La clase obrera, que demostró su fuerza en las calles, debe aglutinar a sus aliados para preparar la victoria y fundar su Instrumento Político
Las jornadas de mayo de la COB, que analizamos en las páginas de este Palabra Obrera, cambiaron el mapa político boliviano. Evo Morales ya no cuenta con el apoyo de la clase trabajadora que, en su mayoría, acaba de realizar una experiencia política con su gobierno que los atacó con saña antiobrera y represión. Le gustaría a Evo y García Linera polarizar el escenario político con la derecha (maltrecha) de Doria Medina y consortes, pero no puede porque entre todos no hacen uno que pudiera desafiarle el poder. Les gustaría que “la opinión pública” clasemediera les crea que los mineros y la COB “son golpistas” manejados “por una pandilla de trotskistas”, pero no le creen, porque ahí está la historia para determinar cual fue la clase y los partidos que lucharon y derrotaron a todas las dictaduras militares en Bolivia. Les gustaría que cale el discurso contra “los dirigentes privilegiados”, pero no les resulta porque en la propia asamblea de Huanuni son las bases las que determinaron rebajar el sueldo de los dirigentes a no más de 10 mil Bs y son las asambleas de los trabajadores las que van a decidir el curso de la lucha.
Ha surgido la oposición obrera al gobierno de Evo Morales. Por eso el aparato del MAS puja por dividir la COB, promocionando “otra COB” sin asalariados, intentando separar a los campesinos pobres en oposición a la masa trabajadora. También en el movimiento estudiantil, el aparato masista promueve la división contra aquellas federaciones, como la FUL de Cochabamba, que acudieron en apoyo a las medidas de la COB. ¡Tanta inquina contra las organizaciones de lucha de los obreros y el pueblo, tanto gasto estatal para “movilizar” con su aparato a las organizaciones campesinas que han sido instrumentalizadas por el Estado tienen una razón! Cada vez menos los discursos gubernamentales son maquillados con “antiimperialismo”: desde las jornadas de mayo de la COB, Evo y García Linera han gastado palabras y recursos millonarios contra el nuevo “enemigo público Nro 1” del Estado Plurinacional: la lucha de la clase trabajadora por sus legítimas demandas insatisfechas.
El argumento oficial sobre la Ley de Pensiones no se sostiene, más que para los levantamanos del poder. La supuesta falta de recursos son desmentidas cada día.
“Las ventas totales de gas natural al exterior, hasta el mes de abril, alcanzaron a $us 1.972 millones, monto que supera en 26.3% a igual periodo del año pasado cuando sólo se contabilizaron $us 1.561 millones por este mismo concepto”, según datos preliminares del Instituto Nacional de Estadística (INE). Para colmo, las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) siguen obteniendo jugosas ganancias bajo “el proceso de cambio”. Según datos de la Asociación Internacional de Organismos de Supervisión de Pensiones (AIOS), en 2009 las AFP en Bolivia obtuvieron ingresos de 41 dólares por aportante por concepto de comisión (más de una Renta “Dignidad” de 250 bs sacan estos estafadores por cada futuro jubilado). Si multiplicamos esto por todos los aportantes efectivos (un 45% de los 1.5 millones de afiliados) solo en 2011 y 2012, acumularon cerca de 118 millones de dólares, a los que se agregan 49 millones que rinde este capital. La expropiación de las AFP, algo que ni siquiera planteó la dirección de la COB, sería una medida elemental de un gobierno que se diga “anti-neoliberal” (ya que no es una gran medida revolucionaria, ni mucho menos, dado que fue adoptada hasta por el gobierno de Cristina Kirchner en Argentina) ¡Estos banqueros y especuladores de las AFP son los privilegiados de Bolivia junto a las transnacionales petroleras y los empresarios de la soya! Pero Evo y Linera dejaron claro que esos privilegios no se tocan en “el proceso de cambio”. Este gobierno, aunque despotrica contra el empresario Doria Medina, sin embargo resguarda las ganancias de la clase social de los Doria Medina. Y, se sabe, si no pagan los ricos, pagamos los trabajadores y el pueblo.
