El 30 de Enero de 1933 Hitler fue nombrado Canciller. Ochenta años después, el 1 de Febrero de 2013, más de 75 personas se reunieron en la sala Mehringhof en Berlin para participar de la charla con el eje “¿Cómo se podría haber detenido a los nazis?“. La invitación fue realizada por el Trotzki-Archiv, proyecto auspiciado por el grupo RIO, para presentar una nueva edición de ¿Y ahora? de Trotsky del año 1932.
En el panel participaron dos Profesores de Historia, Wolfgang Wippermann de la Universidad Libre de Berlin y Mario Kessler de la Universidad de Potsdam, así como tres militantes de organizaciones trotskistas, Sascha Stanicic de SAV (sección del CWI), Nick Brauns de MI y Wladek Flakin de RIO (sección simpatizante de la FT-CI).
Sus exposiciones giraron sobre las alternativas planteadas por Trotsky a la política de los partidos obreros más importantes de Alemania, el Partido Socialdemócrata y el Partido Comunista (SPD y KPD por sus siglas en alemán), quienes negaron cualquier tipo de cooperación contra la amenaza fascista y llevaron a la derrota sin lucha contra los nazis. Así también tuvo mucha importancia la política de Trotsky frente al peligro fascismo de hoy. Después de las intervenciones del panel, se produjo un intenso debate con el público.
En el transcurso de las tres horas que duró el debate fueron tocados muchos puntos, pero algunos se reiteraron: en relación al peligro fascista actual en Grecia, varios oradores subrayaron la necesidad de la autodefensa activa de los trabajadores, los inmigrantes y los jóvenes para frenar el ascenso del partido nazi "Amanecer Dorado". Del mismo modo, hubo un rechazo generalizado al proyecto promovido por el SPD de prohibir al ultraderechista Partido Nacionaldemócrata de Alemania (NPD). Nick Brauns, con citas de Trotsky, y Wolfgang Wippermann argumentaron que las prohibiciones del estado capitalista hacia organizaciones de derecha son solo un pretexto para intensificar la represión contra la izquierda y el movimiento obrero. Sin embargo, Sascha Stanicic opinó que si bien los revolucionarios no deben exigir la prohibición del NPD, tampoco deben desestimar si hay una campaña ya en curso.
La controversia prosiguió con la pregunta sobre si el movimiento obrero puede confiar en la policía para protegerse contra los ataques fascistas. El SPD en los años 30 confió en la policía “democrática” con los resultados conocidos. El camarada Stanicic mostró un folleto publicado por el bloque parlamentario del partido "Die Linke", "¿Qué hacer contra los extremistas de derecha?", en el cual, ante cada situación se recomienda llamar a la policía y nunca exhorta a desarrollar una actividad independiente. El camarada Brauns tomó esta posición en sorna planteando que ”teniendo en cuenta el gran número de nazis que trabajan para la inteligencia del estado, es ridículo llamar a un agente de policía para que impida a sus colegas que trabajan para el mismo estado que distribuyan materiales nazis!”. El camarada Flakin también citó a Trotsky en "¿Y ahora?": “El obrero, convertido en policía al servicio del Estado capitalista, es un policía burgués y no un obrero.” Desafortunadamente, no hubo discusión con los compañeros de SAV, quienes consideran a la policía como "trabajadores de uniforme" que el movimiento revolucionario debe ganar.
Por último, hubo un amplio consenso en que el fascismo no es un fenómeno aislado, sino que debe ser considerado como producto de la crisis capitalista. Por lo tanto, una seria estrategia antifascista tiene que estar vinculada con las demandas sociales de los trabajadores, para reunir fuerzas para la revolución socialista. En el aquí y ahora esto significa que se debe avanzar en la unidad de los antifascistas con las luchas de la clase obrera. Para ello también fue discutida la experiencia de las huelgas CFM (filial del Hospital Universitario de la Charite, el más grande de Europa) y la actual huelga en Neupack, que junto con la huelga de maestros de Berlín del 18 de Febrero, generaron mucho atractivo y amplia solidaridad. Militantes de RIO señalaron especialmente que la propuesta de Trotsky de un frente único de los trabajadores no es una política puramente defensiva: es un paso hacia la auto-organización de los trabajadores a construir sus propios órganos de poder en forma de consejos o soviets. Como dijo el camarada Flakin: “entonces se preguntaría ¿qué pasa con los recortes salariales, con el desempleo, con la escasez de vivienda? Trotsky dijo que, apenas el SPD y el KPD dieran el primer paso "tendréis el soviet de diputados obreros de Berlín!".
No podemos desarrollar en este informe todas las posiciones y controversias planteadas durante la jornada. Para un tratamiento más completo sobre la política de Trotsky, y su relevancia hoy en día, recomendamos dirigirse al prólogo de la nueva edición de ¿Y ahora? Agradecemos a todos los participantes y invitamos a participar, en el marco del "Trotzki-Archiv", en la divulgación del legado político de Trotsky.
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