Ominoso desfiguro
Editorial, La Jornada
La medianoche pasada Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa protagonizaron un ominoso y extraño ritual nocturno. Marcó la separación del cargo del primero pero no fue una toma formal de posesión del segundo; se realizó en privado, pero se difundió en cadena nacional; se pretendió civil, pero tuvo una marcada presencia castrense; era completamente innecesario, pero parecía forzado por las circunstancias. Remedó fórmulas legales, pero no está previsto en las leyes. Fue una demostración pavorosa de debilidad, pero constituyó una inequívoca amenaza de fuerza; se concibió como un impulso inicial para el michoacano, pero se traduce en un enorme lastre de origen para un ejercicio mínimamente viable de la Presidencia.
Los símbolos están a la vista. En vez de entregar la banda presidencial al presidente del Congreso para que éste se la pasara a Calderón, Fox la depositó en manos de un elemento castrense. Así sea por unas horas, y a reserva de lo que ocurra esta mañana, el máximo emblema de la Presidencia está, pues, bajo resguardo militar. La caracterización de Calderón como jefe del Poder Ejecutivo fue realizada por una voz en off. Llevando a sus últimas consecuencias la realidad virtual en la que estuvo inmerso el foxismo -y en la que pretendió situar al país- este ritual fue un show televisivo. Se acentuó, con ello, ese afán -o esa necesidad- del grupo gobernante por sustituir a las cámaras del Legislativo con cámaras de televisión. Ante las segundas pronunció el ahora ex presidente su último mensaje político, el primero de septiembre. Ante ellas Calderón tomó protesta a sus colaboradores y emitió un juramento que no guarda relación alguna con la protesta presidencial que se estipula en la Constitución.
En suma, los pretendidos primeros actos del político michoacano como jefe del Ejecutivo federal, una ceremonia desesperada y un mensaje retórico, anodino y ajeno a la profunda crisis en que se encuentra inmerso el país, se llevaron a cabo con el concurso institucional de la televisión y del Ejército. Su estatuto presidencial se fundamenta, hasta ahora, en esos dos factores. Es difícil imaginar una manera más distorsionada de comenzar un ejercicio de gobierno. La Presidencia foxista terminó en una grave descomposición, y el calderonismo llega, también descompuesto, al poder.
Con todo y el ritual de medianoche celebrado en Los Pinos, Calderón no puede eludir la cita con la representación del poder civil -lo que queda de ella- y con la realidad. Si llega al Palacio Legislativo de San Lázaro, el ominoso desfiguro de esta madrugada no va a facilitarle una situación que de por sí resultaba complicada, dramática y peligrosa; por el contrario, ha incrementado la precariedad de su situación y lo ha hecho más indeseable para el sector de la sociedad que cuestiona la legitimidad de su condición de presidente electo y la limpieza de su pretendido triunfo electoral.
La acentuada debilidad de Felipe Calderón en las horas previas al momento en el que pretende rendir protesta como presidente constitucional de México incrementa las posibilidades de que el grupo en el poder se vea tentado a hacer uso de la violencia represiva ante cualquier manifestación de descontento que se registre en San Lázaro. Cabe esperar, con todo, que el panismo gobernante no incurra en tal insensatez, porque con ello cancelaría de tajo la precaria vigencia del Congreso de la Unión y colocaría a Calderón a la cabeza de un régimen de facto, un escenario intolerable en el México del siglo XXI.
Hay que recordarlo: la incertidumbre de la hora presente habría podido evitarse si el propio Calderón y las autoridades electorales que pervirtieron la elección hubiesen aceptado, en su momento, un recuento confiable de los sufragios emitidos el 2 de julio.
La usurpación
Luis Javier Garrido, La Jornada
México vive momentos decisivos de su historia por la decisión de grupos ultraderechistas de imponer a Felipe Calderón en Los Pinos, apoderándose a las 12 de la noche, de facto y al margen del Congreso, de la residencia presidencial y tratando de doblegar a los legisladores con la fuerza armada.
1. La mayor crisis institucional en los últimos 75 años es consecuencia del uso faccioso de las instituciones del Estado por el gobierno panista de Vicente Fox, quien para satisfacer intereses privados y de grupo durante seis años sometió a las instancias del gobierno federal, a los tribunales, al IFE, a los medios masivos y las políticas estatales a oscuros intereses privados, simulando que había una "transición democrática", la que, ahora se sabe, ha fracasado por completo. Y que culminó su sexenio de depredación institucional y de traición a la soberanía nacional con el fraude electoral del 2 de julio y la militarización del Congreso de la Unión este 1° de diciembre, cuyo objetivo es imponer por la fuerza como presidente pelele a Calderón, quien perdió la elección presidencial, dando así un verdadero golpe de Estado.
