoral; ponen: ’Ulises corrupto’, no lo soy".
Alrededor de las 23 horas se supo que personas desconocidas balearon las instalaciones de la 28 Zona Militar, sin conocerse más información.
Al cierre de esta edición, unos mil agentes de la PFP rodearon el parque El Llano para dar seguridad a los bomberos, con el fin de apagar el incendio en el edificio del Poder Judicial Federal, debido a que fueron corridos por simpatizantes del movimiento popular. En el estacionamiento del edificio quedaron quemados 12 vehículos de jueces y magistrados.
Gustavo Castillo García
Las fuerzas federales acantonadas en Oaxaca se declararon en estado de alerta permanente, y desde esta noche comenzaron patrullajes en toda la urbe, en coordinación con las policías municipal y estatal. Una de las órdenes a cumplir será la detención de todos los integrantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) que pretendan instalar o hayan levantado barricadas en la capital oaxaqueña.
Fuentes gubernamentales de alto nivel revelaron que tras los enfrentamientos y los actos delincuenciales de ayer, que incluyeron la quema de edificios públicos y privados, así como de vehículos, desde la ciudad de México se ordenó que la Policía Federal Preventiva (PFP) pasara de las acciones de contención a maniobras ofensivas.
Lo anterior, indicaron mandos del gobierno federal, significa que la PFP, en coordinación con miembros de las policías estatal y municipal de Oaxaca, ejecute las órdenes de aprehensión de que se tenga conocimiento.
Cabe recordar que extraoficialmente se sabe que desde antes del 28 de octubre, cuando arribaron a la capital oaxaqueña los elementos federales -reforzados con miembros de la Policía Militar-, ya se tenía conocimiento de al menos 200 mandamientos judiciales de captura en contra de integrantes de la APPO y militantes priístas que forman parte de grupos considerados violentos.
De acuerdo con los reportes enviados a la capital mexicana, los presuntos integrantes de la APPO se replegaron -luego de más de cinco horas de enfrentamiento con la PFP- a las instalaciones de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), adonde los uniformados tienen la orden de no ingresar.
Los informes dan cuenta de al menos cinco inmuebles incendiados, entre los que se incluye el Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca, la sede de los juzgados federales en la capital y un edificio particular, así como la quema de varias unidades de transporte público y vehículos particulares.
Además del despliegue de los grupos de operaciones especiales de la PFP que se encuentran en la ciudad de Oaxaca, las órdenes dadas desde la capital mexicana incluyeron el uso de toda la fuerza con que la corporación cuenta en esa entidad, que asciende a 3 mil 500 elementos, y mantener bajo control a los elementos de la Policía Ministerial, a fin de evitar acciones que puedan vulnerar las garantías individuales y se acuse de manera injustificada a los agentes federales y a las corporaciones que están bajo su mando.
Al filo de las 10 de la noche, hora en que ya habían cesado los enfrentamientos, la PFP reportó a los altos mandos del gobierno federal que si bien existía un ambiente tenso y se esperaba una noche aciaga, se procedería a restablecer de manera definitiva el orden en la capital.
Para esa hora, los reportes que se tenían desde Oaxaca eran: cerca de un centenar de detenidos por la comisión de delitos de carácter federal y local, inicio de patrullajes, despliegue de fuerza en toda la capital mediante rondines y dos barricadas destruidas, una en la zona del Cerro del Fortín y otra en el área conocida como Niños Héroes.
En la primera se detuvo a cerca de 20 personas, y en la segunda a otras 30, que serían trasladadas a prisiones con sede en Oaxaca, y posiblemente algunos a cárceles fuera de la entidad. En ambos casos la decisión correría cargo del Ministerio Público al que correspondiera conocer de los delitos cometidos.
Asimismo, se informó que con lo ocurrido la tarde y noche de este sábado, se cancelaron los acercamientos entre representantes de la APPO y funcionarios del gobierno federal, especialmente con los mandos de la PFP, con quienes se había pactado que toda acción -movilizaciones- se realizaría de manera pacífica, sin derivar en actos de violencia.
El plan inicial de la PFP constaba de tres fases: la primera era el retiro de barricadas y el restablecimiento paulatino de la normalidad en la capital oaxaqueña, cosa que ocurrió entre el 29 de octubre y el 2 de noviembre; la segunda era el reinicio de operaciones de las autoridades locales bajo la tutela federal, lo que se empezó a realizar desde el 10 de noviembre, la tercera fase estaba detenida hasta en tanto se mantuvieran las negociaciones y no se desataran actos de violencia; esta última parte se puso en acción desde esta noche con los patrullajes y el inicio de operaciones para ejecutar mandamientos judiciales emitidos.
Fuente: La Jornada
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