La canciller Angela Merkel junto al FMI y el BCE han logrado imponer in extremis condiciones económicas draconianas y humillantes a la soberanía nacional de Chipre para que este evite una bancarrota, que lo hubiera alejado inmediatamente de la zona euro.
El plan es similar en su dureza al inicial que fue rechazado la semana pasada por los parlamentarios, con solo algunas modificaciones técnicas menores. A cambio de no tocar a los pequeños ahorristas, impone quitas aún por definir a los grandes depositantes (incluyendo muchos ricos rusos) y otros inversores e impone restricciones a los movimientos de capital. Las pérdidas van a ser sustanciales (a pesar que en las semanas previas al establecimiento del corralito aparentemente hubo una fuga importante de capitales al filtrarse los planes del Gobierno a los oligarcas rusos y locales). A su vez, y por primera vez desde el comienzo de la crisis de la moneda única a finales de 2009, los países del Eurogrupo han decidido no acudir en ayuda de una institución de crédito, con la decisión de liquidar el Laiki Bank, segundo banco de Chipre. El conjunto del sector bancario será reestructurado, poniendo fin al modelo de negocios de la isla. El acuerdo no requiere aprobación parlamentaria.
Aunque la nota Una nueva fase de la crisis del euro fue escrita antes de este acuerdo, cuando la incertidumbre rondaba sobre el destino de Chipre y de la eurozona, conserva su actualidad por los siguientes motivos económico-políticos:
1) El conjunto del programa de rescate y la austeridad asociada van a ser brutales. José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, ha alertando sobre un ‘shock económico’ en la región. Mucha gente perderá su trabajo y sus esfuerzos por tener una vida mejor serán nulos. Sus pensiones, ahorradas durante toda una vida, pueden correr la misma suerte que los depósitos, es decir, terminar siendo esquilmadas. Es el inicio de un largo calvario.
2) Rusia ha criticado duramente el acuerdo de rescate para Chipre: el primer ministro Dmitry Medvedev acusó a la UE directamente de robo. La televisión estatal rusa incluso comparó la confiscación a los inversionistas ricos - muchos de ellos de Rusia - a la expropiación de los judíos por la Alemania nazi. Aunque los lazos energéticos y comerciales entre la UE y Rusia son muy fuertes para romperse por lo sucedido en la isla, las relaciones entre ambos se han deteriorado.
3) Como anticipamos, Chipre es un punto de inflexión en un tratamiento más duro a los ahorristas y los países deudores. El mismo lunes 25/3, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha asegurado que la quita impuesta en Chipre ha sentado un precedente y que esto podría producirse también en otros países, lo que ha hecho caer a las bolsas europeas. Es que luego de Chipre, la confianza en el sistema bancario se ha deteriorado cualitativamente inclusive para los pequeños ahorristas
4) Aunque finalmente se llegó a un acuerdo, las duras negociaciones claramente muestran la creciente brecha entre los países acreedores del norte de Europa y los países deudores del sur del continente, entre los cuales las diferencias políticas pronto podrían transformarse en más peligrosas que la crisis monetaria, amenazando abiertamente las bases políticas de la eurozona.
5) Por último, en Chipre mismo, como consecuencia de la debilidad en que ha quedado el gobierno y de su falta de mayoría en el parlamento para aplicar el conjunto del programa, la situación es muy incierta y todo dependerá de cómo se aplique el rescate y del “nivel de consenso social” y respuesta de la población, todavía shockeada por las medidas y la humillación sufrida por el país por las grandes potencia europeas, avaladas por su gobierno. En otras palabras, ¿la amenaza de una salida de Chipre de la zona euro se ha evitado o solo pospuesto?
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