Por Brayan Brenes, LRS
El martes 25/6 se desarrolló en Costa Rica la jornada nacional de protesta contra la corrupción y el gobierno de Laura Chinchilla, donde trabajadores, estudiantes, campesinos pobres, organizaciones comunitarias y artísticas hicieron sentir su repudio contra quien se ha convertido en la peor mandataria de toda Latinoamérica.
En todo el país los servicios de educación, salud, la carga y descarga en los muelles fueron paralizados total o parcialmente por las protestas. En San José miles de trabajadores se concentraron en la Fuente de la Hispanidad y luego marcharon hasta el Congreso, provocando grandes congestionamientos en diferentes vías. También lo hicieron desde el hospital México en la Uruca y la Avenida Segunda, mientras que los estudiantes de la Universidad de Costa Rica hicieron un bloqueo por más de cinco horas a la altura de la entrada de la Facultad de Derecho. En el puerto de Limón, por donde se realiza más del 80% del comercio exterior, los trabajadores cerraron los muelles y bloquearon la ruta 32 que une la capital con las comunidades del Caribe. La misma dinámica de bloqueos y movilizaciones se vivió en otros sitios como Grecia, San Ramón, Upala, Palmares, Ciudad Quesada; Siquirres y Guápiles en Limón; así como en Buenos Aires, Palmar Norte, El Roble y el centro de Puntarenas; así como en Turrialba y Cartago.
Los motores de la protesta
Los trabajadores y el pueblo pobre de Costa Rica hemos sido atacados reiteradamente por el peor gobierno que se haya tenido en décadas, vinculado con decenas de “chorizos” así como al robo descarado de los recursos públicos que todos aportamos por medio de nuestro trabajo e impuestos. El país literalmente se cae a pedazos (como se puede apreciar claramente con el estado de puentes y carreteras que no reciben inversión estructural hace más de 50 años!!) y las obras públicas se conceden a grandes monopolios inmobiliarios extranjeros, con grandes ganancias para sus “socios” nacionales en el gobierno. Nuestra salud es privatizada a pesar de las cotizaciones mensuales multimillonarias realizadas por los trabajadores. La educación pública pretende ser entregada a las manos del Banco Mundial, como lo prueba el innecesario préstamo por 200 millones de dólares concedido por ese ente; y la casta política que nos dirige busca entregar nuestros puertos a grandes transnacionales como la holandesa APM Terminals, que pretende apoderarse de la carga y descarga de mercaderías en el principal puerto del país.
En Costa Rica estamos hartos de la Presidenta y su pandilla de ladrones, que gobiernan el país para sus propios negocios al mismo tiempo que ganan salarios millonarios, al mismo tiempo que han resultado envueltos en casi todo tipo de casos corrupción: desde robos en la construcción de “Trochas” y autopistas (OAS) y políticos que no pagan impuestos; hasta relaciones con el narcotráfico, el tráfico de órganos y la propia destrucción generalizada de la salud, la educación y los servicios públicos.
A pesar de no haber tenido una demanda central única, la protesta de este 25 de junio es una muestra contundente de la tensión social estructural que se ha venido acumulando contra la mafia de políticos burgueses que nos gobierna y que a diario arruina la situación del país.
La acción que protagonizamos miles de trabajadores, estudiantes, etc., no busca ningún tipo de “diálogo” con la Presidenta en su último año de administración, sino que más bien debe ser el primer paso para poner en pie una coordinadora nacional de organizaciones obreras y populares que centralice y potencie todos los descontentos, que unifique todas las luchas y que sirva para prepararnos frente a la inminente apertura de nuevos casos de corrupción en darle punto final a este gobierno de Chinchilla.
Solo de esta manera será posible frenar el proceso acelerado de privatización de la salud, la educación y los servicios públicos, imponer la cárcel para todo político involucrado en casos corrupción, juicio y castigo para los asesinos de ambientalista Jairo Mora, acabar con la represión estatal y los sicarios al servicio del poder que buscan doblegarnos; hasta la anulación de las concesiones de obra pública a los monopolios inmobiliarios, la anulación de la Ley del Salario Único o la Ley Procesal Laboral que golpea gravemente el derecho a huelga de los trabajadores. Todos motivos que nos impulsaron a movilizarnos este 25/6.
Semejante plan es el único que puede darle una salida progresiva a la destrucción acelerada de Costa Rica, así como prepararnos para enfrentar el reinicio de una crisis capitalista que ya se expresa en cientos de despidos y ataques en contra de los trabajadores.
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