Toda la campaña mediática y del Gobierno contra el maquinista sólo busca exculpar de toda responsabilidad a las autoridades políticas y de las empresas concesionarias. Se quiere salvar la imagen de un modelo ferroviario privatizador, donde la ganancia está por delante de todo, también de la seguridad.
Las duras imágenes que abren los telediarios en este final del mes de julio no pueden dejar indiferente a nadie. El accidente del Alvia Madrid-Santiago de Compostela el pasado 24 de julio ha dejado un saldo provisional de 78 muertos y más de 35 heridos muy graves, así como un largo centenar más de diversa consideración. Se trata de la mayor tragedia ferroviaria en más de tres décadas en el Estado español. Desde Clase contra Clase manifestamos nuestro pesar y solidaridad con las victimas, sus familiares y amigos.
Una catástrofe de la que será necesario esclarecer sus verdaderas causas, a fin de poder castigar a los responsables y evitar que se puedan repetir hechos como estos en el futuro. Es por ello que no podemos más que sentir repulsa por los intentos del Gobierno y los principales medios de comunicación de intentar establecer a priori unas causas y un responsable de todo lo ocurrido, que excluyen toda responsabilidad a las autoridades políticas y ferroviarias responsables de la seguridad en el transporte ferroviario.
La reacción de solidaridad desatada entre los habitantes de la zona, atendiendo a los heridos, donando sangre... y muchos trabajadores, como los bomberos de la provincia que levantaron la huelga para ir de inmediato a socorrer las víctimas, fue inmediata y muy potente. Los trabajadores y sectores populares reaccionaban así, poniéndose a la cabeza de la solidaridad.
El Gobierno gallego y español también salieron a manifestar su pesar. Hicieron lo mismo el resto de instituciones y partidos del Parlamento. Todos respaldando sin fisuras a Feijó, Rajoy y Ana Pastor. Por otra parte los medios de comunicación en apenas unas horas ya resolvieron cuales eran las causas del accidente y encontraron un culpable indiscutible. El veredicto de toda esta campaña no podía ser otro que la total inocencia del Ministerio de Fomento, las empresas concesionarias y el resto de los responsables políticos. El culpable... es más, el único y absoluto culpable.... el maquinista.
Toda una reacción también inmediata, pero con unos fines que poco tienen que ver con los de la reacción popular. De lo que se trataba para ellos era de dejar impoluta la imagen del Gobierno, su modelo ferroviario basado en una creciente privatización, que pone por delante de todo la ganancia, también por delante de la seguridad... y también la imagen de las grandes empresas multinacionales que se vienen beneficiando de este modelo, como la misma ACS constructora del AVE Madrid-Ferrol por cierto una de las empresas acusadas de ser parte de los donantes de la caja B de Bárcenas.
Una “versión oficial” que se reproduce con mayor o menor intensidad en casi toda la prensa burguesa. Desde el vergonzante ABC que habla de la afición del maquinista por la velocidad -por haber manifestado que le gustaba su trabajo, conducir trenes que superan los 200km/hora- , hasta El Pais que daba a las primeras palabras del maquinista aún aturdido por el accidente el papel de prueba irrefutable. Sorprende que estos “prestigiosos” periodistas no se hayan planteado ni mínimamente la posibilidad de que los sistemas de seguridad pudieran no haber funcionado, no ser los más aptos para la alta velocidad o que hubiera errores de trazado de la ruta.
Ninguno ha esperado al resultado de las comisiones judiciales, de lo que diga la caja negra... y en parte es normal. Como ya pasara con otros accidentes como el del Metro de Valencia de 2006, las conclusiones de todas estas investigaciones directamente controladas por el Gobierno y las autoridades ferroviarias están escritas de antemano. No tendrán más que poner “fundamentos técnicos” a una “versión oficial” cocinada al gusto del Estado y vendida durante semanas por los grandes medios de comunicación.
