Próximo ya a viajar quería transmitir las principales ideas que nos motivan a este viaje militante internacionalista que tiene que ver con esta concepción que tenemos nosotros de que nuestra clase obrera no tiene fronteras, con que la crisis es internacional y que hace falta una respuesta obrera.
Lo que está en discusión es quién paga los costos de una crisis que ya lleva años y hay una resolución por parte de los gobiernos y los grandes empresarios que es descargarla sobre los hombros de los trabajadores y trabajadoras y nuestras familias destruyendo miles, millones de puestos de empleo en muchos lugares del mundo. Los capitalistas cuando ya el negocio no les es rentable directamente levantan y se van, o cierran o trasladan sus empresas a otros lugares y dejan terribles desastres en las localidades, en los pueblos, comunidades y quienes sufren los efectos de la crisis son los trabajadores y sus familias y el pueblo pobre.
Por eso nos parece importante transmitir una experiencia de lucha que se dio en los acontecimientos del 2001 en Argentina, que fuimos parte de un fenómeno de resistencia a la pérdida de puestos de trabajo. Y ante la discusión de qué hacer ante los cierres y la destrucción de puestos de trabajo surgían variantes: había sectores de funcionarios sindicales que nos planteaban que había que pelear por indemnizaciones, pelear por mejores indemnizaciones; otros sectores nos decían de ver la forma de mantenernos con subsidios y pelear hacia delante algún tipo de salida diferente. Y en nuestro caso apelamos a la acción directa, dijimos no puede ser. Los lugares de trabajo son nuestros, nos pertenecen, acá está nuestra vida y entonces directamente lo ocupamos y lo pusimos a producir nosotros.
De esa manera no solo dimos una salida para el conjunto de los obreros, y nuestras familias, que estábamos ahí sino para el conjunto de la comunidad que vio con simpatía cómo los trabajadores no permitíamos hacer de nuestra fábrica galpones vacíos; no permitíamos que el capitalista simplemente levante las cosas y se vaya después de habernos explotado y haberse llevado mucha ganancia de esos lugares; y que vio a los trabajadores como una alternativa a esa crisis capitalista.
Nosotros no solamente mantuvimos los puestos de trabajo sino que los duplicamos haciendo ingresar a nuestra fábrica compañeros y compañeras desocupadas de distintos movimientos. Y eso para sectores importantes de la comunidad significó también más puestos de trabajo: gente que fabricaba las cajas, gente que trabajaba en el transporte y hasta pequeños comerciantes que veían que ellos podían seguir comprando y vendiendo lo que los trabajadores producíamos. O sea que, de alguna manera, se generaba esto de que los trabajadores dando una respuesta concreta a la crisis, no solamente la dábamos para los que estábamos al interior de la fábrica sino para el conjunto de la comunidad. Entonces, se transformó en algo profundo.
Para nosotros cuando esta situación se genera generalmente los gobiernos, la burocracia e incluso muchas organizaciones que se dicen defensoras de los trabajadores, te presentan todas las leyes que hay pero las leyes están hechas para el burgués, las leyes están hechas para el patrón; las leyes están hechas para garantizar las ganancias de los capitalistas y a los trabajadores en estos casos no nos sirven, no nos representan, no nos dan una salida. Por eso una cosa son las normas legales y otra cosa es la justicia, y otra cosa es lo justo. Y otra cosa, digamos, son las necesidades que tenemos. Entonces nosotros apelamos a la legitimidad que tenía nuestro reclamo, a la justeza de nuestro reclamo. Si tuvimos que pasar por encima de los estatutos del sindicato, lo hicimos. Si tuvimos que pasar por encima de leyes formales que le garantizaban la ganancia a los capitalistas, también lo tuvimos que hacer. Por eso la lucha de los trabajadores y trabajadoras en la defensa de los puestos de trabajo tiene que pensarse también en alianza con otros sectores que están en conflicto pertenezcan a nuestro sindicato o no; pertenezcan a nuestra rama de la industria o no; estén sindicalizados o no. Yo creo que, en este sentido, en la experiencia de Zanon fue muy importante la coordinación que hicimos con sectores en lucha, con estudiantes, con obreros de otras fábricas, con desocupados. Fuimos estrechando lazos con nuestros pueblos originarios que también peleaban contra la explotación y peleaban por su territorio. De alguna manera se hizo una alianza obrera y popular muy importante que centralizada en nuestra fábrica condensaba y reunía diferentes sectores con una bandera compartida que era la defensa de los puestos de trabajo pero una bandera grande que nos unía que era que la crisis la paguen los capitalistas. Basta de descargar la crisis sobre nosotros.
Yo quiero transmitir que esto es posible y no sólo que es posible sino que es necesario, que no hay salidas intermedias. No hay forma que una sola fábrica en medio de semejante crisis capitalista, que despide y echa trabajadores a la calle en forma permanente pueda haber una salida individual. Por ejemplo, uno puede ocupar su fábrica y ponerla a producir pero si el mercado capitalista está generando más desocupación nadie te va a comprar un cerámico, nadie va a comprar tu producción, justamente porque lo que se va generando es más miseria. La ocupación y la puesta en producción también tiene que ver con dar un horizonte mucho más profundo, que la lucha es mucho más amplia. Y necesariamente tiene que darse en unidad.
Primero, los lugares de trabajo son nuestros lugares. No podemos regalarlos, no podemos permitir que nuestros lugares de trabajo se conviertan en galpones vacíos.
