La campaña electoral entra en su última fase. Ya está en curso el período de campaña “oficial” y el miércoles comienzan a salir los spots en los espacios gratuitos de radio y televisión. El gobierno se sabe perdedor en los principales distritos electorales del país. En Provincia de Buenos Aires hoy por hoy se considera satisfecho si el Frente Renovador de Sergio Massa no amplía demasiado la ventaja de algo más de un 5% que obtuvo en las primarias, partiendo que el Intendente de Tigre es probable que coseche parte de los votos de quienes el 11 de agosto apoyaron a Francisco De Narváez. Para tratar de frenar el “éxodo” de intendentes y punteros hacia el “massismo” el gobierno les ha dado a estos la “manija” de la campaña y ha hecho propia la agenda derechista del candidato mimado de Clarín y la Embajada yanky. De hecho, lo que se ve es una suerte de “gran acuerdo nacional” en planteos entreguistas y represivos: acuerdo con Chevron y Dow Chemical para explotar Vaca Muerta, apertura del canje de la deuda a los “fondos buitres”, política derechista para la “seguridad”… Por si a alguien le quedaban dudas, Cristina Fernández se hizo fotografiar junto a Alejandro Granados, el “facho” que puso Scioli al frente del Ministerio de Seguridad de la Provincia, mostrando que la criminalización de la juventud y el aumento al poder de las mafias policiales es “política de estado”. Se acabó el verso de quienes decían que votaban al gobierno para “frenar a la derecha”. Hoy el kirchnerismo coincide con sus opositores en el impulso a políticas claramente derechistas. Pero el oficialismo no está solo en este giro. Hermes Binner, del Partido “Socialista”, achacó la pobreza en Santa Fe a quienes van a vivir a Rosario desde las provincias del nordeste y de países limítrofes, como si la miseria no fuera compartida con miles de “nacidos y criados” en la Chicago argentina gracias a las políticas del gobierno nacional y provincial. Parecía Macri.
Las coincidencias no son casuales. Oficialismo y oposición patronal, representan los intereses de los grandes empresarios. La clase capitalista presiona cada vez más para que las contradicciones que acumula el “modelo” (inflación, cepo cambiario, déficit fiscal y deuda externa) sean cargadas sobre las espaldas de los trabajadores. Quieren que la crisis la paguemos con ajuste.
En estas elecciones la única oposición a estos planteos derechistas es el Frente de Izquierda y de los Trabajadores. Somos los que contra el saqueo y la entrega planteamos la nacionalización integral del petróleo y el gas bajo gestión de trabajadores y técnicos. Los que decimos que hay que dejar de ser “pagadores seriales” y cortar con la sangría de los pagos de una deuda que ya pagamos varias veces. Los que enfrentamos la política de “mano dura” llamando a terminar con las mafias policiales y sus protectores políticos y policiales, y a garantizar a la juventud trabajo con salarios mínimos equivalentes al costo de la canasta familiar y acceso efectivo a la educación. Los que denunciamos la precarización laboral en todas sus formas y a los burócratas sindicales que una y otra vez venden a los trabajadores. Los que decimos que frente a la inflación hay que actualizar mensualmente los salarios. Los que luchamos por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, sin arrodillarnos ante una Iglesia protectora de curas abusadores como Grassi. Los que apoyamos a los estudiantes secundarios que luchan por la defensa de la educación pública contra los ataques concertados del macrismo y el gobierno nacional. Los que decimos que hay que terminar con las privatizadas y estatizar bajo gestión de los trabajadores y control de los usuarios los trenes y los subtes. Los que planteamos terminar con la dominación imperialista y sus socios capitalistas locales para luchar por un gobierno de los trabajadores y el pueblo impuesto mediante la movilización de la clase obrera y el conjunto de los oprimidos.
Por esta perspectiva, el 11 de agosto obtuvimos casi un millón de votos en todo el país, lo que nos coloca ante la posibilidad de pelear por conseguir diputados al parlamento nacional y en varias legislaturas locales, así como concejales en municipios de distintas provincias. Esta perspectiva trata hasta el momento de ser disimulada por la prensa de alcance nacional. En Provincia de Buenos Aires estamos cerca de obtener dos diputados nacionales (Néstor Pitrola del PO y Myriam Bregman del PTS), así como de una banca en la legislatura bonaerense en la lista que me ha tocado encabezar por la Tercera Sección electoral, que agrupa 19 municipios. Disputamos también la posibilidad de lograr concejales en varios municipios, empezando por Bahía Blanca y La Plata. En Mendoza las encuestas muestran un gran crecimiento en la intención de voto de nuestro compañero del PTS Nicolás Del Caño (algunas le dan cifras mayores al 14%), que lo coloca peleando el quinto diputado nacional con la UCR y el Frente Para la Victoria. También podemos obtener puestos en la legislatura local y en varios municipios. En Ciudad de Buenos Aires, peleamos por la entrada al parlamento nacional de la lista que encabeza Jorge Altamira (PO) como a la legislatura local por parte de Marcelo Ramal (PO) y Patricio delCorro (PTS). En Córdoba, por la entrada de Liliana Olivero (IS) como diputada nacional. En Salta de Pablo López (PO). En Jujuy, nos proponemos repetir y ampliar la gran votación que ya realizamos en la lista a diputados nacionales encabezada por Alejandro Vilca (PTS), peleando por lograr por primera vez un diputado obrero en la legislatura local. En Neuquén, donde la banca del Frente de Izquierda que ocupa Raúl Godoy, referente de los obreros de Zanon y dirigente del PTS fue parte central de la lucha contra la entrega a Chevron, es posible que también logremos un resultado histórico para la izquierda local, aún superior al que sacamos en las primarias, algo que nos proponemos en el conjunto de los distritos donde nos presentamos.
Cada banca que obtengamos será una victoria del conjunto del pueblo trabajador. Cada voto que logremos un mensaje dado a los capitalistas y sus representantes políticos de que la clase obrera y la juventud no van a tolerar sin lucha el ataque a sus conquistas. Nuestro compromiso es poner cada banca que conquistemos al servicio de la lucha y la organización independiente de los trabajadores y del conjunto de los oprimidos y explotados. Para denunciar lo que negocian a espaldas del pueblo y favorecer el desarrollo de la conciencia de clase de los trabajadores. Sabemos que nada se conquista sin la movilización y lo decimos claramente. No sembramos ilusiones en que los cambios favorables a los explotados vengan por vía parlamentaria, pero sabemos claramente que diputados de izquierda pueden ser una palanca importante para fortalecer la lucha de los trabajadores y la juventud contra el ajuste que preparan, en la perspectiva de construir un partido revolucionario de la clase obrera. Un partido con decenas de miles de militantes en las fábricas y empresas, en las universidades y colegios, que pueda pesar en los acontecimientos decisivos de la lucha de clases y golpee como un solo puño con el objetivo de terminar con el dominio de los capitalistas en nuestro país y en todo el mundo.
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