2. La violencia del gobierno foxista contra el pueblo y sus libertades soberanas la ejerció desde 2004 al intentar por todos los medios ilegales e inconstitucionales que Andrés Manuel López Obrador llegara a Palacio Nacional, y ahora culmina con la tentativa de imponer a Calderón como gobernante espurio.
3. Un régimen representativo y democrático se sustenta en el principio de la división de poderes, e implica respeto absoluto del Ejecutivo al Poder Legislativo, y en este 1° de diciembre Fox lo ha pisoteado una vez más, ahora en connivencia con su espurio delfín, al burlarse de los legisladores y militarizar el Palacio Legislativo, sitiándolo con fuerzas policiaco-militares y haciendo entrar al salón de sesiones a contingentes militares del Estado Mayor Presidencial y a paramilitares y policías vestidos de civil, buscando amedrentar y doblegar a senadores y diputados en abierta violación a la autonomía del Congreso de la Unión, trastocando el orden constitucional.
4. La violenta represión del movimiento popular oaxaqueño llevada a cabo por las autoridades federales a través de la PFP y la PGR en cumplimiento de los acuerdos Fox-Calderón, y que ha entrañado decenas de muertos y desaparecidos, la detención de cientos de dirigentes y militantes de organizaciones populares y de sus familias, y el traslado en cuerdas de cientos de detenidos a penales de Nayarit y Tamaulipas, constituye la más salvaje represión desde el 68 y los años de la guerra sucia, y muestra bien cuál sería el estilo fascistoide de ejercer el poder del calderonismo. Tras los incidentes del sábado 25, en que grupos paramilitares del gobierno depredaron el centro de Oaxaca para justificar la represión y criminalizar a la APPO, que ha encabezado un movimiento pacífico y democrático, el mensaje de amenaza hacia los mexicanos fue muy claro.
5. La decisión de las bancadas del PRD y del PT de oponerse a la protesta de Calderón en San Lázaro y su respuesta para impedir que los panistas tomaran la tribuna el martes 28, no es como pretenden medios oficialistas un hecho "vergonzoso", sino un acto de dignidad republicana y de coraje civil, pues por vez primera en mucho tiempo los diputados que se asumen "de izquierda" están a la altura del reclamo popular, aunque a los medios oficialistas les moleste reconocer que millones de mexicanos están en contra de que un impostor como Calderón ocupe la silla presidencial de manera ilegítima, pues es evidente que este individuo perdió las elecciones y es una persona indigna por los múltiples delitos que se le señalan.
6. El pueblo mexicano tiene una larga historia de resistencia ante las imposiciones, desde que Félix Zuloaga trató de usurpar la presidencia en 1857 y Juárez defendió la legalidad republicana con las armas en la mano durante la Guerra de Reforma o Guerra de Tres Años, hasta Venustiano Carranza que por el Plan de Guadalupe se opuso a la usurpación de Victoriano Huerta en 1913, dando inicio a la Revolución Constitucionalista. Y quienes ahora critican a los millones que se oponen a la usurpación de Calderón y a la farsa que éste y Fox pretendieron montar en San Lázaro deberían congratularse de que la resistencia sea en el siglo XXI pacífica, civil y democrática, pero no por eso carente de intransigencia.
7. El desastre anunciado de un eventual gobierno calderonista lo garantiza el cúmulo de acciones irracionales cometidas por quien pretende tras el fraude instaurarse presidente de facto, pues además de su carácter espurio Calderón ha dado muestras de intransigencia fascistoide determinada por su insignificancia política y visión fanatizada de la realidad, pues sus acciones de fuerza, que cancelan todo canal de diálogo, lejos de ser, como pretende, un signo de autoridad lo son de su debilidad.
8. La sanguinaria represión del movimiento popular oaxaqueño no es imputable sólo a Fox, sino de manera primordial a Calderón, quien la alentó y decidió, y desde ahora tiene las manos sucias de sangre oaxaqueña, y no puede entenderse sino como una amenaza a quien pretenda oponerse a sus designios sobre la base de que no le importa violar las leyes de la República. El hermano del dirigente de la APPO Flavio Sosa fue detenido brutalmente por la PGR y enviado al penal de Tamaulipas porque el gobierno de Ulises Ruiz "se lo solicitó", es decir, porque un sátrapa priísta local, aliado del gobierno panista federal, le pidió que arrestara y vejara a un opositor político.
