Guillaume Loïc, CCR4 en el NPA
El jueves a la tarde se hacía difícil reconocer Ciencias Políticas, esa “venerable institución” que forma a los futuros cuadros de la burguesía. El Anfiteatro Boutmy, que lleva el nombre del “anti comunero” y fundador del Instituto de Estudios Políticos de París, está más acostumbrado a recibir a jefes de Estado y grandes patrones. El jueves, a las 19 hs, esto era muy diferente. En la tribuna del principal anfiteatro de la gran escuela parisina pronto iban a presentarse sucesivamente los representantes de las principales luchas actuales: Sanofi, Air France, Virgin, Presstalis, PSA, Renault, Goodyear y Licenci’elles [1].
500 personas llenas de entusiasmo
Frente a ellos, 500 personas: muchos trabajadores-as de los diferentes grupos sindicales en delegaciones, sobre todo de la CGT y de Sud; militantes, identificados con los colores del Front de Gauche y del NPA, ambos sostenedores de este encuentro; estudiantes de Ciencias Políticas pero también de otras facultades parisinas, interpelados por los sindicalistas de las diferentes fábricas en lucha, que destacaron, como Laurence, de Sud-Chimie Toulouse, asalariada de Sanofi, de qué manera el día de mañana cuando estén en el mercado del trabajo, ellos también tendrán que pelear; estudiantes sobre todo solidarios con estas luchas como lo atestiguaban los nutridos aplausos al final de cada intervención, los cantos en la sala y las cajas pasando de una fila a la otra y llenándose de dinero destinado a alimentar el fondo de huelga de los trabajadores de PSA Aulnay, que sufren lock-out patronal desde el viernes 18.
Apetito patronal y resistencia obrera
El conjunto de los representantes sindicales destacaron a la tribuna cómo sus luchas de ninguna manera eran un caso aislado. En todas partes, es el apetito patronal el que se manifiesta, en fábricas que con frecuencia acumulan ganancias como destacaron Léon de Sud aérien o David por la CGT Air France. Sin embargo en cada caso los trabajadores-as son la variable de ajuste. En todas partes son las mismas cifras que se desgranan: más de 11.000 despidos en PSA, como dijo Philippe, de la CGT Aulnay, más de 8.000 en Renault, como denunciaron los camaradas de los tecnicentros de Guyancourt o de Lardy: tantas familias condenadas, cuatro veces más de empleos inducidos [2] que están amenazados.
Pero frente a la lógica aplanadora capitalista, los trabajadores están muy decididos a no ceder. En cada oportunidad, los camaradas en la tribuna han destacado las iniciativas en las que participaron los asalariados de los diferentes grupos que son objeto de los ataques. En Virgin, tuvieron lugar varias reuniones. En Presstalis, la acción de los trabajadores contra el plan de supresiones se hace cada vez más regular, causando la suspensión de la distribución de la prensa. En la industria automotriz, los camaradas de PSA contaron como su combate se desarrolló desde 2011 contra los golpes bajos del presidente Varin que acaba de decidir un lock-out en Aulnay, por miedo a que la huelga iniciada hace diez días contra el anuncio de cierre del establecimiento de Seine-Saint-Denis se extienda.
El nexo entre las peleas de 2008-2010 y las luchas actuales: ¡no a los cierres y despidos!
Para establecer la relación entre las luchas actuales y las de la oleada de luchas contra los despidos de 2008-2010, Manu Georget, de la CGT Philips-Dreux, subió a la tribuna. Fue una oportunidad para recordar cómo la cuestión del mantenimiento del empleo es esencial para los trabajadores, más aún en las regiones afectadas por el desempleo y los cierres de empresas.
La cuestión, como destacaron sobre todo los trabajadores de Virgin o de Sanofi no es defender las indemnizaciones a cambio del cierre de los establecimientos ni inclusive una supuesta industria nacional contra las deslocalizaciones. Lo más preciado que tienen para defender los trabajadores es el empleo. De esto se deriva la posibilidad de pelear, colectivamente, contra los golpes bajos de la patronal y las políticas de un gobierno al que todos los que intervinieron no dejaron de criticar, subrayando que no hay nada que esperar de Hollande ni de ninguno de sus ministros.