Pero, como dijimos en el anterior número de Palabra Obrera, la dirección de la COB no tuvo un programa para vencer. Para doblegar al gobierno se necesita que la clase obrera dispute la base de apoyo que el MAS conserva en capas del campesinado y cuentapropistas. Es decir, un curso de acción consecuente para que paguen los empresarios con altos impuestos que posibiliten una renta digna para todos. La manera de impedir que los campesinos pobres sean utilizados como base de maniobra del Estado y ganarlos para la causa obrera y popular, es levantar, a costa de los capitalistas, la demanda de una Renta Universal para todos, campesinos y cuentapropistas, de al menos 1200 bs (el salario mínimo fijado por el oficialismo) para superar la miseria de la llamada “renta dignidad” que no es digna de ninguna manera. En esa lucha se debe forjar la unidad de obreros, campesinos pobres y cuentapropistas, y el poder hegemónico de la clase trabajadora acaudillando a todos los explotados de Bolivia contra los explotadores de la clase dominante. La declaración de las organizaciones de los pueblos del TIPNIS a favor de la huelga de la COB en medio de la lucha ha sido un gran hecho político en ese sentido de unidad de los explotados, pero fue completamente subestimada por la dirección cobista (que ya se hizo la distraída en las grandes marchas contra las carreteras).
No es posible triunfar si no se superan las anteojeras sindicalistas y corporativas de los dirigentes burocráticos de la COB. Por eso los límites de esta primera parte de la lucha, reafirman la necesidad del Partido de Trabajadores. El PT fue el “otro enemigo” declarado en los discursos de Evo Morales, García Linera y sus ministros que lo pusieron en la escena nacional. La dirección de la COB cedió a la presión de los oficialistas y no defendió al PT votado por 1300 delegados en Huanuni. El gobierno teme a una dirección política de la clase obrera en colaboración con la COB y en especial con sus organismos de base y asambleas. Un partido de militantes con conciencia de clase que no se achique ante el enemigo y sepa reunir a sus aliados por objetivos comunes para vencer en la lucha en las calles, así como también saber utilizar la tribuna parlamentaria para ese objetivo estratégico.
El Partido de Trabajadores que va a tener su segundo Congreso en Oruro el próximo 28 y 29 de junio es el mejor antídoto contra la demagogia de este gobierno y la mejor forma de superar el aislamiento obrero con respecto a las masas de campesinos, levantando las demandas para el conjunto de las masas desposeídas de toda Bolivia en la perspectiva de un gobierno obrero en alianza con los campesinos, pueblos originarios y pobres, como está inscripto en el programa fundacional del 1er Congreso de Huanuni.
--------------------------------------------------------------------------------------
Una nueva perspectiva internacionalista
Desde que se impuso la contrarrevolución neoliberal (una verdadera restauración capitalista), hace 30 años estamos sometidos a una campaña ideológica para señalar que la clase trabajadora nunca podrá volver a protagonizar jornadas históricas como la Comuna de Paris, la Revolución Rusa de 1917 o la gran revolución de 1952 en Bolivia. Las jornadas de mayo de más de 15 días de huelga general de la COB boliviana muestran, por el contrario, una recomposición de la clase obrera que vuelve a postularse como articulador de todos los explotados y oprimidos que se enfrenten a los gobiernos capitalistas. Esta recomposición de la clase trabajadora, que acaba de tener un hito en Bolivia, es internacional. Se expresa también en el continente Europeo con grandes huelgas generales contra el intento descargar la crisis sobre los trabajadores, en el creciente emerger del nuevo proletariado del “pulmón del capitalismo” en China y en Asia, en el inicio de ruptura de los trabajadores de Argentina con el gobierno peronista, en las presentes luchas de los trabajadores estatales de Perú y las renovadas fuerzas de las huelgas de los obreros del pescado en Chile.
Hay que prepararse en la perspectiva de grandes convulsiones sociales alimentadas por la crisis capitalistas mundial organizando las fuerzas concientes de la lucha anticapitalista, tanto en los sindicatos como en el movimiento estudiantil para crear fuerzas afines a la clase obrera y convocando a la unidad a todos los movimientos sociales de los oprimidos, populares, ecologistas, feministas, a hermanarse en una causa común para terminar con este sistema decadente junto a la clase trabajadora en todos los países.
|