9. La irracionalidad de Calderón la evidencia la lista de sus colaboradores para usurpar el poder: ultraderechistas y corruptos que representan a los grupos que los impusieron: El Yunque, el salinismo Televisa, el foxismo y ex cristeros del cardenal Sandoval Iñiguez. Como el represor y torturador Francisco Ramírez Acuña, a quien busca colocar como titular de Gobernación, lo que mereció la condena del exterior. O Germán Martínez, quien pretende ocupe la Secretaría de la Función Pública, y que antes de asumirla dijo a La Jornada (29/11/06) que al "caso Bribiesca se le puso fin", realzando su encomienda de cuidar las espaldas a las familias Fox y Calderón por sus actos de corrupción. Y no se diga de Eduardo Medina Mora, empleado de Televisa, a quien pretende instalar en la PGR, o del aventurero gallego Juan Camilo Mouriño, hijo del prestanombres de Fox, Carlos Mouriño Atanes, nombrado jefe "de la Oficina de la Presidencia" y segundo personaje del régimen, quien, según El País (30/11/06), tiene una red de negocios vinculados a la industria petrolera, por lo que está rodeado de "acusaciones de tráfico de influencias y favores políticos".
10. El saldo de seis años de Fox es desastroso, no sólo porque fue un individuo ignorante, perverso y rapaz que agravó la miseria y depredó a la nación, sino porque hundió al país en una crisis institucional de la que muy difícilmente podrá salir adelante si no hay en un sector de la clase dirigente la vocación intransigente de anteponer a sus intereses los derechos de los mexicanos y de la nación, de escuchar los reclamos del pueblo, y esto supone sacar del poder al hampa panista que busca enquistarse en él.
La prueba de López Obrador
Lopez Doriga, Milenio
Finalmente fue eso, un final sin gloria. Florestán
La de hoy es la jornada de Felipe Calderón, su protesta como Presidente de la República, el fin de una era, Fox, y el inicio de otra, la suya; un cambio de guardia y una etapa en la que lo más cierto es la incertidumbre.
Pero también, la de hoy, puede ser la jornada de Andrés Manuel López Obrador, donde tiene el espacio, si tiene la voluntad, de mostrarse con la grandeza de aquel luchador social que fue, hoy es político.
Tengo claro que hoy el riesgo no estará en el recinto de San Lázaro, allí como sea, se arreglarán y Calderón protestará el cargo de Presidente de la República.
El peligro está en la calle, y el único que lo puede contener es López Obrador quien ha citado a sus seguidores a las siete de la mañana en el Zócalo, lo que se ha interpretado como el disparo de una marcha hacia el Congreso que podría tener consecuencias irreversibles y en las que el ex candidato perredista tendría que mostrar su dominio sobre las masas que podrían rebasarlo en una acción violenta, lo que sería una dura y riesgosa prueba para él que debe tener calculados tiempos y liderazgo.
El llegar al frente de una manifestación al Congreso no es descabellado, toda vez que se inserta en la estrategia que han dejado ver desde la toma del Corredor Zócalo-Reforma.
Esto se refuerza con la hora de la convocatoria, siete de la mañana, nunca se había convocado a un mitin al amanecer, pero sí a una marcha.
Si a lo anterior se agrega el arribo a la Ciudad de México de los grupos violentos que abandonaron Oaxaca, donde entrenaron durante meses la lucha urbana, el resultado sólo puede ser el temido.
En fin que, si es un día de prueba para Calderón, también lo será para López Obrador, que tiene la oportunidad de mostrarse como un dirigente social o como un jefe violento que arroja a sus seguidores contra las fuerzas militares que tienen a su cargo la seguridad del Congreso.
Sé, también, que para algunos manchar de sangre la toma de posesión de Felipe Calderón es una tentación, pero de correr, esa sangre también mancharía a López Obrador.
La decisión es suya.
Los pueblos de Oaxaca no serán vencidos
Gilberto López y Rivas, La Jornada
En la ciudad de Oaxaca, ocupada por las fuerzas represivas y en virtual estado de sitio, llevándose a cabo detenciones y cateos y una campaña de linchamiento mediático contra la Asamblea Popular de los Pueblo de Oaxaca (APPO), aprovechando la labor incendiaria de los provocadores enviados por Ulises Ruiz para criminalizar el movimiento, tuvo lugar un importante foro de los pueblos indígenas de ese estado durante los días 28 y 29 de noviembre.
"En estas horas difíciles -señaló el dirigente Joel Aquino en su discurso de bienvenida- hay que caminar despacio porque vamos lejos", dejando asentado la posición de los pueblos indígenas en un profundo movimiento social en el que algunos sectores han querido introducir cierto radicalismo que ha puesto en riesgo el conjunto del proceso. Aquino se muestra confiado en la fortaleza del movimiento contra el sistema caciquil que representa Ulises Ruiz porque la resistencia está viva en centenares de comunidades, "en la dignidad de los pueblos de Oaxaca, en la fuerza de sus culturas".