En segundo lugar, para esto, la unidad con los otros sectores en lucha. Coordinación de los lugares que estamos en pelea. Y esto es trascender las fronteras del sindicato. Trascender la frontera de su propia justicia, de la justicia de los capitalistas es muy importante tenerlo presente.
Nosotros tenemos que ir por lo que nos corresponde, por lo que nos pertenece. Tenemos que ir por lo justo, lo necesario. En este sentido, no tenemos que detenernos ante las formalidades, ante los papeles o las cuestiones formales que nos quieren imponer.
Esto es lo que queremos trasmitir esencialmente y trasmitir la experiencia de una fábrica bajo control obrero desde hace 10 años como es Zanon, que resistió en este mercado capitalista comprando y vendiendo pero que sobre todo es una fábrica militante. Una fábrica que busca la alianza permanente, que busca generar una corriente política, sindical y agrupacional con distintos trabajadores y trabajadoras para transmitir la confianza en las propias fuerzas. Los trabajadores somos los que movemos el mundo. Somos los que cuando hacemos huelgas generales, lo podemos paralizar. Pero también somos quienes frente a la crisis podemos poner en marcha la fábrica bajo gestión obrera junto a la comunidad y pelear por un horizonte verdaderamente más profundo que es terminar con este sistema capitalista de explotación y de opresión.
El FIT y la banca obrera y socialista
A 11 años de nuestra lucha desde que resistimos en la puerta de la fábrica, desde que la ocupamos, desde que la pusimos a producir, también como parte de nuestro trabajo militante fue tratar de generar la conciencia de que los trabajadores tenemos que confiar en nuestras propias fuerzas y desde ese punto de vista intervinimos electoralmente a partir de plenarios que hicimos en distintas fábricas pero también con los compañeros de la Agrupación Marrón en Zanon que somos los que conducimos el sindicato desde hace 10 años, la necesidad de participar en el terreno electoral y ser parte del Frente de Izquierda y de los Trabajadores en la Argentina y en la provincia de Neuquén encabezando como diputados obreros. Desde este punto de vista conquistamos una banca obrera y socialista donde fuimos dos obreros de Zanon los que rotamos en nuestro puesto. Este año estoy yo al frente de la banca obrera y socialista por el Partido de Trabajadores Socialista pero también como parte de la banca obrera porque de alguna manera fue una referencia para miles de trabajadores la experiencia de Zanon, la experiencia de la independencia de clase y la experiencia de dar la pelea también en el terreno político. Por eso hoy ponemos la banca al servicio de la lucha y también queremos poner la banca al servicio de los compañeros que luchan en todo el mundo y humildemente queremos ponerla a disposición de forma militante.
Quiero decir que ahora viajo como obrero de Zanon, viajo como diputado obrero y socialista de la banca y también viajo con el aval de la asamblea de los trabajadores y trabajadoras de Zanon que me han mandatado para trasladar un saludo a cada uno de los compañeros y compañeras en lucha, trasmitiendo este mensaje: que los trabajadores tenemos que tomar el destino en nuestras manos y que podemos hacerlo y que tenemos que hacerlo. Es el saludo de solidaridad de los obreros y obreras ceramistas que desde hace 10 años mantienen y resisten con el control obrero de la fábrica, produciendo y multiplicando los puestos de trabajo. Es un mensaje de lucha, es un mensaje de solidaridad y sobre todo un mensaje de confianza en la propias fuerzas, que los trabajadores somos la única clase que puede dar una salida progresiva a esta crisis capitalista.
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SUPLEMENTO ESPECIAL DE CONTRACORRIENTE
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Un ejemplo de lucha obrera contra la crisis capitalista y el paro
“La lucha de Zanon fue una respuesta clasista frente a la crisis capitalista en Argentina, que llevó en esos años al cierre de casi 2 mil fábricas. Nuestra experiencia muestra en pequeña escala que los trabajadores somos capaces de dar una salida obrera y popular ante los cierres de empresas, ante la desocupación. Que la crisis la paguen los capitalistas.” (Raúl Godoy, referente emblemático de Zanon bajo Gestión Obrera)
Desde el año 2001, los trabajadores de una fábrica de baldosas en la Argentina, marcan un camino. En ese entonces, en medio de una grave crisis económica, con más de 25% de paro y cierre de empresas, ocuparon su fábrica y la pusieron a producir. La gestión obrera abrió centenares de nuevos puestos de trabajo, distribuidos democráticamente entre organizaciones de parados de la región. Zanon fue una escuela de planificación obrera, organizando la producción con delegados por sectores de producción y asambleas. Desde allí impulsaron la coordinación con otros trabajadores en lucha, bajo el lema “si tocan a uno, tocan a todos”, y lograron lazos de solidaridad con estudiantes, pueblos originarios mapuches, artistas y la juventud. La campaña de los trabajadores por la expropiación y nacionalización bajo control obrero, para poner la fábrica “al servicio de la comunidad” fue calando hondo entre la población. Se realizaron masivos conciertos dentro la fábrica (Desde SKA-P a Manu Chao). Y transformaron los estatutos del Sindicato (SOECN), estableciendo que los dirigentes deben rotar en sus puestos y volver a trabajar con sus compañeros. En 11 años la lucha fue durísima. Por fin en el año 2009, se logró la expropiación de la fábrica y su entrega a los trabajadores, y continúa la lucha por la nacionalización bajo gestión obrera.
La lucha de Zanón demuestra que SÍ SE PUEDE lograr una salida obrera contra los cierres de empresa, EREs y el desempleo que ya supera los 6 millones en el Estado español.
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