Las voces de numerosos expertos ferroviarios independientes y algunos trabajadores del ferrocarril -aquellos que se atreven a abrir la boca en medio de una campaña mediática de linchamiento al maquinista- que hablan de los más que probables fallos del sistema seguridad son sistemáticamente silenciadas. Lo cierto es que en la alta velocidad hay sistemas de frenado automático como el ERMTS en caso de error humano. El trazado de esta línea lo tiene, pero... no así en este tramo, que además tiene una de las curvas más peligrosas de toda la red de alta velocidad española. Aqui el tren pasa a un trazado que data del Franquismo y con un sistema de seguridad más antiguo, el ASFA, utilizado desde los años 70. Aún así muchos expertos consideran que aún con el ASFA no se puede explicar el accidente sólo basándose en un descuido del maquinista, que este sistema también está dotado de mecanismo para evitar que el convoy llegase a descarrilar.
Según fuentes del Sindicato Ferroviario-Intersindical citadas por el diario vasco Gara "Es un trazado antiguo, de vía convencional, que no está preparado para que circule por él un tren de alta velocidad, sobre todo, en una curva tan cerrada. El maquinista se ve obligado a frenar de forma brusca, cuando viene de una velocidad media de 250 kilómetros por hora y, en cuestión de segundos, debe pasar a 80». Para Juan Jesús García Fraile del sindicato de maquinistas SEMAF "Lo ideal es que se hubiera terminado la construcción de la línea -de alta velocidad- en Santiago de Compostela y no cuatro kilómetros antes". Un posible error de trazado, responsabilidad del Fomento y sus amigos de ACS, ha podido ayudar bastante a que se produzca la tragedia. Lo mismo puede decirse de no tener en marcha el sistema ERMTS, según el mismo Fraile de haber estado instalado el accidente "no hubiera ocurrido".
Este tipo de medidas de seguridad son elementales en el transporte ferroviario y más en la alta velocidad, pues la vida de 200 o 300 personas no puede depender de que el maquinista pueda dormirse, despistarse, desmayarse o sufrir un infarto. Los errores humanos, como el que podría haber cometido el maquinista, existen. Pero por ello mismo hay sistemas de seguridad automatizados para corregirlos.
Lo cierto es que en el caso de que el tren entrase por encima de la velocidad permitida en la curva, el sistema ASFA no funcionó. ¿Un error fortuito? ¿Por falta de mantenimiento? ¿Porqué en un punto de tanta peligrosidad en el que el tren pasa de una recta donde alcanza los 250km/h a una curva muy cerrada no se habían instalado sistemas aún más avanzados que el ASFA, como el ERTMS? Desgraciadamente va a ser difícil dar respuesta a estas preguntas. Las investigaciones policiales y judiciales, así como otras que puedan surgir del Parlamento gallego o español, no van a querer arrojar luz sobre estas cuestiones. En cuenta de ello preferirán seguir culpando de las consecuencias de una posible falta de inversión en mantenimiento o de un “ahorro” excesivo en las medidas de seguridad de una línea con ni dos años de antigüedad, a un trabajador, en este caso el maquinista. Una manera despreciable de querer seguir impalantando un modelo de ferrocarril cada vez más privatizado, caro e insostenible.
Por todo ello creemos que es necesario exigir una comisión de investigación verdaderamente independiente, formada por representantes de las victimas y familiares, por asociaciones de usuarios del ferrocarril y de los sindicatos de trabajadores ferroviarios, que lleguen hasta el final de las causas y responsabilidades políticas del accidente. Sólo una comisión así, formada por los verdaderamente interesados por que viajar en ferrocarril sea seguro, podrá llegar hasta la verdad, y sacar a la luz las consecuencias de un modelo de ferrocarril que pone las ganacias de un puñado de empresas por encima de la seguirdad, el acceso de los trabajadores y sectores populares a este medio de transporte y las condiciones laborales de sus trabajadores.
¡¡Todo nuestro apoyo a las víctimas, familiares y amigos del Alvia Madrid-Santiago!!
¡¡Por una comisión de investigación de victimas, familiares, usuarios y trabajadores ferroviarios!!
¡¡Por la depuración de todas las responsabilidades política!!
¡¡Por un ferrocarril público, de calidad y seguro!!
|