Florentino López Martínez, vocero de la APPO, saluda con entusiasmo la realización del foro, solicitando que se discutan los problemas de los pueblos y se revisen críticamente los acontecimientos recientes. Menciona que en la formación de la APPO tuvo gran valor la asamblea comunitaria indígena que por siglos ha sido una instancia de decisión y participación colectivas. Destaca la importancia de las experiencias zapatistas de las juntas de buen gobierno y las que tienen lugar con la policía comunitaria de Guerrero, y subraya que en la APPO quieren hacer una "gran asamblea de todos los pueblos indígenas y no indígenas de México". Finaliza su intervención reiterando la necesidad de fortalecer a la Asamblea Popular, que "apenas está creciendo desde abajo, desde nuestros pueblos."
Sara Méndez Morales informa sobre los 304 detenidos del movimiento, 14 sólo en ese día, 141 mujeres, hombres y menores enviados al penal de Nayarit (al otro lado del país), en una cruel e innecesaria política, similar a la practicada por la dictadura porfirista. Refiere las violaciones a los derechos humanos desde la gran represión del 14 de junio, cuando se intentó desalojar el plantón magisterial instalado en el centro histórico.
Marcos Leyva ofrece un amplio panorama de la movilización oaxaqueña, "venciendo el miedo que nos quieren imponer", ofreciendo al mundo la verdadera cara de la APPO: "una asamblea donde se discute, se reflexiona, de cara al futuro, a la esperanza. Es necesario volver a colocar la palabra, el diálogo, quitar las balas, las bombas, las órdenes de aprehensión". Explica el significado de la crisis histórica estructural que se expresa nítidamente en Oaxaca, donde se aglutinan la crisis de Estado, la desigualdad social y la crisis política. Habla sobre el "dolor profundo que guardan nuestras comunidades, el acumulado histórico del pueblo de Oaxaca". Menciona los riesgos de la etapa actual caracterizada por la descomposición social y la guerra sucia, en momentos en que la radio clandestina de los priístas, radio mapache, está llamando a quemar las casas de la gente de la APPO, en la que se está concitando la delación y el odio como los valores "ciudadanos" que ofrece la contraparte de la APPO. Ciertamente que el afianzamiento de la ocupación castrense de la ciudad y del estado ha establecido las condiciones de seguridad que requerían los priístas para profundizar la campaña de terror desatada desde los medios de comunicación locales y nacionales.
A Miguel Alvarez le corresponde analizar la movilización oaxaqueña desde la perspectiva nacional, ofreciendo incluso las claves de articulación con el ámbito de lo mundial, con estas nuevas formas de violencia y visión de la política que acompañan al modelo neoliberal, a las nuevas formas de expresión de la dominación imperialista. Frente a este fenómeno los movimientos sociales viejos y nuevos viven un fortalecimiento de una nueva racionalidad, en la que los pueblos indígenas son un referente mundial porque son capaces de vivir y luchar en colectivo.
Alvarez destaca los derivados de una profunda crisis de Estado en el contexto de una alternancia que no logró cambiar nada, de una transición democrática frustrada. Es un mensaje optimista que se centra en la idea de que el pueblo, los pueblos, no están derrotados, no están doblegados: son pueblos que saben ejercer el poder a partir de la potencialidad de sus culturas.
Me corresponde desarrollar el papel de las autonomías indígenas en todo este proceso: una autonomía que ya rebasó los límites estrechos impuestos por sus críticos y denostadores como sólo aplicable a una realidad rural-indígena. En América Latina, el movimiento protagonizado por los pueblos indios durante las últimas décadas demuestra que es uno de los pocos sectores sociales que cuentan con una estrategia -la autonomía- no sólo de resistencia y sobrevivencia a la política del capitalismo neoliberal, sino que constituye un paradigma que inspira e influye en los movimientos sociales en el ámbito mundial. Por ello, el movimiento de la APPO no puede ser derrotado. Su fuerza radica en la horizontalidad y el protagonismo colectivos que caracterizan los procesos autonómicos indígenas. No es un movimiento de "líderes", no es una insurgencia social y pacífica que pueda ser "descabezada" por medidas represivas y contrainsurgentes. Se trata de un proceso de largo aliento que deberá ser retomado con renovados bríos por la APPO, en los momentos de necesario reflujo que imponen la persecución y el autoritarismo actual.
Así, mientras se daban los cateos y las detenciones, mientras se convocaba a la muerte y a la destrucción, el debate de ideas, el diálogo de los pueblos indios daban un atisbo de futuro y esperanza a la compleja realidad oaxaqueña.
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