En lo que concierne a “la industria francesa”, en el caso de Philips Dreux, la producción de televisores se instaló en Hungría, donde los obreros trabajan por poco más de 400 euros por mes. Pero como destacó Manu, seguido de aplausos, “el trabajador húngaro es mi hermano de clase, mientras que el patrón francés que nos explota aquí, es el mismo que invade y saquea los países más pobres como se puede ver actualmente con la intervención imperialista en Mali”. No fue casualidad que el encuentro haya terminado con la “Internacional” cantada por todos en la sala, hace varios años que esto no ocurría en una reunión obrero-estudiantil.
Unificación y coordinación de las luchas, una necesidad…
De allí se deriva la cuestión de la unificación de las luchas. Ya en el sector automotriz los trabajadores de Aulnay se unieron a los de Flins que protestaban el miércoles contra los planes de reducción de efectivos de Carlos Ghosn. Pero romper el aislamiento, extender la resistencia lo más posible es una cuestión esencial. Sin dudas, esto es lo que fracasó cruelmente en 2008-2010, a pesar de algunas tentativas de unificación y aunque no faltaba combatividad. Basta con pensar en la lucha de Molex o de Conti por ejemplo.
Por esto todos los estudiantes y militantes respondieron “¡presente!” cuando los diferentes oradores que se sucedieron en la tribuna llamaron a la movilización el próximo martes 29 de enero primero ante el ministerio de Trabajo, luego hacia la Asamblea Nacional, organizado por trabajadores de muchas fábricas que estarán allí para decir “¡no a los despidos!”
…. ¡más aún después del anuncio de la dirección de Goodyear!
Cuando acaban anunciar el cierre del establecimiento de Goodyear de Amiens, ensombreciendo un poco más el panorama social, la cuestión de una coordinación de las luchas actuales y de la resistencia contra los golpes bajos de los patrones y del gobierno (porque en el sector público también, la situación está lejos de ser floreciente) está a la orden del día más que nunca.
Por su parte, como subrayó Mickaël Wamen, para la CGT del establecimiento de producción de neumáticos de Amiens, hoy existe un debate que atraviesa al conjunto de los sectores en lucha: se trata de la cuestión de las consignas a levantar contra las amenazas de despidos y cierre. No se trata de un prerrequisito a la unidad de las empresas en lucha, sino que este debate, sobre todo entre las y los que rechazan claramente la perspectiva de despidos y ponen de relieve el mantenimiento del empleo, podría volver a moralizar y dar perspectivas a decenas de establecimientos en donde los patrones quieren avanzar en términos de flexibilidad, de precarización, de retiros “voluntarios” o despidos, como si esto fuera una fatalidad. También sería un medio para mostrar, en los hechos, de qué modo el mundo del trabajo, como sujeto hegemónico, es capaz de dar perspectivas a todas aquellas y todos aquellos que no tienen ni siquiera un CDI (contrato de trabajo de duración indeterminada, NdeT) y son arrojados como pañuelos descartables cuando finaliza su contrato o su cargo; pero también ofrecer perspectivas a esos miles de jóvenes de todos los suburbios de Francia, como las y los de Amiens-Nord el verano pasado que hicieron escuchar su voz contra este sistema basado en la explotación, la opresión y el racismo institucionalizado, pero no son capaces de llevar adelante su combate hasta el final, por la ausencia de una alternativa de clase.
Entonces sí, el anuncio del cierre del establecimiento de Amiens por Goodyear, en donde trabajan más de 1.200 obreros que desde hace casi seis años llevan adelante una lucha de resistencia y de preparación resuelta contra las maniobras de su dirección, podría transformarse en una “verdadera bomba social” para el gobierno, como titula la prensa hoy. Esto es lo mejor que se puede desear.
¡La cita es el 29 de enero frente al ministerio de Trabajo!
Si los estudiantes tienen que jugar un rol en este movimiento, las empresas en lucha tienen una responsabilidad muy especial para poner en pie el desafío, en un momento en que las confederaciones prefieren compartir la misma mesa de negociaciones de las contrarreformas con la patronal, inclusive firmar junto con el Medef (confederación patronal, NdeT) los peores retrocesos, como los acuerdos de “seguridad del empleo”.
“En el fondo, a la izquierda”: allí ocurría el encuentro este jueves. Por abajo, desde la izquierda, de este modo se va a construir la contraofensiva: en frente único, con diferentes siglas sindicales y políticas, obreras y estudiantiles, codo a codo. Nosotros debemos mostrar ahora que la iniciativa del 24 puede eternizarse y extenderse y que la convergencia y la coordinación pueden surgir realmente.
¡La cita es martes a las 14 hs, frente al ministerio de Trabajo, para dar una primera continuidad al éxito del encuentro del jueves!
25/01/13
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